+ Aún no nos reponemos de J7 y ya hay destapes
+ ¿Alguien sabe dónde está reloj electoral del 2018?
+ A la vista, Andrés Manuel, Margarita y Mancera
Guillermo Mora Tavares
Era deseable un tiempo para el reposo y el pensar mejor las prospectivas políticas, después de las elecciones del 7 de junio y, sus naturales resultados controversiales. (Además de los inauditos spots).
Pero, no.
Inquietos, desconcertados y, por lo tanto erráticos, algunos políticos no resistieron la quietud y saltaron a la escena presidencial de 2018, sin que nadie nos enseñara antes el reloj político que consultaron. El vendaval se desató en varios rumbos y colores.
Quien ganó tiempo todo el tiempo, fue Andrés Manuel López Obrador. Posó junto a casi todos los candidatos de MORENA y, así, le dio mantenimiento a su imagen, con miras inevitables a su postulación presidencial y con buen tino para evitar ser acusado de actos anticipados de campaña. Para algunos analistas políticos de prestigio, se trata del aspirante mejor posicionado, ante los escenarios de otros Partidos y eventuales competidores.
Sin embargo, la apreciación fue efímera y, de súbito, se revela la abogada y ex primera dama, Margarita Zavala de Calderón: Desea ganar la postulación presidencial de su partido, el PAN, a la vez que prevé acciones de campaña del lado de los ciudadanos. Sí que la armó doña Margarita, en los medios y las tertulias. Cuando los vientos se apacigüen, podrá verse que se trata de una inicial estrategia panista para recomponerse y, recuperarse de los daños y lecciones del 7 de junio.
La señora Zavala proviene de una familia honesta y honorable y, que se sepa ella no es dueña de patrimonio suficiente para financiar una campaña presidencial en 2018, que costará cientos de millones de dólares. ¿O sí? Porque nadie creerá entonces, como ahora, en los ficticios topes de campaña.
También me pregunto cómo le hará para ganar la candidatura presidencial si, recientemente, su propio partido la “bateó” en sus aspiraciones a la nominación para una diputación plurinominal. Hay un aroma de candidatura ciudadana en su mensaje, creo.
El otro caso es el del doctor en derecho Miguel Angel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien formalmente no milita en partido ninguno.En cuanto destapó su deseo de estar en la boleta electoral presidencial de 2018, inmediatamente los corifeos del PRD se lo quisieron apropiar y etiquetarlo como la mejor carta de la izquierda. Bueno, de esa izquierda. Como en el caso de la señora Zavala de Calderón, en Mancera hay un encubierto coqueteo con la atractiva figura del Candidato Ciudadano o, Independiente.
¿Qué dirá El Bronco? Ya le andan manoseando, como a los otros cuatro casos de éxito electoral reciente, los postulados y actitudes que sostuvo para su triunfo electoral.
Del PRI, por voz de Miguel Angel Osorio Chong se supo: nadie del Gabinete adelantará tiempos ni destapes. ¿Será?
En ese entorno, resurgirá el nombre de Juan Ramón de la Fuente –quien gusta de torear en ganaderías aguascalentenses--, como potencial Candidato Ciudadano. Simpatizantes ya consultan el interesante libro Manual del Poder Ciudadano, de Ulrich Ritcher Morales, lectura obligada para estos tiempos.
¡Ah!, retomo el inicio de este artículo: ¿Y el recreo, el descanso del ruido electoral? Por lo visto, no lo habrá.
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