¿Cuándo fue la última vez que miraste al cielo? ¿Qué levantaste tu cabeza para no fijar tu mirada en algo en particular sino dejarte llevar por la grandeza de lo que parece infinito?
Hace un par de días mientras íbamos camino a casa, noté que mi pareja venía más serio que de costumbre. A pesar de que parecía observando el camino, percibí que estaba ensimismado y claramente preocupado por algo. Al preguntarle cómo estaba, se limitó a responderme con una nueva pregunta: ¿Tienes hambre? - No mucha, respondí, pero vayamos a cenar algo. Decidir fue relativamente sencillo y rápido, en menos de diez minutos yacíamos sentados en una mesita tipo camping del “foodtruckpark” que encontramos.
Después de pedir la orden, le volví a hacer la misma pregunta que en el carro.
-¿Cómo estás? Pero esta vez lo hice con especial énfasis e interés en recibir una respuesta.
-Mal, estoy harto de la monotonía, no me gusta sentirme frustrado.
-¿Qué te hace sentir así? – Respondí (La retórica es nuestro fuerte, siempre nos respondemos el uno a otro con una pregunta que te lleva a pensar otra cosa)
-Todo en general y a la vez nada.
- ¿Qué tiene que ver con….?
- El trabajo, eso de estar sentado todo el día y querer hacer algo pero que no se pueda hacer nada porque los demás no quieren. Esa insatisfacción y conformismo a la vez me enferma.
- ¿Insatisfacción por el trabajo pero conformismo por no hacer nada para cambiarlo?, le preguntó.
- ¡Exacto! Todo el tiempo se quejan de todo, que si no está bien esto, que podría estar mejor….pero no hacen más de lo que deben por cambiarlo, se limitan a hacer algunas cosas que tienen que hacer y ya.
- ¿Y tú?
- Yo me contagio.
Escuchar eso me hizo recordar múltiples experiencias mías en diversos ámbitos laborales, casi en todos sucedía lo mismo. Siempre hay algo de queja, desconcierto, insatisfacción, o hasta todo junto, y en general la actitud si termina contagiándose. Recordaba cuando se incorporaba alguien nuevo, siempre con energía y entusiasmo, deseoso por demostrar sus habilidades y aprender más, pero con el paso del tiempo, se veía opacada su actitud y terminaba en una posición igual que el resto: esa insatisfacción y conformismo.
Me di un minuto para elegir bien mis palabras, y recordé que justo un día antes, mientras lo esperaba en dónde siempre y opté por mirar al cielo y perderme en su grandeza. Después de observar las nubes y un avión que poco a poco se sumergía en ellas hasta perderse de mi vista, surgió ligera reflexión que seguramente nos ha alcanzado a muchos en distintos momentos a través del espacio: ¡Pero qué pequeños somos! En comparación con todo lo que está ahí afuera, inalcanzable para el ojo humano, imperceptible para nuestros sentidos, pero presente y grandioso espacio el que nos acoge, y aun siendo tan pequeños, puedo observar cómo cada acción y decisión que tomamos le afecta a nuestro planeta, y sin querer o aún sin estar seguros, desencadenamos una energía que se desprende al universo entero.
El cielo y su inmensidad, reviví esa sensación y recordé una pregunta que me acompañó en esos momentos de reflexión: ¿Quiénes somos?
Entonces lo miré fijamente y le pregunte:
-¿Quién quieres ser?
-¿Cómo? ¿Quién quiero ser de qué?
- Exacto, piensa y dime, no me digas qué quieres hacer, o qué quieres tener, dime: ¿Quién quieres ser?
Alzó la mirada y vio hacia la nada, es decir, comenzó a pensar, y vi sus ojos brillar. Por un momento esa pregunta fue mucho más allá de lo que él creía que era su problema.
-No estoy seguro….balbuceó…. pero creo que sé quién quiero ser.
-¿Lo que haces, tiene que ver con eso que quieres ser? Si es así, cada vez que te sientas desmotivado, sólo debes recordarlo, ya que estás trabajando para conseguir convertirte en esa persona que deseas convertirte. Pero si no lo es, quizá es un buen momento para sentarte a indagar en ti para encontrar esa respuesta.
Dio un suspiró, sonrió y me besó.
Cada día que pasa, nuestra realidad se va extinguiendo…. se transforma y sabemos que tarde o temprano nuestro ciclo se cerrará. Sobre eso no hay nada que podamos hacer al respecto, nada detiene el tiempo ni lo vuelve atrás, y las cosas e incluso las personas no permanecen, salvo la energía de cada ser que ha pisado esta tierra, y en ella sus experiencias y sensaciones que ha vivido.
Y tú…. ¿sabes quién quieres ser y que legado quieres dejar en tu camino?
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