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En los últimos días he estado pensando mucho acerca de las máscaras, la sombra, la vulnerabilidad, la subjetividad.

Hoy llegué a una conclusión fantástica y es que no hay nada mejor que ser así, vulnerable como una es. Mostrar el corazón en la alegría y en el dolor. El mundo esta demasiado atiborrado de personas que solo desean mostrar una imagen a medias de quienes son y yo me acuso también de eso porque lo he hecho infinidad de veces pero la vida me ha pedido cuentas una y otra vez.

Una mujer que me ha inspirado tremendamente por como ha mostrado su desnudez es la extraordinaria escritora Isabel Allende, una mujer que en sus libros muestra todos sus matices. En Paula, Isabel se muestra tal y como es, sin máscaras. Muestra su luz y su obscuridad y lo hace de una manera que inspira a “Ser” entre comillas. Cuando leí el libro me sorprendió realmente la manera en que abre su alma y nos muestra toda su esencia, eso no hace más que acercarme a esa Mujer que es y a querer seguir sus pasos.

¿Qué sucede si nos abrimos, por qué le tenemos tanto miedo a mostrar nuestra sombra y ensalzamos una luz que ni siquiera hemos vislumbrado? Si vivir escondiendo la sombra nos aleja tanto del ser ¿por qué continuamos haciéndolo? Los seres humanos estamos llenos de contradicciones y si lugar a dudas somos nuestras peores enemigas. Quitarnos la máscara requiere valentía porque es quitarse una a una las prendas que nos separan de nuestro Ser, además de que el camino resulta, muchas veces, en solitario porque siempre se encontrarán personas dispuestas a crucificarnos por el hecho de “atrevernos” a Ser Transparentes. Les movemos sus cimientes y no están dispuestas a dejar que se desquebraje esa máscara vieja y realmente abominable.

Me gusta Isabel Allende y hoy la tomo de inspiración, Mujer Veliente mereces todo mi respeto y admiración, gracias por pavimentar el camino de integridad sin máscaras para las que lo queremos caminar y estamos esforzándonos para lograrlo.