Ser heredera de una de las tradiciones más fuertes de México y del mundo entero la acredita para explorar, experimentar y lograr transmitir toda su sabiduría. Es grande, es mujer, es una luz de conocimiento.
La abuela Margarita, curandera a partir de sus conocimientos ancestrales, emana fuerza, sabiduría, alegría, y nos transmite un mensaje sobre el despertar femenino, tanto en hombres y mujeres porque la energía femenina está por fuera del género o la sexualidad, lo femenino es contacto directo con el corazón.
Cambiar nuestras emociones con el amor. Más allá de los géneros. Realizarse con amor, la disposición para el bien. En uno de los videos de mayor circulación en la red, la abuela da una serie de consejos en relación al despertar femenino. Aquí, una lista de los más importantes para lograr reactivar esa energía que todos tenemos dentro:
- El despertar femenino corresponde al corazón y afecta por igual a hombres y mujeres. Nacemos con 2 posibilidades, el amor y el miedo, y se trata de cambiar las emociones hacia al amor.
- Todos somos seres sagrados y debemos honrarnos a nosotros mismos. En el caso de las mujeres, todas somos el centro, todas somos la orilla. Las mujeres tenemos que valorarnos, amarnos, saber que valemos, pero hacerlo profundamente.
- Nuestros pensamientos tienen el poder de crear nuestra realidad “¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y por suerte somos tierra, cosmos y gran espíritu.”
- Las personas mayores son “oro molido” para la sociedad y es una época ideal para compartir su sabiduría. Según los ciclos mayas de 13 años, a partir de los 52 años las personas se “abren a la maternidad-paternidad universal” y deben dejar el victimismo y decir “aquí estoy”, visibilizarse. “Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona. Porque una cosa es ser limosnero y otra, ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas”, explica la abuela.
- El poder y el linaje de las mujeres mayores es fundamental. Los mayas y los nahuatl hacían ceremonias de la vida a los 52 años, cerrando el círculo de 4 veces 13, los ciclos lunares anuales. Así, uno vuelve al mismo lugar de cuando era niño. Además, cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar como educadora.
- La muerte no existe sino que la conciencia o espíritu sobrevive a la encarnación física.
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