Es la primera comida de la mañana y, quizá, la más importante del día, sobre todo en periodos de tensión. Dése entonces el tiempo de tomar un desayuno completo!

Hay que reconstituir las reservas: por la noche, nuestro organismo funciona con las reservas del día anterior. Estas se han ido agotando poco a poco con la respiración, los latidos del corazón, el trabajo de filtración de los riñones, etc. Por la mañana, es necesario reconstruirlas. En esto consiste la función del desayuno En primer lugar, aportar energía a los órganos, principalmente al cerebro; después, proporcionar proteínas a los músculos; por último abastecer de agua y nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, ácidos grasos....)

 1/4 de aporte calórico diario: es lo que proporciona un buen desayuno (entre 400 y 500 calorías). Debe ser equilibrado un huevo o jamón  (proteínas), cereales o pan ( carbohidratos lentos), mermelada o miel (carbohidratos rápidos), mantequilla (ácidos grasos), un jugo de frutas o una fruta fresca (vitaminas), leche o yogur natural (calcio), una bebida (té o café). Evite sobre todo el aporte excesivo de azúcar y grasas (pan dulce, lácteos, dulces, etc.).

 * El desayuno es también un momento de convivencia para toda la familia. A menudo padres e hijos dejan de verse durante el resto del día. Razón de más para darle la debida importancia a esta comida, todos juntos alrededor de una mesa, sin prisa!