Una de las lecciones que nos trae la vida es la de aprender a vivir con la incertidumbre. Nada es permanente, todo cambia, es efímero. Incluso nuestro cuerpo va cambiando con el paso de los años. Nada permanece.
Esto nos angustia, porque a cada momento vivimos la pérdida de algo. Ya sea desde un simple cabello o hasta la pérdida de un diente, o un ser querido. Vivimos despidiéndonos todos los días.
De aquí la invitación para enfocarnos en el hoy. Lo que vivo hoy, ahorita que escribo, no se repite. Por ello quiero vivir con calidad, sabiéndome amada por mí misma, y en el reto de que sea lo que tengo que vivir, tengo la suficiente fuerza para hacerlo.
Para ello, es necesario aprender a poner límites a nuestro alrededor. No se trata de vivir la vida como si no tuviéramos la menor influencia en ella. Si necesitas poner un límite a algo que no te guste en tu relación, comienza desde hoy. Hoy es tu futuro también.
En mi novela "La mujer que imagina", el personaje aprende a vivir con esta incertidumbre, hasta valorarse y salir en busca de sí misma frente a diversas circunstancias.
Estoy segura de que hoy es el futuro. Así como nos tratamos a nosotras mismas hoy, así seremos tratadas en el futuro. Buen día.
Comentarios