Durante generaciones, se nos ha enseñado que el dinero se administra con sacrificio.
Que hablar de dinero, de presupuestos, de inversiones es cosa de hombres de traje, que el orden financiero está peleado con la intuición y que el placer, si es que llega, debe ser merecido después de mucho control.
Y así, muchas mujeres crecimos creyendo que éramos malas con el dinero.
Que necesitábamos que alguien más lo manejara por nosotras.
Que si éramos creativas, sensibles o intuitivas, el dinero sería nuestro punto débil.
Pero aquí va una verdad radical:
El orden también puede ser placer.
No estoy hablando de renunciar a la planificación.
Estoy hablando de construir una relación con el dinero que honre nuestro ritmo, nuestra historia, nuestra voz.
Y eso no es un lujo. Es una urgencia política y emocional.
Las mujeres hemos sido educadas para sobrevivir, no para prosperar.
Se nos enseñó a hacer rendir lo poco, no a reclamar lo suficiente.
Se espera que sepamos manejar un hogar, pero no una inversión.
Que ahorremos, pero sin poder. Que gastemos, pero con culpa.
La raíz energética de nuestras finanzas está asociada a la seguridad.
Pero esa seguridad no viene de cuánto ganas, sino de cuánta soberanía tienes sobre tus decisiones cotidianas.
Y para eso, necesitas estructura.
La pregunta no es solo: ¿cuánto entra y cuánto sale? Es: ¿en qué parte de tu economía estás cediendo tu voz?
En mi programa Identidad Financiera Consciente: Alineando tus 7 chakras financieros, lo primero que hacemos es mirar de frente.
Sin culpa. Sin juicio. Mapeamos lo que hay con amor brutal. Porque solo desde ahí puedes construir una base sólida, una raíz fuerte, que no se quiebre con el primer imprevisto.
El sistema financiero ha sido históricamente diseñado por hombres, para hombres.
Desde ahí, desear se ha vuelto sospechoso. Placer y dinero son una combinación incómoda.
Y para las mujeres, doblemente peligrosa.
Nos dicen que somos impulsivas, que gastamos en tonterías, que debemos moderarnos.
Y eso genera un silencio interno: el deseo se apaga para que no nos llamen irresponsables.
Pero el deseo no desaparece. Se reprime.
Y luego se manifiesta en forma de sabotaje: gastamos sin conciencia, ocultamos compras, no invertimos por miedo a que nos juzguen.
Por eso, en nuestro trabajo con el chakra sacro, abrimos espacio para una cuenta llamada "Gozo".
Porque reclamar placer económico también es sanar. No se trata de despilfarrar: se trata de permitirnos disfrutar con conciencia.
Porque sí, el dinero también está para disfrutarse. Y las mujeres tenemos derecho al placer financiero sin pedir permiso ni cargar con culpa heredada.
Hablar de finanzas también es hablar de voz. Y por siglos, nuestra voz ha sido interrumpida.
Cuando una mujer dice "quiero manejar mi dinero con autonomía", muchas veces escucha como respuesta: "mejor deja que alguien más lo haga".
Pero gestionar tus finanzas no es un acto técnico. Es un acto político casi subversivo.
¿Quién tiene acceso a la información? ¿Quién diseña las herramientas? ¿Quién define qué es correcto y qué es irresponsable?
En nuestro trabajo con el chakra garganta, hablamos de herramientas.
Pero no como castigo, sino como aliados.
Desde una hoja de cálculo amigable hasta una app bonita que te dé claridad sin intimidarte.
En el programa, aprendemos a relacionarnos con las herramientas sin miedo, sin vergüenza y sin necesidad de dominarlo todo.
Porque lo importante no es saberlo todo, sino tener acceso a lo que te empodera.
La transformación no se logra con más teoría. Se logra con estructura emocional y herramientas reales.
Por eso, en Identidad Financiera Consciente: Alineando tus 7 chakras financieros, trabajamos con el método CUIDA:
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Claridad: Lo que entra, lo que sale y lo que estás ignorando emocionalmente.
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Ubicación: Reconocer dónde estás hoy sin castigo ni fantasía.
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Intención: Que cada decisión financiera tenga propósito.
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Decisiones: Firmes, sostenibles y coherentes con tu vida.
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Acción: Pequeños pasos constantes, no impulsos momentáneos.
Este método no está pensado para maximizar tu productividad. Está diseñado para que recuperes tu voz.
Para que tomes decisiones desde el cuerpo, no desde la presión. Para que dejes de traicionarte cada vez que abres tu app del banco.
Cuando una mujer toma el control de sus finanzas, no solo cambia su cuenta bancaria.
Cambia su forma de vincularse. De poner límites. De negociar. De soñar.
El patriarcado financiero ha querido convencernos de que somos débiles, desordenadas o poco confiables con el dinero.
Pero cada vez que una mujer se sienta a hacer su presupuesto con amor propio, está desarmando ese discurso.
Porque el cuidado también es estrategia. Y la estrategia también puede ser amorosa.
Este trabajo no se trata de ganarle al sistema. Se trata de dejar de entregarle tu poder.
Si esto te resonó, si algo dentro de ti dijo “esto es lo que necesitaba”, entonces no lo ignores.
Identidad Financiera Consciente: Alineando tus 7 chakras financieros no es un curso más.
Es una invitación a volver a ti con estructura, dirección y placer.
Es autocuidado. Es activismo. Es transformación real.
Te espero adentro.
¡Primero tú, luego el dinero!
Marijó
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