EL CRECIMIENTO DE UN NUEVO MUNDO.
El liderazgo femenino es sumamente necesario en la sociedad, las organizaciones y sobre todo en los equipos de trabajo, con el nos favorecemos todos. Como lo indica la naturaleza, lo femenino y lo masculino van juntos, se integran y avanzan.
El liderazgo de la mujer es diferente al del genero masculino, ni mejor, ni peor, solo diferente, ya que son distintas las energías que los mueven y, sin dudas, lo mas beneficioso para una sociedad es tener líderes de ambos sexo y líderes integrales, en pocas palabras, que integren las energías y aptitudes femenina y masculina.
En segunda instancia, el liderazgo en el género femenino se caracteriza por la eficacia para crear equipos de trabajo, y por us capacidad para tomar decisiones en momentos muy difíciles, por ello, para todas las empresas debería ser una prioridad desarrollar y dar la oportunidad a una mujer de dirigir empleados, y de esta manera demostrar todas sus capacidades para liderar un equipo de trabajo.
Dicho lo anterior, en líneas generales, las mujeres ofrecen un trato mas personal y presentan características más sociables y con mayor ahínco en las necesidades de cooperación y de trabajo grupal. esto es favorable para que el trabajo se desarrolle de manera natural, gracias a su expresividad y cercanía, que les permite alcanzar un mejor compromiso de su equipo con su líder, y resalta valores diferentes, que fomentan la organización de una labor conjunta de manera más eficaz. De igual forma, destaca la capacidad innata de poder actuar y tomar decisiones sobre diversos temas a la vez, un rasgo que las convierte en lideres atentas, comprometida y entregadas a cada ámbito de su vida.
No obstante, de la misma forma que no todos los hombres están capacitados para liderar, tampoco todas las mujeres lo están. Hay algunas competencias que deberían reunir aquellas mujeres que disfruten de una posición dirigente en cualquier espacio. Es importante aprender a concentrar las energías en conseguir logros que, de manera contigua, conforman grandes acciones y desarrollan un nivel de inteligencia emocional, para lograr empatía en el entorno que se desenvuelve. Por último, es importante la ambición por mejorar, sin caer en la competitividad insana, con el objetivo de exprimir todo el potencial de cada uno.
El liderazgo femenino es equivalencia del crecimiento en el siglo XXI y se debe atender como tal, apoyarlo, desarrollarlo y formar mujeres, para que ellas lleguen a posiciones directivas y de alta responsabilidad. Buscando la mayor eficacia a través de la cooperación, del trabajo en equipo e intentando tener en cuenta disímiles puntos de vista, compartiendo información y fortaleciendo la labor en este mundo tan cambiante.
Por consiguiente, el liderazgo femenino está interesado en escuchar a todos los puntos de vista, para luego tomar la mejor decisión posible, por ello la decisión final no tiene que reflejar necesariamente el punto de vista inicial del líder. La diferencia entre el liderazgo masculino y femenino pasa por la escucha un proceso de intención el cual, el deseo de aprender, reflexionar para luego implementar un plan que incorpore la mejor idea recogida de forma compartida y abierta. Siempre para la mayor eficiencia, esto va a exigir capacidad de adaptación y, por ende, reducción del ego.
En conclusión, nos encontramos en una redefinición del liderazgo, un mejor concepto para el futuro ya que la era de la información está en constante evolución y premiará a quien se ponga en el medio del flujo informativo. El punto de vista femenino es que da el fortalecimiento a los demás. Verdaderamente una auténtica revolución.
“Los verdaderos líderes saben que el liderazgo no se trata de ellos, sino de aquellos a quienes sirven. No se trata de exaltarse a sí mismos, sino de levantar a los demás”
Comentarios