Nosotros no inventamos el sentido de nuestra vida, ¡lo descubrimos!
El sentido de vida difiere de un ser humano a otro, de un día a otro y de una hora a otra hora. Por lo tanto, lo que importa no es el sentido de vida en enunciaciones abstractas, sino el sentido concreto de la vida de un individuo en un momento determinado.
La noción del sentido de la vida también se entiende desde el ángulo inverso: “cualquier situación plantea y reclama del hombre un reto o una respuesta a la que sólo él está en condiciones de responder”.
Los seres humanos nos cuestionamos todo el tiempo sobre el sentido de vida, sin embargo lo que debemos hacer es comprender cuál es la interrogante que la vida nos plantea. La vida pregunta por el hombre, cuestiona al hombre, y éste contesta de una única manera: RESPONDIENDO DE SU PROPIA VIDA Y CON SU PROPIA VIDA. Únicamente desde la responsabilidad personal se puede contestar a la vida.
La esencia de nuestra existencia consiste en la capacidad que tiene el ser humano para responder de manera responsable, ante las demandas que la vida nos plantea en cada situación.
La logoterapia se centra en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre.
Viktor Frankl, en la Logoterapia, se basa en la VOLUNTAD DE SENTIDO. A que nos referimos cuando hablamos de esta voluntad; a la búsqueda, por parte del hombre, del sentido de su vida que constituye una fuerza PRIMARIA y no una racionalización secundaria es por ello que éste sentido es único y específico.
El ser humano es capaz de vivir incluso morir por sus ideales y valores ejerciendo su libertad, pues somos libres de aceptar o rechazar una situación u oportunidad que la vida nos pone enfrente.
¿Cuál es la diferencia entre las personas que superan los problemas de la vida y las que no?
Frankl decía que la diferencia determinante entre estos dos tipos de personas era la libertad de elegir, la libertad de tomar una “decisión” es decir yo decido hacer, yo decido ser, yo decido crear; a pesar de las condiciones adversas que aparentan determinar mi comportamiento, en ese momento me responsabilizo como el ser libre que soy y actuó de acuerdo a mi entorno tomando en cuenta todo lo que paso para llegar a ser lo que soy ahora.
Nuestra libertad es una libertad finita, una libertad limitada esto quiere decir que un ser humano nunca está completamente libre de condiciones sean del tipo biológico, psicológico o sociológico pero siempre tendremos la libertad última de elegir una actitud ante cualquiera que sea la situación que enfrentamos, como reaccionamos ante las situaciones que no pueden ser cambiadas depende de nosotros, si no podemos cambiar la situación siempre tenemos la libertad última de cambiar nuestra actitud ante esa situación
Al hablar de desesperanza Frankl la veía como una fórmula matemática:
D= S- P
Desesperanza es sufrimiento sin propósito en la medida en que un individuo no puede encontrar ningún propósito en su sufrimiento estará propenso a la desesperanza y bajo ciertas condiciones el suicidio, pero en el momento en el que encuentran un sentido dentro de ese sufrimiento este se puede moldear en un logro convertir la tragedia en un triunfo personal pero es indispensable encontrar un para qué.
En la mayoría de los casos las personas tendrán algo CON que vivir o suficiente CON que vivir, pero no pueden ver nada POR que vivir
Es necesario reconocernos como un alguien y no como un algo que ya se encuentra determinado para
¿Tú que decides aceptar o rechazar el sentido de la vida?
Vamos a darle un sí a la vida bajo cualquier condición
Recuerda que a cada persona le aguarda una misión, un cometido que cumplir. Que no se puede reemplazar, ni repetir, pues su misión es única, así como es única la oportunidad que tendrá de realizarla.
Bibliografía:
Frankl, V.E, (1946). El hombre en busca de sentido. HERDER: Barcelona
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