Publicado por Tere Bermea el 15 de Junio de 2010 a las 1:44am
Estos son dos de los temas quey hoy trataré en mi programa de radio por internet a las 10 de la mañana. Además ¿TE ATERRA EL SILENCIO EN LA PAREJA?Entra a la página www.terebermea.com.mx , abajo a la derecha dice LA PALABRA DE TERE BERMEA y listo¡¡Mi direccion de messenger es tere_bermea@hotmail.comSigueme en facebook/terebermeao Twitter @tereberemea
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La violencia...es una conducta aprendida.
Ya sea la psicologica como la fisica.
Pero..como todos tenemos libre albedrío..habré quien escoja no se violento y habrá quien escoja no ser violentada.
Creo que este tema...cada quien lo verá de acuerdo a aquello que le han enseñado...y de acuerdo a sus vivencias....solo quien ha vivido una relacion asi..sentirá en carne propia de lo que se esta hablando..y solo aquella que ha sobrevivido sabe que se puede salir vencedora..y solo aquella que quiere sanar sus heridas, logrará de verdad un dia encontrarse una pareja sana...pero porque ella misma esta sana.
un abrazo Tere...sigue iluminandonos con tus temas!!
Es normal que, transcurrido el tiempo, los matrimonios atraviesen por mil situaciones difíciles, como suele ocurrir en cualquier convivencia entre personas. Los principios de las parejas siempre son buenos y agradables, pero el paso del tiempo y los avatares de la vida suelen ir enfriando poco a poco la relación y produciendo algo malo: la incomunicación. Esta suele ser muchas veces la causante de que la pareja desemboque en una separación o en el divorcio.
Pensar siempre que se tiene la razón, faltar el respeto al otro o no ponerse en su lugar para intentar comprenderlo y, en general, la falta de deseo de buscar soluciones eficaces y la ausencia de diálogo hacen que los problemas se dilaten, sin ánimo de resolverlos.
La decepción es también uno de los males que acecha a cada pareja y muchos le achacan todos los problemas que van apareciendo. Este problema surge cuando se empieza a pensar que la persona que tenemos al lado no parece ser la misma que la que conoció y con la que se casó. Por ello, se produce una falta de admiración.
Por otro lado, la rutina y la monotonía son como un cáncer para el buen funcionamiento de la pareja. El estar haciendo siempre las mismas cosas conlleva una falta de interés y una falta de ilusión, provocando en muchos casos la apatía y un deseo de romper con el otro para siempreToda relación entre esposos y padres e hijos implica algún tipo de conflicto. Incluso se dice que "el amor alimenta el conflicto". Mientras exista el pensamiento, habrá diferencia de opiniones; y eso es positivo. Sin diversidad de intereses, características creativas y poder de convicción, nos aburriríamos.
Es muy importante saber reconocer un problema y atajarlo en el momento en que surge. Hay dos formas de discutir: destructivamente y constructivamente.
Las discusiones destructivas deterioran la autoestima, impiden la realización normal de la persona e inhiben el desarrollo de nuestras facultades. Además, suelen ser discusiones ruidosas, exasperantes y violentas; grotescas si se producen en un transporte público e indecorosas delante de las visitas o de alguna personalidad.
Las discusiones constructivas resuelven los conflictos por la vía positiva y fomentan el perfeccionamiento personal.
¿SON REALMENTE NECESARIAS LAS PELEAS FAMILIARES?
¿Por qué razón parecen tan importantes esos pequeños problemas cotidianos, que nos llevan al extremo de pelearnos por ellos? Los enfados y las discusiones acaloradas tienen, en su origen, un sentimiento de impotencia. Muchos de nosotros nos criamos pensando que los padres (buenos por definición) controlan siempre los actos y la conducta de sus hijos. Por eso, cuando un niño se pasa de la raya, el padre, de alguna manera, puede sentirse incompetente y fuera de lugar. Para compensar ese sentimiento, recurre al enfado escandaloso.
Padre bueno, el hecho de que tu hijo te desafíe una vez no significa que seas un padre fracasado.
