VdeL 2.7.- Casi Amazónica

+ 2.6.- ¿POR QUÉ LOS HOMBRES... 2.8.- EL GRAN SALTO+Ángel Guerrero: Narrativa de valores, lucha, logros y high tech+WordPress: http://bit.ly/6Q9rIBContinúa la publicación on line de los trabajos del segundo ejercicio de VERANO DE LETRAS. Da gusto ver el entusiasmo y dedicación de las participantes aunque, por razones diversas, cuatro de ellas ya no lo son. Ängel Guerrero se acogió a una variante del ejercicio, que era escribir sobre sus personajes 15 años después. Aquí hay una historia de fuerza, de perseverancia, de valores y de logros. Leamos:CASI AMAZÓNICAÁngel GuerreroComienza a amanecer, mi cuerpo siente la brisa matinal que entra acariciándome por la ventana y se desvanecen las imágenes de mi sueño. Trato de recapitular qué fue lo que me hizo sentir tan feliz, pero sólo logro recordar pasajes cortos y sin coherencia.Se activa la alarma del despertador, escucho la voz mecánica y vacía de mi único compañero, mi ordenador: “son las seis de la mañana, la agenda del día de hoy: 11:00 a.m. vuelo a Boston; 2:00 p.m. Reservación en el hotel The Lenox en Boston, 6:00 p.m. cita con el estilista y a las 20:00 hrs. Graduación de Moni en Harvard”.Me levanto aún con la sensación de no saber si es parte del sueño o si es la realidad, lavo mi cara, me pongo un short y una playera; camino hacia el anexo de mi habitación donde está ubicado mi gimnasio. Me coloco el monitor que por mis signos vitales determina la intensidad de mi entrenamiento. Hace años que entreno para maratones, me gusta concentrarme en escuchar los latidos de mi corazón, imagino mientras corro, cómo la sangre va fluyendo por todo mi cuerpo, siento cómo mis músculos se contraen. Esa sensación es lo que hace la diferencia entre estar viva y sentirme viva.Termino mi entrenamiento y entro a la ducha, los detectores en la pared obtienen la temperatura de mi cuerpo, se mezcla el agua y en forma de lluvia mi cuerpo recibe la mejor de las sensaciones, la del agua, el vital líquido ahora tan escaso. Recuerdo cuanto escuché las campañas de cuidarla y el poco caso que hicimos, ahora vivimos las consecuencias fatales de no haber tenido conciencia. El baño no puede durar más de un minuto, salgo y los ventiladores secan mi cuerpo. Camino hacia el armario y mi reloj de pulso detecta mi estado de ánimo, nunca dejará de sorprenderme, sin fallar cada día, sabe cómo me siento y qué colores debo usar. Desde hace muchos meses no había leído en mi reloj “ánimo óptimo”. Era de esperarse el día de hoy mi hija mayor se gradúa de la universidad. Elijo la ropa que usaré, la empaco en mi maleta y me alisto para estar a tiempo para tomar el vuelo.Antes de salir de casa programo el control maestro hasta la fecha en que volveré a casa, subo a mi auto deportivo y activo con mi huella el encendido del motor.En la sala de espera del aeropuerto, uso mis lentes de realidad virtual. Disfruto tanto esta tecnología, hoy decidí cargar en la memoria los mejores momentos que pase al lado de mi hija. Sólo debo colocarlos, ajustar los audífonos, elegir el track y oprimir play para regresar al pasado. Y entonces la veo, estoy detrás de la puerta de la guardería, viene brincando y agita sus manitas para saludarme, emprende una carrera con la esperanza de ya no esperar un segundo más para estar en mis brazos, se despide de sus amigos y siento sus bracitos en mi cuello. Voy caminando a casa y escucho su vocecita entonar las canciones que aprendió. Después la veo bailando hawaiano, esta tan concentrada en los movimientos de su cuerpo y en no fallarle a su equipo, ya comienza a dar señales de que pronto dejara de ser una niña, escucho los aplausos y veo como se acerca a mí y al oído me dice: ¡Mami te amo!De forma brusca se interrumpe mi realidad virtual, al escuchar el aviso de abordar el avión. Los aeropuertos han tenido que diseñar avisos vibratorios, ya que la mayoría de las personas siempre están acompañadas de esta tecnología, ausentes de la realidad, porque todos nos hemos vuelto adictos a escaparnos, a sólo reproducir los momentos felices de nuestra vida y de esa única forma sobrevivir a un mundo que nos ha enseñado a ser solitarios.Recordé sin querer, cuando hablaba con algún extraño mientras esperaba o cuando sólo observaba las caras de las personas, disfrutaba mucho recrear las historias que por sus expresiones yo deducía. Me gustaba adivinar si eran felices o solo estaban conformes. Pero nos dejamos llevar por la tecnología, que al parecer su único objetivo era volvernos antisociales y débiles ante la realidad.Abordo el avión, en menos de 20 minutos estaré al lado de mi hija, lo cual me llena el alma de gozo, he luchado tanto para que ella encuentre la felicidad auténtica y este es uno de los momentos que representa un paso en esa búsqueda.He sido parte de la generación de mujeres a quienes nos tocó abrir camino, nos tocó ser punta de lanza. Nací a finales del 70, la sexta hija de una familia convencional de clase media. Mi madre vivía para atender su casa, sin importar traiciones, escasez y abusos, ella sentía que no tenía opciones y aceptaba su destino sin rebeldía. Su padre le negó la posibilidad de estudiar con el argumento de que a ella la iban a mantener y el dinero era para pagar los estudios de los hombres. Y mi abuela no podía decir otra cosa que no fuera: “lo que digas Juan”, sin importar lo que ella quería, solo era parte del servicio de la casa y la única que brindaba amor después de las golpizas que el padre le daba a sus hijos.En el siglo XX las mujeres comenzamos una lucha feroz para lograr que se nos reconociera la capacidad intelectual, la libertad de elegir sobre nuestro cuerpo y el poder de competencia con los hombres en puestos de liderazgo en el ámbito social, político y laboral. Desgraciadamente como en todo, los abusos llevaron a un movimiento feminista exagerado, casi amazónico, en donde el hombre en lugar de complemento era el enemigo. El resentimiento de muchas generaciones llevo a los extremos esta liberación, cayendo en lo absurdo y trayendo como consecuencia la transformación del valor más importante en la sociedad: “la familia”, ahora son matriarcados absolutos y en su gran mayoría mujeres solas al frente.En carne viva sufrí el machismo, los hombres de mi generación habían crecido en senos familiares patriarcados; crecieron con la ilusión de poder subordinar a una mujer a sus decisiones y se encontraron con una generación que había comenzado la evolución. Sin tener el antecedente de cómo controlar esta situación, dejaron de luchar y en consecuencia, en lugar de hombre de la casa tomaron el lugar del hijo mayor. Una generación de hombres temerosos, confundidos y asustados por la feroz competencia que representaban las mujeres.Mi generación de amigas, el 80% está sola, el 15% no le importa mantener a su esposo y el 5% mantienen una relación aceptable.Siempre me visualicé como una guerrera, abriendo el camino para las nuevas generaciones, conquistando derechos, educando con nuevos valores, aceptando el rol que por naturaleza me tocó desempeñar y aprendiendo a ser feliz en esta misión.El avión anuncia el aterrizaje, siento como la adrenalina comienza a fluir por todo mi cuerpo. Estoy a cinco minutos de ver a mi hija Moni y eso me hace muy feliz. Ella es el motor de todos mis proyectos y el prototipo de mujer que me permite ir viendo los avances de mi lucha.
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Comentarios

