CONFINAMIENTO Y VIOLENCIA DE GÉNERO

confinamiento y violencia

Como lo han hecho saber la Organización Mundial de la Salud y diferentes grupos de mujeres, resulta muy importante no quitar el dedo de la denuncia de la violencia de género, ya que se ha comprobado que el confinamiento aumenta las probabilidades de que las mujeres sean víctimas de sus propios familiares.  

La ONU considera como “violencia contra la mujer”, la coacción o privación arbitraria de la libertad y todo acto agresivo o amenaza dirigido hacia ellas que tenga como resultado  su sufrimiento físico, sexual, emocional, tanto si se producen en la vida pública como en la privada.

 En una definición similar, en México La Ley General de Acceso a la Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), considera la misma como todo acto que lesione o sea susceptible de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres. Y reconoce que existen varios tipos de violencia, entre los que se encuentran la psicológica, la física, la económica, y la sexual.

Según datos de la Encuesta sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del 2017, en México el 66% de las mujeres de 15 años y más, habían enfrentado al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida. El índice más alto es el de la violencia emocional (con el 49% de los casos), seguidas por la sexual (41%), la  violencia física (34%), y la económica o patrimonial, así como la discriminación en el trabajo (29% por ciento)

Dentro de los diferentes tipos de violencia, la más numerosa es la que ocurre en el hogar. De hecho, los datos del mismo año señalan que el 44% de las mujeres en México habían sufrido violencia de pareja en cualquiera de sus tipos. La situación ha empeorado durante la actual cuarentena, ya que tan sólo en abril, el número de emergencia para las denuncias llegó a un 42% con respecto al 2019.

La cuarentena obliga a las mujeres a estar encerradas con sus maltratadores y la violencia aumenta conforme lo hace el tiempo de convivencia. Así, las jornadas nacionales de “Quédese en casa” han hecho que el agresor se sienta impune y el hogar se convierta en el lugar más peligroso para muchas mujeres quienes no tienen acceso a los recursos para defenderse. Los datos proporcionados por la directora de la Red Nacional de Refugios en México, muestran que durante los dos primeros meses del confinamiento, el ingreso de las mujeres a estos centros se incrementó en un 50% y los mensajes de auxilio aumentaron en 80%.

Lo anterior no es específico de México. Los altos datos de violencia doméstica generada durante el confinamiento en otras pandemias como el Ébola, el Zika y el Sars, han demostrado lo importante que es incorporar un enfoque de género que permita abordar y detectar las necesidades que ellas tienen durante la emergencia. De no hacerlo, la desigualdad y vulnerabilidad de las mujeres y las niñas tendrán efectos que se profundizarán e intensificarán a lo largo de sus vidas, y serán más difíciles de revertir en un futuro.

De ahí lo importante de asegurar que las víctimas puedan denunciar y que cuenten con disponibilidad y buenos servicios en albergues donde les sea posible resguardarse. Es  necesario fortalecer las políticas públicas que permitan que las víctimas cuenten con la información, las redes de apoyo, y los recursos indispensables para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres.  

Como lo ha demostrado la Red Nacional Feminista #nosotrastenemootrosdatos, resulta imperante actuar contra el menosprecio y la invisibilidad de la violencia que se ejerce en los hogares.

https://elsemanario.com/opinion/confinamiento-y-violencia-de-genero-gina-zabludovsky-kuper/

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