Desde antes de nacer los seres humanos experimentamos un apego que se da de manera natural, de manera inconsciente, incluso en los primeros años de vida. Conforme crecemos este vínculo que generamos con las personas puede convertirse en algo no tan positivo para nuestra vida. Nos hacemos dependientes de una manera inconsciente.
¿Qué es el Apego? Lo podemos precisar como una vinculo cercano, afectivo, intenso, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, cuyo objetivo es la búsqueda de proximidad en momentos de amenaza, soledad o depresión, y es cuando esa persona creemos que nos da la seguridad, desahogo y protección, que necesitamos.
Un excesivo apego, genera independencia sin control. Si bien el apego se da de forma natural desde la maternidad, y posteriormente de la sobre protección de algunos padres, donde quieren manejar la vida de sus hijos, controlar sus actos sin permitirles ser independientes, conocerán algunos casos donde los padres hacen todo lo necesario para que sus hijos permanezcan a su lado, aunque estos tengan 30 o 40 años de edad, incluso son capaces de usar cualquier artimaña para retenerlos. También puede generarse por la necesidad de sentirse dominado y controlado por otra persona.
Romper con un apego puede llegar a causar depresión, angustia y otros sentimientos de frustración, en esos momentos difícilmente se puede entrar en razón, en un análisis objetivo, la persona siente que el mundo se acaba, nada importa, sin embargo, es cuando se debe tener la capacidad de observar que es lo que está sucediendo, cuáles son las razones que nos han llevado a estar bajo ese estado de ánimo, muchas veces se utiliza la manipulación hacia la persona para que no nos deje, lo que conocemos como chantaje emocional.
Es cuando la persona debe asumir la responsabilidad de su vida, enfrentarse a su realidad, esta situación no resulta sencilla, ya que no se tiene el conocimiento de cómo hacerlo, es común sentir.
La lucha interna que se gesta en esos momentos es muy fuerte, donde sabemos que no podemos estar así, pero al mismo tiempo no podemos permitir que la otra persona se vaya, nuestra voluntad se ve en riesgo, no podemos controlarla, y los pensamientos se perturban sin poder aclararlos. Pero ¿Cuántas veces hemos sido víctima de otra persona? ¿Cuántos momentos de nuestra vida, la hemos dejado en manos de otros?
Al ser tú la única persona responsable de tus actos, no debes permitir que otras personas violenten de tu voluntad. ¿Cuántas veces hemos dicho sí cuando realmente queremos decir no? Será importante saber decir no.
¿Cuántas veces el apego a las cosas materiales y el miedo a perderlas nos limitan? En muchas ocasiones hemos sido testigos de personas que depositan su seguridad en objetos materiales, e incluso las ponen por encima de su propia familia o amigos. Esta actitud materialista también enferma a las personas, las evade de su realidad, incluso cuando llegan a perder algún objeto, pueden entrar de depresión.
Será importante hacer algunas reflexiones. ¿Qué tan apegado está usted a las cosas? ¿Por qué ese apego? ¿Qué le ha originado el apego? ¿Cómo relaciona el apego con su comportamiento? ¿Qué está haciendo para liberarse del apego?, son algunas preguntas que te podrán ayudar a darte cuenta si el apego te está afectando como persona.
El apego es un tema sumamente significativo en todo crecimiento personal y profesional por los efectos que origina, sus impedimentos, dependencia, de ahí que consideramos muy importante el conocimiento primordial de que sólo nosotros podemos hacernos felices y todos los momentos presentes lo son porque tú estás en ellos. Entre menos apegos tengamos seremos más libres, las decisiones que tomemos serán bajo un análisis claro y objetivo, y los resultados que logremos estarán enmarcados por una paz interior.
“Un apego no es un hecho. Es una creencia, una fantasía de tu mente, adquirida mediante una "programación".
Si esa fantasía no existiera en tu mente, no estarías apegado.
Amarías las cosas y a las personas y disfrutarías de ellas; pero,
al no existir la creencia, disfrutarías de ellas sin atadura de ningún tipo”
Anthony De Mello
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