La vida es un regalo maravilloso que se nos ha hecho, para que nosotros la administremos en forma inteligente. Sin embargo, la realidad nos muestra que la existencia humana se ha convertido con el paso de los años en un campo de batalla en lugar de ser un jardín de creación. Los conflictos, los fracasos y las frustraciones por no poder cumplir con nuestros sueños hacen de esos episodios verdaderos Caminos de fuego, a través de los cuáles debemos transitar y sobrevivir con dignidad.
Si lográramos reinterpretar lo que nos sucede, veríamos que sucesos que en su momento fueron vividos como fracasos que nos causaron mucho daño, hoy a la luz del tiempo transcurrido comprendemos que fueron señales claras para que cada uno que los haya experimentado pudiera haber tomado decisiones que cambiaran drásticamente los caminos de sus vidas. Estamos programados para separar tajantemente lo que son los éxitos y los fracasos, como si fueran blancos o negros, no dándonos la oportunidad de admitir que hay tonalidades intermedias en lo que vivimos cotidianamente.
Cada ser humano tiene una brújula interna, cuya aguja debe indicar no sólo el norte, sino que debe apuntar a lo que cada hombre y cada mujer quieren para su vida. Este punto es fundamental porque en el siglo veintiuno nadie puede permanecer sin un proyecto vital, con metas y objetivos que le den un por qué y un para qué a su existencia. Encontrar un sentido para la vida se torna fundamental, para alejar definitivamente un flagelo que se ha instalado en el seno de los individuos y que es la apatía, la indiferencia, el aburrimiento y la depresión como enfermedad constituida.
Frente a todo esto debemos en forma mancomunada luchar, buscando y encontrando las herramientas necesarias que nos permitan iniciar un proceso de cambio, tendiente a poder acceder al bienestar en el tiempo más breve posible. No es fácil, pero sí posible. Los Caminos de fuego nos han enseñado el valor de reconocer nuestras fortalezas y también nuestras debilidades, para poder transformar estas últimas en nuevos bastiones que nos ayuden a poder cumplir con nuestros sueños.
En resumen, la vida vale la pena vivirla a pesar de los Caminos de fuego que nos hemos visto obligados a transitar. Optimismo, esperanza y un plan de acción, es lo que necesitamos como hoja de ruta diaria para poder convencernos que todo es posible en la vida, si la actitud que tomamos frente a las dificultades es positiva, hurgando en la profundidad de nuestra mente para encontrar las soluciones. La vida siempre nos está dando otra oportunidad. ¡Tú tienes que aprender a reconocerla!
Y la superación personal tiene como uno de sus puntos más destacados el trabajar en pos de la autonomía y la independencia sobre todo de pensamiento y de acción. Escuchar todas las opiniones, incorporar el pensamiento de los demás, leer y tener acceso a la información es un buen ejercicio siempre y cuando la última decisión pase por lo que sentimos y pensamos respecto del punto en cuestión.
Aprender a decir no cuando así lo sentimos y a decir sí cuando damos nuestra aprobación será una señal de confianza y respeto por nosotros mismos que es una parte inseparable del proceso de superación personal. Partamos de la base de que todo ser humano tiene áreas de su vida para mejorar. Las tienes tú y las tengo yo también. El sólo hecho de reconocerlo nos hace mucho más dignos ante nuestros propios ojos y ante los ojos de los demás. Las metas y los objetivos nos ayudarán a aprender a vivir mejor, a acrecentar nuestra calidad de vida, y a experimentar quizá por primera vez que estamos haciendo lo que verdaderamente queremos y sentimos que nos suceda en nuestra vida.
Esto es ni más ni menos que la dinámica de un mundo que vive con un vértigo inusitado, y que nos tiene a nosotros los hombres y las mujeres como los protagonistas fundamentales de la historia que se escribe en el día a día.
Trascender es lo importante. Legar a nuestros hijos y a las generaciones venideras un ejemplo de lucha, de esfuerzo, de trabajo, de creación y entregarles un mensaje que cual antorcha deberán tomar y trasladar a través de los tiempos. El ser humano tiene una misión que cumplir; cuánto antes seamos conscientes de ello, más fácil será descubrirla y ella nos ayudará considerablemente en el diseño de nuestro proyecto personal de vida.
Si tienes dudas…. Si crees que no serás capaz de hacerlo… Pregúntate: ¿por qué otros han podido y yo no….?
LA RESPUESTA ESTÁ EN TI.
Dr. Walter Dresel
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