Los obstáculos internos son estados personales, mentales, o, emocionales que limitan el día a día impidiendo que avancemos. En esos momentos en los que la dificultad nos supera y somos conscientes de ello, debemos cambiar nuestra actitud para poder afrontarlo; viendo en esta dificultad una oportunidad y utilizarlo para cambiar el rol, mirando de una manera diferente, positiva y optimista.
Nunca debemos rendirnos ante la adversidad. Ni conformarnos porque nuestro destino futuro depende de nosotros y estamos a tiempo de construirlo.
Hay que mirar con fortaleza el presente; siempre merece la pena tener algo por lo que luchar.
Sé fuerte, visualiza las circunstancias que rodean los obstáculos, entiende tu forma de verlo y piensa que no hay mal que por bien no venga:
Concéntrate, recupera tu energía. Elimina de tu mente la palabra fracaso. Tú y solo tú tomas tus decisiones. Enfréntate a tus obstáculos con una nueva perspectiva. Haz girar tus metas y valora tus pequeños logros; estos te ayudarán a caminar en la dirección correcta fortaleciendo tu autoestima.
Cada pequeño paso en positivo es un escalafón de la cadena que romperás eslabón a eslabón. El resultado final te enseñará que los obstáculos no eran tan grandes como parecían.
Parece difícil, pero solamente es una diminuta carrera en el maratón de la vida y en tus manos está superarlo. Todo granito de arena que ponemos crea una enorme montaña.
Fortaleza, actitud y autoestima deben ser tus objetivos principales para superar tu desarrollo personal y profesional.
Imagen tomada de Internet.
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