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La Abundancia infinita existe, está en todos lados y al alcance de nuestra mano.  Sólo tenemos que aprender a sintonizarnos con esta energía inagotable para Ser la Abundancia.  

Te entrego parte de lo que está escrito en mi último libro: SABIDURÍA FEMENINA, el poder de tu Sacerdotisa Interior, para que puedas comenzar a realizar esta transformación en tí.

Ofrendar en lugar de pedir:

En estos tiempos de cambio vibracional, es conveniente realizar ofrenda en lugar de pedir.  Por ejemplo: he aprendido de nuestros ancestros a partir de mi contacto con la cultura Tolteca, de mi iniciación de Tao, de mis prácticas de Budismo, meditación y en las culturas antiguas;  que siempre se da ofrenda en las ceremonias.  ¡Se ofrenda algo en lugar de pedir!

Esto nos mueve a la energía del agradecimiento. Si nosotros sabemos agradecer, aun lo que no nos ha sido dado, moveremos la energía en el universo necesaria para que esto llegue a nosotros. ¡Es así de simple, tan simple que hasta cuesta creerlo!

Entonces, uno de los cambios de paradigma seria ofrendar. Dar en lugar de pedir. 

Si todos hiciéramos esto la energía del planeta se modificaría de un día para el otro.  Pero no pretendas que otros lo hagan ¡¡Es tu deber comenzar hoy!!.

La sintonía con la Abundancia infinita:

Sabemos que el universo es abundante en su manifestación.  En él existe y se forma todo lo que necesitamos, lo conozcamos o no y existe en beneficio de todos.

Subsiste una creencia basada en la escasez  que dice: “para que me vaya bien a mí, a alguien le tiene que ir mal” ya que no confiamos en el abastecimiento infinito del universo.

Esto mismo, es una creencia muy aferrada, basada en la percepción que tenemos del cosmos.  De acuerdo a ello habrá abundancia para compartir o escasez para pelear.

Hoy es el momento del cambio de paradigma con respecto a la abundancia y a la pertenencia de las manifestaciones que nos brinda el universo.

Todo es energía, tanto la energía que puedes brindar en un abrazo, como las cosas materiales y también el dinero es energía.  Cambia el paradigma con respecto al dinero y verás cómo fluye sin necesidad ni de pensar en él ni de lamentar su escasez.

La abundancia es un derecho universal, la miseria y el hambre no concuerdan con la naturaleza. Pues si la observamos en cualquiera de sus manifestaciones, asistiremos al equilibrio ordenado que permite el fluir de la vida en todo momento.

Siempre que juzguemos al mundo natural, lo estaremos haciendo desde nuestra percepción, influidos por lo que creemos que son las convicciones.  Es decir, definiremos a las cosas como creamos que son. Las creencias se alimentan de la percepción que tienes de ellas.  Aquello que crees pasa a ser tus  propias convicciones, malas o buenas, serán el sostén de cada cosa que emprendas o sea, tu destino o tu vida.

En lo inmanifiesto, lo inmaterial, las convicciones son una forma estructurada de pensar.  Son los cimientos de tu edificio, pero están construidos con el material aportado por tu percepción.  Si esta está distorsionada o acertada, de ninguna forma evitará que la construyas.  Por eso, cambiar desde la actitud de hacerlo, es solo una décima parte del trabajo que debes realizar en tu camino de Sacerdotisa.

Sostenemos que el universo es cambio permanente y nos preocupamos cuando no es  firme e inmutable.  De allí nuestra contradicción que genera sufrimiento y dolor físico que nos encargaremos de transmitir a los demás.

Un ejemplo está dado en la propia existencia.  Puedes creer que tu vida es monótona, que tu nacimiento, crecimiento y relación con los demás es parte de un proceso natural y rutinario.

Si entras en la profundidad de la creencia de que todo siempre es igual, la magia de la vida hace que veas como repetitivos todos los instantes que la componen  sin darte cuenta que son siempre distintos por el hecho de ser nuevos.

