Durante años de siglos y tradiciones las mujeres se encuentran comprometidas en dar su vida para el servicio de otros, llámense hijos, maridos, padres y algunas de ellas, sino es que muchas, se encuentran comprometidas en profesiones de ayuda como son: médicos, enfermeras, profesoras, psicólogas, trabajadoras sociales, etc.
Eso en tratándose de la profesión, sin embargo, en casa, en el espacio de lo íntimo también están involucradas en cuestiones relacionadas con el cuidado de otros o de situaciones, así por ejemplo, son las encargadas del sustento de otros, organizan su vida alrededor de la proveduría del hogar y de la crianza de los hijos, además, de estar al pendiente de las necesidades del esposo.
En el momento en que existe alguna situación como enfermedades son las mujeres las encargadas del asunto. No importa no le que tengan que hacer y cuáles sean sus compromisos, lo primero es cuidar de los más necesitados y también de los enfermos.
Pareciera que la sociedad y su rol les exige que se olviden de sí mismas y estén en posibilidad de ayudar y de apoyar a todos, pero yo lanzo esta pregunta:
-¿Y quién de todos es capaz de dejar algo por los proyectos de ella?
Nadie, es la mujer la que necesita crear y generar sus propios espacios para se ellas mismas.
Ese es un gran reto, sortear una serie de compromisos para no renunciar a su propia esencia, a sus deseos, a sus
anhelos y a su proyecto de vida.
En cierto sentido es difícil contar con la autonomía y la autoestima para decir en esto creo, esto quiero y voy a
hacer todo lo necesario para realizarlo.
Se requiere de claridad, coraje y valentía. También de renunciar a patrones de dependencia y de pensar solo en
los demás, sí de verdad deseas cumplir con retos que te llenen de satisfacción necesitas empezar a pensar en ti y actuar a tu favor, es decir, a crear las condiciones necesarias para realizar tu esencia y tu plan de vida.
Recuerda nadir lo hará pro ti y si no es ahora, cuándo?
Ese es un gran reto, pero depende de cada mujer y de sus circunstancias.
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