Hoy 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y cabe preguntarse: ¿qué tanto habremos avanzado en este tema? ¿qué tanto los hombres están dispuestos a aceptar nuevos roles para hacer más equitativas las relaciones de pareja? ¿cuáles son los caminos a transitar para lograr escenarios de igualdad en el ámbito laboral y político?.. Sin duda, mi abuela ni lo pensó, no tuvo tiempo, murió de 32 años, dejando ocho hijos vivos y varios no logrados. Cuenta mi madre que enferma ya y tirada en el petate, mi abuelo le decía ¡ya muérete para que traiga a la otra!
Efectivamente, al poco tiempo mi abuela murió y mi abuelo trajo a “la otra”.
Si mi madre pensó en estas cosas, yo nunca escuché que dijera nada, que se quejara o que maldijera la vida que le tocó vivir a lado de un hombre violento y alcohólico. Cuando yo me revelaba después de una golpiza le decía: “Mamá vámonos de aquí, deja a mi papá”, y ella me decía: “¡No! Esta vida me toco vivir, aquí nacimos y aquí nos tenemos que morir”.
Yo me atreví a cambiar. Me rebelé a ese futuro espantoso que me esperaba y me fui de mi pueblo huyendo de esa terrible realidad. Sin embargo, todavía pesan sobre mí algunos atavismos del pasado con los que fui educada los cuales, estoy segura, no se reflejarán en mi hija, ya que me encargué de educarla con otra visión, con el objetivo de convertirla en una mujer plena, libre, independiente y sin temores.
No fue fácil: Los hombres de mi pueblo se llenaban la boca diciendo que las mujeres sólo servíamos para el petate y el metate. Afortunadamente, yo sólo salí buena para el petate. Las mujeres no teníamos ningún valor, la educación era la sumisión hacia el esposo y el sometimiento a sus órdenes. Algunas estadísticas me hacen pensar que, en pleno 2010, esta realidad no ha cambiado demasiado. Por ejemplo: De acuerdo al ENDIREH 2006, el 43% de las mujeres del país han sido víctimas de violencia, con porcentaje que van del 33.7% en Coahuila al 54% en el Estado de México.
Esa realidad que vivimos las mujeres en los hogares no es muy distinta a la que se vive en materia de equidad en la vida laboral, en donde el 30% de las mujeres mayores de 15 años han sufrido algún tipo de discriminación, hostigamiento, acoso o hasta abuso sexual en su trabajo.
Estoy convencida de que esos hombres que maltratan a la mujer con la que viven, no actúan de manera diferente cuando son funcionarios públicos. Cómo olvidar las actitudes de misoginia que viví durante mi campaña en Hidalgo. En los círculos de poder se referían a mí como “la pinche vieja”. Cómo permitir que una mujer se atreviera a desafiar al club de Tobi. Los líderes comunitarios decían: “Todos estamos casados y no nos gusta que nos mande una mujer”. Escuchándolos yo pensaba: ¿Por qué han permitido que los mande tanto pendejo, corrupto e inmoral?”. Pero claro esa pregunta nunca se la van hacer.
Justo en campaña, una mujer indígena se me acercó para comentarme que ya estaba cansada de las golpizas de su marido y que además le quitaba el poco dinero que ganaba lavando ajeno. El hombre usaba ese dinero para emborracharse. Mi primera reacción fue decirle que lo dejará, y ella me dijo: “Es que no se va, vive en la casa que me dejó mi mamá”. Éste sí me salió más chingón, pensé, y le dije a la mujer: “Bueno, entonces ve con el delegado de tu comunidad y pon una queja para que lo encierren”. Su respuesta me dejo sin palabras: “Ya fui con el delegado y me dijo que me tengo que aguantar porque es mi marido”. Sobra decir que me enojé, me puse furiosa: “Ve y dile al cabrón del delegado que digo que yo, que él se vaya a vivir con tu marido, y si que aguanta que le pegue y le quite su dinero, tú te regresas”.
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Si pudiera recibir este mensaje Xochitl Gálvez me encantaría decirle que fuera de su manera de hablar, con la que no comulgo, la admiro. Convivimos en la reunión nacional de mujeres empresarias y realmente da gusto conocerla, aunque sea más jóven que muchas de nosotros. Me encantaría saber de su boca, que ella no haría lo que vemos están haciendo la mayoría de las mujeres que en la política han encontrado su lugar. Corrupción, que pena, igual que la mayoría de los hombres. Lo peor que le podemos hacer a un ser humano, es quitarle la esperanza y confianza en otro ser humano. Portándonos como cualquiera, terminamos siendo cualquiera.
Saludos Sol
Yo pienso que tu has llegado donde estas por tu forma de ser y así se tiene que tratar a los hombres que no tienen la capacidad emocional de convivir con respeto, te felicito porque es tener la valentía de enfrentarse y ponerle alto a la situación pero las mujeres somos muy vulnerables desde la ley.
Conozco una mujer que esta encarcelada por defenderse de los golpes de su marido borracho, lo mató en esa agresión y ahora quienes sufren las consecuencias son sus hijos que andan con diferentes familiares, viviendo de lo que pueden en una comunidad muy alejada del Río Escanela Qro. y así conozco muchas historias de injusticia legal y cuando quieres ayudar como representante popular te amenazan desde diferentes niveles para que te quedes callada, te quitan los apoyos, te levantan actas. etc y no sabes a quien recurrir porque todo mundo te da la espalda.
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Saludos Sol
Conozco una mujer que esta encarcelada por defenderse de los golpes de su marido borracho, lo mató en esa agresión y ahora quienes sufren las consecuencias son sus hijos que andan con diferentes familiares, viviendo de lo que pueden en una comunidad muy alejada del Río Escanela Qro. y así conozco muchas historias de injusticia legal y cuando quieres ayudar como representante popular te amenazan desde diferentes niveles para que te quedes callada, te quitan los apoyos, te levantan actas. etc y no sabes a quien recurrir porque todo mundo te da la espalda.