Cuando estamos frente a una mujer exitosa, es difícil pensar que algo le falta. Pero a veces la realidad es muy distante, ya que no ha logrado el balance de vida tan necesario para sentir plenitud y felicidad. El balance en la vida profesional y personal es un desafío que enfrentan todas las mujeres, sin darse cuenta que una vida des balanceada puede resultar perjudicial para la salud y aumentar el estrés.
A una mujer exitosa normalmente la vemos plena, segura, poderosa, y rara vez nos detenemos a pensar si esta imagen de impacto con la que se pasea como pez en el agua por todos los escenarios, es diferente cuando cierra la puerta de su oficina y abre la de su hogar. ¡Sorpréndanse!; son muchas las mujeres exitosas que de día viven rodeadas de gente que las alaban, y de noche duermen solas en su habitación o al lado de un hombre con el que no existe la menor comunicación. ¿Por qué?
Razones hay muchas, pero la más importante es que estas destacadas profesionistas se han olvidado de alimentar la relación más importante de su vida, la que enciende el motor de sus anhelos y sus emociones, la que las impulsa y las motiva a elegir con quién compartir los momentos especiales, únicos, irrepetibles, y es nada menos que la relación con ellas mismas. Si no estás en empatía contigo misma, es muy difícil que puedas establecer una relación exitosa, y para conseguirlo es impostergable dar el primer paso: aceptar tu responsabilidad. Preguntarte: ¿en qué has fallado?, ¿por qué si tu rendimiento profesional es de mención honorífica, en tus relaciones personales sales siempre reprobada?. Las buenas relaciones con los amigos, la pareja y la familia son amortiguadores del estrés. No los desplaces; al organizar tu tiempo, debe haber un espacio para ellos.
Define claramente cuáles son las cosas más importantes en tu vida y tenlas como prioridades. Cuando se tiene claro qué es importante, se organizan muchas cosas, como el tiempo. Tu cuerpo es fundamental, no lo olvides. Trata de cumplir con lo básico: dormir bien, alimentarte sanamente, hacer ejercicio, así sea caminar. Un cuerpo sin vigor no puede estar dispuesto a enfrentar los retos que se le presenten, tanto en el trabajo como en la vida.
Recuerda: Si tú estás bien, todo se alínea para tu bienestar y lograrás llevar ese éxito a tu vida persona.
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