Llegando aún más profundo, todos provenimos de la unión de un espermatozoide y un óvulo.  Esto crea una primera célula, donde allí habita la inteligencia infinita.   Ese instructivo biológico tendrá codificado nuestra estatura, color de ojos, cabello, sexo y otras características.   Se encargará de reproducir células idénticas para luego crear otras con distintas funciones.  En tres meses habrá un embrión en el que se empezará ya a definir la espina dorsal, los riñones, el oído, para más adelante completar un Ser humano hasta los detalles de los dedos de manos y pies.

En nueve meses aquello que fue un pequeño impulso celular observable al microscopio, será una persona que siente y experimenta el mundo físico con una mente que se formará a través de sus percepciones.

Este hecho tan natural, requiere de un complicadísimo entramado de energía, nervioso, químico para llegar a su objetivo y sin embargo lo logra.  La maravilla del cuerpo humano es todavía un misterio y nos representa que hay mucho más abundancia de la que imaginamos hasta en cada célula.

Deberá completarse a través del conocimiento y experiencias vivenciales que llevarán a hacer de esa persona un conjunto de creencias.  En base a cómo haya sido su vida, serán sus creencias y en base a como sean sus creencias, será su vida.  Esto nos acercará a nuestra misión que es el objetivo por el cual estamos aquí.

“Pide y te será concedido”

El secreto no es lo mucho o poco que pidas sino la forma en que “creas” cuando lo pides.  Podrás pedir desde el concepto de escasez o bien desde la convicción de que pides, porque ya estas preparada para recibir lo que te pertenece.  Esto completa las cosas que necesitas para seguir tu misión en la vida. Pero recuerda la ofrenda que siempre deberás dar, sin el sentido de recibir lo que pides, sino despersonalizadamente.

Muchas personas dicen: tengo que hacer dinero, mientras que otras lo ganan, lo tienen porque saben que el dinero ya está hecho y sólo hay que sintonizarse con él.  Aunque parezca ser lo mismo, define dos posturas distintas.

La abundancia es tener lo que se necesitas en el viaje hacia la misión de tu vida, porque también es riqueza y no es rico el que más tiene sino el que no necesita.

Tenemos al menos, sesenta mil pensamientos por día.  Visto de esta forma, los pensamientos son abundantes.   Pero lo importante no es la abundancia de pensamientos sino saber ¡Qué tipo de pensamientos tienes!

Si estos son de preocupación e inseguridad, la sintonía de tu frecuencia será negativa o hacia la escasez. Si dices ante una oportunidad o propuesta “voy a pensarlo” estarás disfrazando en el tiempo tu inseguridad.

EL campo de la INFINITA ABUNDANCIA es el universo. Este se manifiesta no sólo dentro de ti, desde la más íntima célula sino en todo lo que te rodea.

“El sol sale para todos” cada uno lo verá de diferente forma.  Pero el sol está ahí y Es, sin condicionamientos ni dualidades. Será la tierra la que en su movimiento nos hará creer que el sol está saliendo.

Asimismo, como dijimos, el componente básico del universo es la Energía.  Sin embargo la desconexión que existe en nuestra creencia entre nosotros y él, hace que realicemos durante nuestra vida muchos trabajos de energía que son importantes pero lo son mucho más si logras cambiar tu percepción.  

Solo así puedes modificar el pensamiento cuando identifiques tus sensaciones y tus emociones en la misma vía en la que va el universo.  O sea, cuando cada acción que realices, llevada por un pensamiento no te produzcan dolor, insatisfacción y sepas claramente que ésta será en tu beneficio y en el beneficio de los demás.  Si ofrendas, sólo tendrás que disfrutar todo lo que la energía infinita te provea. 

Desde allí es desde donde vivenciarás el estado de plenitud, que es lo que se llama Felicidad.   Que no es por causa de algo o de alguien sino que nace de ti y es un estado interno que florece o no.     Habrás dado un paso importante en tomar el control de tu propio Ser dando pasos hacia los portales de la abundancia.

La inteligencia infinita:

“Somos la manifestación de Dios que  se está observando a sí mismo a través de un sistema nervioso humano”.

