Estamos por concluir un año en el que el que como siempre nos cuestionamos si cumplimos con las metas que nos trazamos tanto personales como laborales, logradas en mayor o menor medida gracias a nuestra fuerza voluntad o por diversas circunstancias que contribuyeron a las mismas.
A solo unos días por tener una vez mas la oportunidad de escribir en nuestro libro personal los capítulos que darán continuidad a nuestro proyecto de vida, con todas las intenciones puestas para generar cambios, crecer y poder ir cumpliendo con cada uno de los objetivos personales, con la mira de mejorar las diversas relaciones que tenemos con todos quienes nos rodean.
Si bien contamos con un sinnúmero de medios para facilitarnos la comunicación, que en la cotidianidad
acelerada vivimos todos, sigue destacándose la imperiosa necesidad por contar con un trato mas cálido y humano que nos recuerde la materia sensible de la que estamos hechos en esencia, vital para nuestro ánimo y nos reitere el valor de expresar nuestros sentimientos a los seres con los que tenemos oportunidad de estar en diferentes momentos y circunstancias, a veces agradables, a veces menos y que sin embargo con el paso del tiempo nos damos cuenta que contribuyen a forjar nuestro carácter y contar con una visión mas clara y madura.
Por otro lado nos damos cuenta que la sociedad en la que vivimos siguen prevaleciendo problemáticas que en ocasiones nos desalientan e incluso merman nuestro ánimo al darnos cuenta que prevalecen y que muchas de ellas son complejas de erradicar.
Resultando ser una ardua batalla el contar con la motivación suficiente para ir cumpliendo cada uno de los objetivos significativos que nos tracemos, sobre todo el ubicarnos en cuestiones viables mas que deseables, con la humildad necesaria de reconocer nuestras áreas de oportunidad que debemos trabajar y dejando ir situaciones que obstruyan nuestro crecimiento, teniendo presente la cordialidad y la asertividad necesaria para lograrlo.
Algo clave para poder contar con estos elementos es la importancia de renovar nuestra Fe, que vaya mas allá de religiosidad, más bien reiterar el apreciar cada despertar que disfrutamos, nuestra familia con sus
particularidades y que gracias a ella somos hoy lo que somos, seres perfectibles, en la búsqueda siempre de un equilibrio.
Precisamente este espacio es una prueba de que somos muchos los que deseamos un bienestar a través de todo lo que compartimos, siendo reflejo del deseo global que prevalece en los diversos medios sociales de gran auge, generando una conexión proactiva y participativa que esta convirtiéndose en una inteligencia colectiva con mas fuerza cada día.
La invitación queda abierta para irnos integrando desde nuestros diversos contextos como promotores de cambios aplicables, con objetivos alcanzables que trasciendan nuestro espacio personal.
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