Cuando hace varias décadas estudié cómo funciona el ciclo de vida de los productos, entendí claramente que cuando un producto está totalmente extendido e implantado, en algún lugar existe un nicho de mercado en el que ya se están ofreciendo productos que, en cierto tiempo, ocuparán el lugar de los anteriores. Esto es algo que se da en todos los productos y servicios.
Con el tiempo, algunos de estos productos o servicios mantienen parte de su valor, no ya por sus prestaciones, habitualmente superadas por los nuevos modelos, sino por ese estilo “vintage” o “clásico”, que cautiva a mucha gente.
En el mundo del desarrollo personal, y el de la salud mental y emocional, se produce exactamente el mismo fenómeno. Existe una serie de herramientas ampliamente utilizadas para intentar acceder al subconsciente y cambiar la programación que llevamos dentro. La mayoría de estas técnicas fueron creadas hace más 40 años, cuando los conocimientos sobre la mente y sobre nuestra realidad distaban mucho de los que tenemos en la actualidad.
Piensa por un instante en un automóvil de hace 40 o 50 años y compáralo con uno actual. Evidentemente ambos automóviles pueden desplazarte de un lugar a otro, pero las prestaciones serán totalmente distintas. El auto moderno te permitirá llegar más rápidamente, con mayor seguridad, su conducción será más fácil, y tendrás todo tipo de funcionalidades que te harán más cómodo el viaje.
Cuanto más tiempo pasa, mayor es la diferencia entre ambos vehículos, produciéndose incluso cambios estructurales. Si en lugar de mirar 40 años atrás, miramos 80, el vehículo actual deberíamos compararlo probablemente con algo parecido a un carruaje de caballos.
La neurociencia, la epigenética, la física cuántica y muchas otras ciencias nos ofrecen posibilidades que podrían parecer un sueño hace pocos años. El cerebro y la mente han dejado de ser unos desconocidos. Afortunadamente, ahora ya no vamos a tientas cuando accedemos al subconsciente. En la actualidad tenemos la posibilidad de establecer una comunicación bidireccional con nuestro subconsciente.
Hoy por hoy, la gran mayoría de terapeutas y coaches utilizan herramientas “vintage”, como la programación neurolingüística, o gran parte de las técnicas psicoterapéuticas disponibles, que buscan acceder al subconsciente por medio de un enfoque interpretativo. Evidentemente los resultados que permiten obtener son por lo general menores, y mucho más lentos que si utilizasen técnicas más modernas.
Formamos parte de una realidad energética. Nuestro subconsciente, nuestras creencias, nuestras emociones, etc., son energía. Cambiar nuestra realidad requiere simplemente cambiar nuestra vibración. Afortunadamente eso podemos hacerlo de forma fácil, rápida y directa. Pero para ello debemos renunciar a la nostalgia, y pasar a utilizar herramientas modernas, basadas en los más recientes descubrimientos científicos, basadas en nuestra realidad energética, como es el caso de Método INTEGRA.
Personalmente entiendo que ser “vintage” en el ámbito profesional es una elección arriesgada.
Ricardo Eiriz
Creador del Método INTEGRA, de transformación a nivel subconsciente, y autor de los libros “Método Integra”, “Escoge tu camino a la felicidad y el éxito”, “Un Curso de Felicidad”, “Apunta Alto” y “El Alma de la Salud”
FB: https://www.facebook.com/ricardo.eirizvarela
Comentarios
¡Me encanto tu término "VINTAGE"! jajaja
Mira que ya de porsi a todas estas psicoterapias más actuales se les llama de muchas formas como a la TCM (TFT por sus siglas en ingles = el abuelo de la Psicología Energética) porque en efecto TODO ES VIBRACIÓN y si trabajamos a ese nivel... es mas fácil y efectivo.
Me lo quedo... muchas gracias querido Ricardo.
Un abrazo!