La vida psicológica de los seres humanos es compleja y nunca se desarrolla de manera perfecta y lineal.
Por el contrario, siempre existen algunas situaciones que tenemos que cerrar con nuestras figuras más importantes, generalmente los padres, que son quiénes estuvieron cerca de nuestro cuidado y crianza.
La característica más importante del ser humano es su propia imperfección, pero nos volvemos implacables cuando miramos nuestra propia biografía y desearíamos que hubiera sido una felicidad completa desde que nacemos hasta que morimos.
El gran problema no es contar con esas heridas, el problema estriba en no reconocerlas y aceptarlas como parte natural de nuestro crecimiento personal. Y las usamos como una forma de victimizarnos, de sentirnos sin estima personal y llenos de huellas que por momentos creemos que somos incapaces de superar.
La gran verdad es que nadie tiene la culpa, simplemente es un proceso de la existencia misma. No quiero significar que los adultos estén disculpados en todas sus formas de educar. Existen excepciones como el abuso, la violencia, el abandono, etcétera, pero aún así, tenemos que seguir. De nosotros depende hacernos cargo de ese trozo de vida que nos toco experimentar.
Dentro de estas heridas, algunos estudiosos, han hablado de ellas y podemos decir que existe por ejemplo:
La huella de abandono: Una herida importante cuando sentimos que hemos sido dejados de lado, no sólo en el plano físico, sino en el emocional y psicológico. El temor a la soledad es su tónica y por tanto, demandan una exagerada atención y presencia.
Para las personas con huella de abandono, nada es suficiente. Se expresa a través de las palabras, no de los hechos. Preguntan frecuentemente: "me quieres", no importa que le hayamos una fiesta de cumpleaños. necesitan confirmación. Reclaman: "no me has hablado en toda la tarde, pues dónde andas". Justifican: "no sabía nada de ti, por eso, te llamo". Confirmación: " no puedo vivir tanto tiempo sin ti".
En fin, por momentos su demanda se torna molesta y hasta irritante. Lo que provoca en la pareja fuertes sentimientos de enojo, porque las personas con huella de abandono parecen no llenarse nunca ni con los detalles, ni con las palabras, ni con los hechos.
Es como si tuvieran un hueco interno que no logra llenarse con nada, y además viven con un gran resentimiento, si la pareja no cubre con todas y cada una de sus expectativas.
El clima de la pareja es de frustración y de impotencia de no poder sacar a su pareja de esa situación, tienden a la depresión y a la dependencia.
Algunas de ellas, se vuelven codependientes, y en general, se ligan con parejas de las cuáles puedan depender, les resuelvan sus necesidades o bien, las abandonen frecuentemente en todos los sentidos.
Son inestables y requieren de la presencia del otro en suma frecuencia, lo que puede llegar a vivir conflictos bastante serios, sobre todo, cuando se ligan con parejas indepndientes, autónomas o bien, adictas o narcisistas.
Pero la pareja, por más que haga, jamás podrá resolver el conflicto de abandono, es una responsabilidad propia, si es que en realidad deseas curar y sanar tus heridas del corazón. Asiste a talleres, toma terapia, lee libros de autoayuda, en fin, hoy existen muchos recursos para poder recuperarte y confiar en tu amor propio y en tu persona.
También he hablado de otras heridas como son:
Y te invito a que visites nuestro sitio y nuestra casa editorial encontrarás un montón de recursos para sanar
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