Cuando escuche a mi madre decirme: “¡Yo aguante a tu padre por Ustedes, por mis hijos!” mi respuesta fue muy clara: “Mamá a mi no me cargas ese muerto”; comprendo la fuerza de las palabras, me confieso consiente y plenamente responsable de mis actos
Cuando escuche a mi madre decirme: “¡Yo aguante a tu padre por Ustedes, por mis hijos!” mi respuesta fue muy clara: “Mamá a mi no me cargas ese muerto”; comprendo la fuerza de las palabras, me confieso consiente y plenamente responsable de mis actos