  • Muy buen trabajo !!!!
    resaltas puntos importantes de la lucha interminable de sexos, me parece un trabajo muy realista y super narrado
    te felicito !

    Adriana Cisneros Garza
  • Guerrera: Me identifico contigo al 100% ; me gusto tanto tu escrito que me adentre en el inmediatamente y vivi ese dia agil y veloz...senti la adrenalina de una vida asi ...y sabes? me gusto, me gustaria esa vida..aunque la mia es dmeasiado tranquila a veces y me pregunto cual de las dos maneras me daria mas felicidad ; yo tambien he sido una guerrera; tambien he luchado por mi libertad antes que nada y he tomado las riendas de mi hogar y vida..amo entrañablemente a mis hijos y en ellos me veo tambien, como una obra de arte recien esculpida algo asi...
    Gracias ... llenaste mi dia de imaginacion y movimiento
    Marilia
  • Angel Guerrero:
    Al leer tu historia me confundí, parecería como si estuviera leyendo 2 al mismo tiempo pero bueno al final entendí que la última es la conclusión de la primera.
    Muy buen tema el que escogiste.
    Felicidades!!!!!!!!!!!!!
  • Te felicito por tu capacidad para recrear tu historia en el 2015 y de ubicar a tus personajes rodedados de tecnología moderna. Y me resulta sorprendente que esta situación sobre pongas los valores y el amor, Ojalá que para esos años se siga recurriendo a los valores como tú lo manifiestas. Saludos
  • Me encantó como manejas el futuro, muy buena imaginación.

