Jenni tenía un muy amigo, Mauricio, quién pidió un crédito a una empresa dedicada al préstamo de dinero, sin embargo, ante la imposibilidad de tener bienes propios para garantizar su deuda, le pidió que fuera su aval, jurándole que no fallaría en sus obligaciones, a lo que Jenni amablemente y confiando totalmente en la solvencia y amistad de su amigo lo hizo. Hoy Jenni corre el riesgo de perder sus bienes dado que su amigo, se vio comprometido en una terrible crisis económica y ya no pudo hacer frente a los compromisos adquiridos como consecuencia del crédito por lo que la acreedora le ha reclamado el pago de la deuda de Mauricio, obligaciones que tendrá que asumir como su aval que es.
Para evitar que te suceda lo que a Jenni te pido que por ningún motivo e idealmente bajo ninguna circunstancia prestes dinero, seas aval ni fiador de nadie, y mucho menos dés un inmueble en garantía hipotecaria y cuando digo nadie es nadie, llamémosle hijos, amigos, hermanos, compadres, créeme que lo puedes lamentar, puedes perder tus bienes, tus propiedades, aún parte de tu salario y bueno para acabar pronto también el vínculo con la persona tan querida a quién de tan buena fé deseas proteger.
Una vez que firmes será muy difícil revertir sus efectos.
Así que mejor sencillamente aprende a decir que NO, aunque te duela, más vale un no a muy buen tiempo.
Si penosamente no puedes o no quieres dejar de hacerlo, primero Infórmate, consulta los efectos, NO hagas nada sin tener pleno conocimiento de los efectos de lo que firmarás. Ya firmado no hay marcha para atrás.
Y recuerda como siempre, que no estás sola!
Lic. Claudia Torres G.
Abogada y coach legal
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