Tú eres lo más importante. El Poder está en Ti.
El que se reforma a sí mismo ha hecho mucho por reformar a otros; y un motivo por el cual el mundo no se reforma es porque todos están esperando que alguien más comience, y nunca empiezan ellos primero a hacerlo” Thomas Adams.
Durante años he hecho algo que me da mucho placer y que de acuerdo con los padres que se han comunicado conmigo, ha ejercido un impacto considerable en las vidas de sus hijos. Cuando tengo la oportunidad adecuada de pasar un momento con un niño de cuatro a siete años de edad, me inclino hacia él y le digo por ejemplo: “Fernando, yo puedo hacer algo que muy pocos son capaces de hacer, ¿Sabes a qué me refiero”.
Por supuesto que Fernando me responde: “No”.
Soy capaz de darme cuenta de qué niño o niña es un verdadero ganador desde un kilómetro de distancia, le digo. Y nunca he fallado en esto. Y para asegurarme de continuar con mi récord perfecto, me pregunto si me permitirías examinarte con cuidado. ¿Estás de acuerdo con esto?
A continuación, Fernando dice: “Sí”, sin saber en realidad lo que me propongo.
Entonces me arrodillo junto a él y le doy vuelta lentamente frente a mí, examinándolo por arriba y por abajo y diciendo todo el tiempo: “Ajá, ejem…sí, sí…” Y después doy mi dictamen: “Fernando, no tengo ni la menor duda. Lo veo escrito por todas partes en ti, amiguito, ¡Tú eres un ganador, tienes mucho Poder Interior! Y deseo que siempre tengas presente eso. ¿Lo recordaras por mí?
En esas ocasiones recibo una respuesta entusiasta:
¡Sí!
¡Deseo que le digas a tu mamá y papá que yo te dije que eres un “ganador”! Y que nunca me he equivocado al decir a un niño o niña que será un ganador.
Mayormente la mamá o el papá están cerca de nosotros observándonos y actúan como si su hijo acabara de ganar el premio mayor de la lotería.
La vida es como una carrera de relevos en pista y campo. El primer corredor completa su parte y da la estafeta al segundo corredor, quien después se la transmite al tercero, el que a su vez se la transmite al cuarto. La manera en que se transmite es tan importante para el resultado de la carrera como la velocidad de los corredores.
En la vida nos transmitimos con frecuencia la estafeta unos a otros. Los padres transmiten información fundamental a sus hijos acerca de la fe, el amor, la seguridad, los valores y las buenas costumbres. Después, los padres dejan el paso a varios maestros, entrenadores, líderes, coaches, y otros que imparten lecciones educativas, atléticas y de servicio.
Después el niño, ahora un joven, llega a manos de los mentores de la universidad o quizá de entrenadores militares en ocasiones, y aprende de destrezas para su trabajo, valores y conocimientos adicionales.
Todo este tiempo la manera en que ocurren las transiciones y se pasa la estafeta es algo importantísimo. Las palabras de aliento son como el rocío pegajoso que se esparce sobre la estafeta y permite que cada corredor la agarre con firmeza. En ocasiones, la manera en que se presenta nueva información (en forma alentadora o desalentadora) hace toda la diferencia respecto de cómo se aplica. En último término, el mundo es modificado por las pequeñas palabras y los actos que acompañan nuestras interacciones cotidianas con otros.
Los aliento a invertir tiempo en la niñez y juventud, ya sea en su hogar, en la colonia, en la iglesia, en su comunidad. Después de preocuparse y ocuparse por sus hijos, sigamos con sus amigos. ¿Requieren atención adicional? ¿Reciben aliento y apoyo? Pregúntese a sí mismo si podría ayudarlos y después, hágalo. Los adultos tenemos la responsabilidad de hacer de ellos mejores personas, mejores ciudadanos.
Cada acto de bondad y el tiempo que invierta, le serán compensados con bendiciones indescriptibles. Se requieren personas que lleven una vida de Poder Interior para crear un mundo mejor. Este es el mundo que puede ayudar a construir si decides actuar paso a paso y persona por persona. Haz que las cosas sucedan, Tú tienes el control, Tú eres el responsable.
Recuerda, Tú eres lo más importante. Que Dios te bendiga. Los abrazo fuerte.
Comentarios
Yo no tengo hijos pero si sobrinos y ellos han sido mis maestros me reflejo mucho en ellos como me hubiera gustado que me inyectaran amaror seguridad confianza y valor, de ellos aprendo y tambien los hago sentir unos campeones. Gracias Angy, bendiciones
QUE FANTASTICO, NUNCA SE ME HUBIERA OCURRIDO, PERO TIENES TODA LA RAZON, LOS NIÑOS NECESITAN SENTIRSE SEGUROS, CAPACES, Y SI NO SE LOS DECIMOS, ELLOS NO SABEN QUE PUEDEN LOGRAR LO QUE SE PROPONGAN, LEJOS DE HACER ESTO, MUCHOS PADRES DESCALIFICAN A SUS HIJOS, O LOS MENOSPRECIAN, HACIENDO NIÑOS INSEGUROS O DEBILES, TE FELICITO POR TAN BUEN ARTICULO Y VOY A PROCURAR HACER LO QUE NOS PROPONES, ME VA A DAR MUCHA FELICIDAD PODER HACER SENTIR BIEN POR LO MENOS A UN NIÑO Y SI ESO LO HACE SEGURO DE SI MISMO, LO HABREMOS LOGRADO, MUCHAS GRACIAS Y SALUDOS
Gracias Angy, excelente articulo, reflexivo, motivador.