La expresión de lo Divino es externo, e interno.  Externo porque esta en todo, es lo que anima y forma absolutamente todo en el universo y es interno porque somos nosotros delimitándonos por nuestro cuerpo físico y nuestras ideas mentales.

Universo físico, mental y espiritual son como tres anillos conteniéndose a sí mismos, todos pertenecen al Uno. 

Somos como las olas del mar, millones de ellas que manifiestan la esencia que es el océano, cada una de ellas es una expresión temporal del océano.   La ola es la expresión del océano, nosotros somos la expresión de Dios.

Tomemos al océano como nuestro potencial, siempre existente y dispuesto a emerger, cuando le prestamos nuestra atención.

Hace algunos años, cuando se hablaba de inteligencia, se hacía referencia al cociente intelectual que era medido a través de Test de resolución de diferentes problemas de razonamiento.  Esto captaba una porción ínfima de la llamada inteligencia.  En ningún momento aseveraba la supremacía, el éxito de alguien con mayor coeficiente intelectual, ya que en la vida cotidiana, es fácil encontrar a personas de alto coeficiente que cumplen su tarea con eficacia, pero que son liderados por otras personas que generalmente tienen un coeficiente más bajo.

No me refiero a un acto de injusticia social o profesional, sino al concepto que ser inteligente hoy, es aceptar y resolver los cambios, navegando en el mar de la incertidumbre de donde saldrán las nuevas ideas.

Será aquel que consiga hacer emerger su potencial el que percibirá más información sobre la realidad.

Supongamos que por algún medio todos nuestros sentidos se afinan y podríamos percibir la información que nos llega con más detalles y amplitud.  Tendríamos una ventaja enorme con respecto a aquellos que estarían situados en un punto fijo.  Nuestra inteligencia estaría emergiendo a través del sentido de nuestra percepción afinada que no es más que el mismo potencial, pero canalizado.

Volviendo al ejemplo del mar, éste sería nuestro potencial ó inteligencia infinita,  la manifestación de Todo lo existente.   El mar nunca está quieto, por lo que vemos su expresión a través de las olas, que representan la expresión del  potencial y a su vez es el espíritu implicado manifestándose a sí mismo.

Digamos que tomamos una porción de agua.  Podemos creer, según nuestra percepción que lo que hemos tomado en ese instante nos pertenece y diremos: - este agua es mía.

Nuestra atención estará centrada en lo que tenemos en las manos, sin percibir que estamos rodeados o inmersos en un mar de la misma composición de lo que tenemos en las manos o sea, agua. De esta forma, nos damos cuenta que si sólo dejamos de atender a la porción que tenemos en las manos para ponerle atención a las olas o al océano, tomaremos conciencia por una parte, que al abrir las manos esa porción volverá al océano y ahí veremos que en la realidad jamás lo abandonó.  

Es nuestra mente la que hizo que creyéramos que la separábamos por un instante.

Muchas personas dicen: ¡¡-esta es mi vida y me pertenece!!  Y están diciendo una verdad a medias, producen un diálogo interno o sea, dos ideas. Pues la vida nos pertenece y al mismo tiempo también le pertenece al universo, no como concepto separado sino como integrado pues la existencia de la singularidad es la expresión de la totalidad.

Cuando entras en este campo, toda tu existencia tiene un sentido trascendente, pues los otros, las cosas tienen que ver contigo y tú a su vez influencias en la existencia total.

 Hay un espíritu humano y un espíritu universal (el Jin Ki y el Rei Ki)  Todo lo externo contiene lo interno, todo lo interno se expresa hacia lo externo.

 El espíritu humano (Naturaleza humana) se expresa a través de la virtud, a través de la inspiración, de la creación y puede conectarse con el Espíritu universal  (naturaleza Divina) donde se completará a sí mismo.

 El espíritu del universo no es la suma de los espíritus individuales sino solamente ES.  No conoce de perfección ni de error porque no transita la dualidad. No puede ser localizado porque no responde a parámetros espaciotemporales. Solamente Es.

Desde le corazón.

Mónica Simone