Las batallas entre padres e hijos suelen ser destructivas y, a menudo, innecesarias. Hay que concentrarse en lo que tiene verdadera importancia: la honradez, la lealtad, la comunicación, la responsabilidad... Hay que determinar cuál es la importancia real de una situación. En los casos anteriormente citados, Juanita no va a sufrir perjuicio alguno, ni físico ni psicológico, por el hecho de vivir unos cuantos días más en medio de su desorden y suciedad de preadolescente. Angelito, por su parte, crecerá igual de saludable y fuerte, aunque una noche no se coma la carne. No entable batallas que usted se vea incapaz de ganar. Está claro que no ganará la de la comida, a menos que se ponga en plan abusivo; no podrá forzar a su hijo a comer. Esos problemas deben resolverse de otras maneras, nunca mediante una declaración de guerra.
Comentarios
Ya sea la psicologica como la fisica.
Pero..como todos tenemos libre albedrío..habré quien escoja no se violento y habrá quien escoja no ser violentada.
Creo que este tema...cada quien lo verá de acuerdo a aquello que le han enseñado...y de acuerdo a sus vivencias....solo quien ha vivido una relacion asi..sentirá en carne propia de lo que se esta hablando..y solo aquella que ha sobrevivido sabe que se puede salir vencedora..y solo aquella que quiere sanar sus heridas, logrará de verdad un dia encontrarse una pareja sana...pero porque ella misma esta sana.
un abrazo Tere...sigue iluminandonos con tus temas!!
Pensar siempre que se tiene la razón, faltar el respeto al otro o no ponerse en su lugar para intentar comprenderlo y, en general, la falta de deseo de buscar soluciones eficaces y la ausencia de diálogo hacen que los problemas se dilaten, sin ánimo de resolverlos.
La decepción es también uno de los males que acecha a cada pareja y muchos le achacan todos los problemas que van apareciendo. Este problema surge cuando se empieza a pensar que la persona que tenemos al lado no parece ser la misma que la que conoció y con la que se casó. Por ello, se produce una falta de admiración.
Por otro lado, la rutina y la monotonía son como un cáncer para el buen funcionamiento de la pareja. El estar haciendo siempre las mismas cosas conlleva una falta de interés y una falta de ilusión, provocando en muchos casos la apatía y un deseo de romper con el otro para siempreToda relación entre esposos y padres e hijos implica algún tipo de conflicto. Incluso se dice que "el amor alimenta el conflicto". Mientras exista el pensamiento, habrá diferencia de opiniones; y eso es positivo. Sin diversidad de intereses, características creativas y poder de convicción, nos aburriríamos.
Es muy importante saber reconocer un problema y atajarlo en el momento en que surge. Hay dos formas de discutir: destructivamente y constructivamente.
Las discusiones destructivas deterioran la autoestima, impiden la realización normal de la persona e inhiben el desarrollo de nuestras facultades. Además, suelen ser discusiones ruidosas, exasperantes y violentas; grotescas si se producen en un transporte público e indecorosas delante de las visitas o de alguna personalidad.
Las discusiones constructivas resuelven los conflictos por la vía positiva y fomentan el perfeccionamiento personal.
¿SON REALMENTE NECESARIAS LAS PELEAS FAMILIARES?
¿Por qué razón parecen tan importantes esos pequeños problemas cotidianos, que nos llevan al extremo de pelearnos por ellos? Los enfados y las discusiones acaloradas tienen, en su origen, un sentimiento de impotencia. Muchos de nosotros nos criamos pensando que los padres (buenos por definición) controlan siempre los actos y la conducta de sus hijos. Por eso, cuando un niño se pasa de la raya, el padre, de alguna manera, puede sentirse incompetente y fuera de lugar. Para compensar ese sentimiento, recurre al enfado escandaloso.
Padre bueno, el hecho de que tu hijo te desafíe una vez no significa que seas un padre fracasado.
Las batallas entre padres e hijos suelen ser destructivas y, a menudo, innecesarias. Hay que concentrarse en lo que tiene verdadera importancia: la honradez, la lealtad, la comunicación, la responsabilidad... Hay que determinar cuál es la importancia real de una situación. En los casos anteriormente citados, Juanita no va a sufrir perjuicio alguno, ni físico ni psicológico, por el hecho de vivir unos cuantos días más en medio de su desorden y suciedad de preadolescente. Angelito, por su parte, crecerá igual de saludable y fuerte, aunque una noche no se coma la carne. No entable batallas que usted se vea incapaz de ganar. Está claro que no ganará la de la comida, a menos que se ponga en plan abusivo; no podrá forzar a su hijo a comer. Esos problemas deben resolverse de otras maneras, nunca mediante una declaración de guerra.