¿Qué me hace seguir en este mundo?
¿Qué detiene mi caída?
¿Qué es lo que estoy buscando?
Por dentro me siento como una piltrafa, pero convenzo o trato de convencer a los demás de que eso no es posible en mi existencia, me da pena que vean lo que creo que soy, finjo. Me da miedo que me descubran, cuando siento que me están descubriendo entro en pánico, y busco por instinto de supervivencia escapar. Sería muy vergonzoso que me descubrieran. Me digo y les digo a los demás que soy buena persona, que me procuro, me cuido. Y también les digo que no se metan conmigo porque les puede ir muy mal. La verdad es que dudo de mí, dudo tanto que busco que los demás me acepten, me reconozcan, me necesiten. Y como no logro quedar satisfecho con las muestras que recibo, me decepciono, me enojo. En mi enojo comienzo a exigir me que den más. Mi exigencia se vuelve molesta, desquiciante, abrumadora, atosigante. Me toleran un tiempo, pero después se desesperan. Me confrontan y me dicen cosas que me duelen, reacciono con ira, agredo y golpeo. Si, he golpeado y maltratado a los que conmigo viven. Pero no me entienden que soy un pobre niño herido, incomprendido, abandonado, despreciado. Pues eso es lo que viví en casa, eso me dieron mis padres, y ahora quiero ser yo, que me den lo que no me dieron. Lo que no entiendo es como ahora tampoco recibo lo que quiero, nunca estoy conforme, todo me parece poco, sigo sufriendo, sigo siendo un incomprendido. Me siento mal cuando de repente descubro que algunas personas siguen allí conmigo, con todo y que las he maltratado, como si las hubiera acostumbrado a vivir así. Creo que de alguna manera las convencí de que debían ayudarme, de que debían salvarme. Ahora recuerdo como les vendí la historia triste de mi vida de sufrimiento, y me acurruqué como un cachorrito perdido en el mundo. Pero a veces no me doy cuenta de que estoy tan enojado y resentido que sale todo mi odio hacia esas personas que convencí de que me dieran amor. Es como si de alguna manera se convirtieran en las personas que me hicieron daño. Yo sé que no tienen la culpa y eso me hace sentir mal, pero no puedo permitirme reconocerlo, pues no debo mostrar debilidad, estupidez. Eso provocaría que ya no me quieran y que me falten al respeto. Entonces estoy atrapado, finalmente todo se vuelve contra mí. Me odio, me detesto, pero sigo fingiendo, no puedo dejar de hacerlo, la verdad es que tengo miedo, y sé que nadie me puede ayudar. Estoy muy enojado, no tolero los errores, las fallas, me quejo de la gente, critico todo. Sólo me siento tranquilo cuando me evado, cuando me olvido de mí. Pues no disfruto estar conmigo. De hecho creo que a nadie le gusta estar conmigo, sólo si puedo dar algo que les interese. Hasta mis hijos me dan la vuelta. Lo que deben hacer los que viven conmigo es dejarme, dejarme caer, que no sientan lástima, que ya no me crean mis escenas chantajistas, que si amenazo con quitarme la vida se alejen de mí, que se vayan y mejor no me digan a donde se fueron. Que no me rescaten, no me compren cosas, que no me mantengan, que no toleren mis agresiones, que no me confronten porque soy muy peligroso, sólo aléjense, déjenme caer, una vez en el fondo no me quedará otra que reconocer que necesito ayuda. Que necesito que me enseñen a perdonar, pero estoy tan engreído con mi ego inflado que no puedo ver la realidad, no quiero reconocer mis heridas emocionales, siempre me han rescatado del dolor, ya no lo hagan, pues destruyo la vida de los que me rodean, acabo con su autoestima, los vuelvo violentos igual que yo. Aunque ruegue por que no me dejen, aunque llore o amenace, no se detengan, y espero no encontrar a otra persona que me cuide, porque debo caer.
Comentarios
Que bien que aclaras que no eres tú, porque muchos y muchas reconocemos esos rasgos en nuestro padres, parejas, hijos, compañeros, vecinos, etc. Sería interesante que todos viéramos la pleícula española "Te doy mis ojos", creo tratan de manera adecuada la violencia intrafamiliar. Lecturas hay muchas, las mejores son las filosóficas, contestarse varias preguntas ¿porqué? y ¿para qué?.
Saludos Sol
Amigo: es muy difìcil creer que sigas siendo igual todos los dìas; le dejamos eso a las pobres almas que no saben por què se comportan de tal o cual manera, pero cuando conocemos el orìgen de nuestro temperamento es cuando nuestra inteligencia nos permite cambiar las circunstancias y romper la cadena de violencia en este caso.
Creo que por eso nos distinguimos de las demàs criaturas, nuestro cerebro està diseñado para hacer nuevas conexiones, nuevos aprendizajes y eso nos permite cambiar el contexto social para encontrar la felicidad. Trata de cambiar paso a pasito, un dìa a la vez.