Las relaciones humanas son bastante complicadas y cada día se transforman en relaciones más complejas, no solamente por las circunstancias externas a los seres humanos, sino también por las modificaciones internas, por la actitud que asumimos frente a los sucesos que nos tienen como protagonistas.
Y esto es un punto fundamental porque el mundo gira vertiginosamente, los escenarios cambian muy rápidamente y nos damos cuenta que lo único que puede hacer un ser humano hoy es trabajar sobre su propia persona, modificar su actitud frente a las situaciones que le afectan y nadie puede quedar inmune frente a las situaciones que nos hieren, que nos lastiman o que nos tocan muy de cerca.
Pero si ponemos un orden en las cosas de la vida, si nos damos cuenta que la salud, tanto física como emocional, es fundamental como sustento de cualquier proyecto, de cualquier idea, de cualquier meta, de cualquier objetivo que nosotros podamos proponer, lo importante entonces es detenerse para evaluar cuál está siendo al día de hoy nuestra actitud y sobre todas las cosas qué rol jugamos nosotros en nuestras interrelaciones personales, en nuestros vínculos emocionales, afectivos, laborales, saber dónde estamos parados, qué es lo que estamos haciendo para poder mejorar nuestro grado de satisfacción con lo que la vida nos devuelve.
Y lo que pretendo con estas palabras es mover un poco esa apatía, esa indiferencia y esa rutina en las cuales caemos muchas veces, por cumplir con todas nuestras obligaciones, olvidándonos de que se puede vivir mejor, olvidándonos de que hay otras cosas que nos pueden estimular en el diario vivir y que tenemos que descubrir, cada uno de nosotros.
La vida, el bienestar, la felicidad, se construyen ladrillo a ladrillo, como se puede construir una casa. Pero más allá de los elementos que necesitamos, primero tenemos que tener un plan de acción. Y el primer paso sería sentarse a tomar un café con uno mismo. ¿En algunas áreas de mi vida me siento víctima de una manipulación? ¿Siento que no soy capaz de decir que NO sin sentirme culpable? ¿Siento que los demás invaden mi territorio y no me puedo defender? ¿Será que tengo un problema con mi autoestima? ¿Será que he perdido o nunca tuve la confianza suficiente en mi mismo como para poder enfrentar las situaciones adversas? ¿Será que nunca me he respetado y por eso siempre me han invadido y por eso siempre entregué, en aras de tratar de mantener la armonía y de que la otra persona se sienta bien, olvidándome de que yo también tengo derecho a sentirme bien? Fíjate tú cuántas preguntas surgen para que delante de tu tacita de café puedas comenzar a contestarlas.
Vas a sentir un torbellino interior muy fuerte porque cuando te pongas a responder esas interrogantes habrá algunas en las cuales las respuestas te resultarán satisfactorias y otras cuyas respuestas te generarán una gran irritabilidad contigo mismo, porque seguramente vas a decir o vas a pensar por qué no te habías dado cuenta antes. Y quiero decirte que todas las cosas en la vida tienen una relación de causalidad. Y si tú antes no te diste cuenta es por distintos motivos y uno de ellos podría ser porque no tenías la madurez suficiente o no te tomaste el tiempo necesario como para poder evaluar cómo estabas viviendo, cuál era la marcha que tú ibas realizando a través de los caminos de la vida.
Y cuanto antes tú te enfrentes a tu realidad y puedas distinguir cuáles son tus aristas más saludables y cuáles son tus carencias y tus flancos más débiles, más rápidamente podrás conformar una nueva identidad. Una nueva identidad que no nace de la noche a la mañana. Una nueva identidad que se construye a punto de partida de ese proceso de reingeniería personal, que surge como consecuencia del análisis del grado de satisfacción con lo que la vida hoy te está otorgando.
Del balance entre aquellas cosas que tú quieres y aquellas cosas que te están pasando en forma negativa, surgirá esa motivación, ese impulso, esa fuerza que te va a llevar a ese cambio que tú estás esperando hace mucho tiempo. Y es un proceso personal. Es una cuestión de autorresponsabilidad y está en ti, en gran medida, la posibilidad de ir transformando las cosas. Y lo importante es que tú te des cuenta que tienes que hacer un cambio. Entonces sí ve tras tus sueños, ve tras tus objetivos y empieza a sortear obstáculos y empieza a aprender a decir que NO sin sentirte culpable y a decir que SÍ cuando verdaderamente quieras aceptar.
El futuro que te espera es el que tú diseñes sin temores y sin prejuicios. Recuerda que es el tiempo donde has de vivir el resto de tu vida. No pienses que el futuro es una época tan distante. Llegarás a él rápidamente, por lo tanto ya debes planificar y visualizar el escenario donde has de desarrollar tu plan de acción.
Los seres humanos preclaros son aquellos que son capaces de construir su presente y su futuro sin titubeos y con decisiones firmes. ¡Sé tú uno más de ellos!
Dr. Walter Dresel
Comentarios