    Lo que captó mi atención es como abordas el concepto de "Mujer Guerrera", ese movimento "Amazónico", y es cierto hay una gran "Lucha de Poder" entre los sexos, que obvio, se ha llegado a lo absurdo.

    Este movimiento a tomado fuerza por el abuso del sexo opuesto, el machismo del cuál hablas, es consecuencia desafortunadamente de nosotras las mujeres:

    1.- Por permitir que así se nos trate.
    2.- Por ser las educadoras de hombres machistas.

    Ahora cuando describes al hombre como:

    "Una generación de hombres temerosos, confundidos y asustados por la feroz competencia que representaban las mujeres".

    Pensé que "flojara" tener un hombre así a mi lado.... jajajajajajaja...

    Me identifique con "Mujer Guerrera" pues me considero una mujer de lucha constante, el comcepto "amazónico" lo voy hacer mío.... verdaaderamente me atrajo, aunque para ser sincera... Me encantaría tener a un hombre a mi lado, Inteligente y seguro de sí mismo, considero que el el estado "ideal" del ser humano es vivir en pareja, pero con la "correcta" ... ¡Cosa nada fácil de encontrar!...

    Felicidades!!

    Marisela Silva.
  • Angel Guerrero: Sin duda alguna muchas mujeres de los finales de los '70s, sus estátus encajan dentro de uno de los porcentajes que mencionas. Al igual que el comentario de Olimpia, me hubiera gustado saber más sobre la felicidad auténtica. ¿Qué valores son importantes para ti y tu hija? ¿Tu hija cree en la vida de pareja? ¿Cual es la imágen que tiene tu hija sobre la familia: mamá, papá y hermanitos?

    Las que aún seguimos casadas con hombres de esta generación, seguramente tenemos a una pareja con alguna de las características que describes "temerosos, confundidos y asustados por la feroz competencia que representan las mujeres". Una mujer de esta generación qué le enseña a la niña que crece... qué le enseña a un niño, quie crece en un genero asustado...

    Me pareció que el tema de tu texto puede ser aún mucho más extenso.

    Es una historia de hoy...

    Gracias por compartir.
  • GULP!!!!

    Tu escrito me ayuda a hacer una pausa y ver(me) y pensar un poco cómo veo a mi pareja, en qué estatus considero mi relación y mi proyecto de vida y cómo están mis amigas al rededor mío.

    Yo sinceramente he encontrado mucho dolor en el camino de rivalizar con los hombres, en mi propia experiencia nada bueno ha salido.

    Pero bueno, que es una historia futurista y con eso respiro de nuevo,

    Un abrazo!!!
  • Angel Guerrero: tienes una escritura ágil, rápida. Me gusta el inicio y como vas describiendo al personaje, más bien por sus acciones me la imagino, una mujer muy moderna, deportista, triunfadora, como una Ana Gabriela Guevara, pero con hija. El inicio lo percibí con cierto toque de erotismo, se despierta, el baño, la ventana..., pero no iba por ahí, sin embargo en esa rutina de ejercicios yo lo sentí. A partir de "He sido parte de la generación..." lo sentí para otro texto, siento que rompe con lo anterior, es mi opinión, pues inicia muy literario y ya en esa parte me lleva por otro lado o sea más didáctica, tal vez si enlazaras las anécdotas de la niña de kinder y luego al pasado de la deportista para mostrar la gran diferencia entre la educación actual y la de hace 40 años. Que de alguna manera lo haces, pero sin decir " En el siglo xx las mujeres..." "En carne viva sufrí el machismo..."Mi generación de amigas..." Mientras la madre va en el avión, feliz de encontrarse con la hija y sus logros, no deja de pensar en su vida, decirlo como: " El siglo XX1 es otro, siempre me visualicé como una guerrera...no soy ese 5% que mantiene una relación aceptable, ni formo parte del 15% que con tal de no estar sola, mantiene al marido. Soy como mis amigas, de esa generación donde por el 80% está sola. El relato menciona de la lucha de la madre para enseñarle a la hija la felicidad auténtica, ¿cuál es? o ¿cómo es? como lectora tengo curiosidad, porque puede ser sólo el triunfo, el status, porque la madre lo tiene, le costó tenerlo. ¿Cómo le enseña una mamá sola a su hija, el tema de la felicidad auténtica? se me hace muy interesante. Cómo se dan esas pláticas, cómo hablan del amor, la amistad, el sexo. La falta del padre, qué piensa la hija. Te digo esto porque conozco mujeres así, no con tan buena posición, claro y hablan mal de los hombres, como que no hacen falta, que lo pueden todo y tampoco es así.
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