+ 1.7.- SEÑOR ¿PUEDO APAGAR MI BOTÓN? 1.9.- CHOCOLATE ARTESANAL EN PARIS+ Arnich: Narrativa que es un torrente de vivencias, a veces tristes a veces bellas+ Wordpress: http://bit.ly/7g1vbRMUÑECAS DE TRAPO es el nombre de la narrativa de Arnich --que a su vez es el nombre de una Hada-- en la cual nos encontramos un torrente de vivencias en una niña, su familia, amiguitas y vecinas, en ocasiones demasiado tristes, otras chuscas y algunas más, felices y bellas. Como sucede con otras de sus compañeras en VERANO DE LETRAS, es la primera vez que Arnich publica un texto de su autoría. Leamos:MUÑECAS DE TRAPOArnichSoy Mayela, provengo de una familia integrada por seis hermanos y mis padres, fui la única mujer y durante una época me tocó vivir como una princesa de cuento. ¿Una princesa de cuento? Así es, hasta la edad de 10 años todo se me daba, casi siempre tenía juguetes que mis amiguitas deseaban tener, no eran cosa del otro mundo pero para las condiciones de vida que se tenia en el lugar donde vivía no eran las mejores, mi padre era comerciante y no le iba mal, por lo que estábamos en una situación un poco diferente.Además por ser la única mujer de la familia se me dio trato diferente, aunque no quiero decir que a los varones les haya ido mal.En la calle solo había tres casas, una se puede decir que estaba semi-construida era de ladrillo rojo, tenía piso de tierra, pero siempre estaba limpia, aún recuerdo el olor a tierra mojada cuando regaban para barrer. La siguiente casa se encontraba en medio, estaba un poco mejor, las habitaciones si tenían piso, enjarraban y pintaban las paredes por partes, como su economía se los permitía, ahí vivían mis amigas de la infancia. La siguiente era mi casa, tenía dos plantas, era muy grande, ya estaba terminada pero no era nuestra, pagábamos renta.Mis amigas eran cuatro y andaban entre los 5 y 10 años, se llevaban con muy poco, a diario me buscaban en casa para invitarme a jugar, llegaban corriendo y gritando para que saliera pronto y sacara mis juguetes, los cuales siempre estaban sobre una cómoda en mi recámara donde servían de adorno. A ellas les gustaban, mientras que a mi me gustaban los juguetes de mis hermanos, era mas placentero pasarme el día con ellos, jugando a sus juegos, pero a mí mamá por supuesto que no le parecía y en cuanto escuchaba a mis amiguitas que me gritaban para que saliera me decía: ¡anda ve a jugar! y si no lo hacía me castigaba. Para evitarlo, la obedecía, sacaba mis juguetes se los prestaba a mis amigas y las miraba jugar.Los juguetes era un juego grande de ollas, tazas, platos, casi todo lo que tenían nuestras mamás en sus cocinas, claro, todo en miniatura. Una de las muñecas casi era de nuestro tamaño y en la parte de la espalda tenía un apartado donde se le colocaban pilas y un pequeñismo disco de color azul para que la muñeca cantara; la otra era de tamaño de un bebé, tenia los pies de trapo, al igual que la otra era de baterías, gateaba y movía la cabeza, por lo que Gaby, Mary, Yadira y Zoé jugaban fascinadas puesto que sus muñecas era de trapo, que su mamá les hacía.Mis amiguitas tenían papá pero casi nunca estaba con ellas, él era campesino y se marchaba a su pueblo natal cuyo nombre no recuerdo, donde tenía algunas hectáreas de tierra y vivía en casa de su mamá. Se sabía que económicamente estaba bien, su trabajo como campesino le era muy bien remunerado, al parecer ahorraba casi todo, sin importarle que su familia tuviera necesidades. A pesar de eso sus hijas vivian felices.Recuerdo que las muñecas eran de retazos de diferentes telas, colores y texturas, pero con mucha creatividad y lo más importante “Amor”, cuando la señora se sentaba a su maquina de coser, todas la rodeábamos y con una sonrisa nos miraba y nos decía que se tardaría mucho tiempo en hacerlas, pero no le tomábamos importancia y ahí seguíamos observando paso a paso la elaboración de tan preciadas muñecas, a mi también me hizo una. Les hacia ropa y yo aún conservo una blusa que guardo con mucho cariño, cuando me la regaló me la ponía muy seguido por que me gustó mucho, en algunas ocasiones que se juntaban mi mamá y ella a platicar se reían de mí, diciendo que parecía retrato, pero no me importaba por que yo me sentía bien.Fuímos vecinas por algunos años, hasta que un día se enteraron de una noticia aterradora, a la señora le detectaron ¡cáncer de mama! Esto fue en las últimas semanas de su embarazo, en una clínica de gobierno, donde sin ninguna consideración le dijeron: Señora ¿qué hace aquí? ¡Ya váyase a morir en paz a su casa! No hay nada más que hacer, por lo cual la mujer se fue a su casa desconsolada, se la pasaba llorando y abrazando a sus pequeñas y en pocas semanas se fue deteriorando más y más, con el parto su vitalidad se agotó, y en pocos días falleció después de darle vida a un niño.Mis amiguitas tenían dos hermanos mayores, hombre y mujer, de entre los 17 y 19 años de edad. Todos quedaron desconsolados y preocupados, con una gran responsabilidad, puesto que hacían de cuenta que no tenían papá. Al poco tiempo, no recuerdo cuanto, se mudaron a una ciudad llamada Tecate, donde vivían hermanas de su mamá, quienes les apoyarían con sus hermanas y el pequeño para que ellos continuaran con sus estudios. Nunca tuvimos noticias, pero aún queda un gran recuerdo de esa amistad que tuvimos.Durante la época que curse la primaría hubo una economía buena, de abundancia y luego todo cambió. Apareció la necesidad, no sé si por despilfarros por parte de mi padre o por que se confió de algunas personas, quién sabe que pasó, no lo quiero investigar. Nació un nuevo hermanito, en los mismos días que el de la vecina que murió, fue un parto prematuro de siete meses de gestación, hubo muchas complicaciones por lo que mi hermanito tuvo que permanecer un tiempo en incubadora en el hospital; para esos días mi papá no estaba con nosotros, nunca nos dijeron a dónde fue, su negocio cerrado, solo quedaba el que tenia mi mamá pero ya con graves problemas.Solo tenía 10 años de edad y a partir del momento que mi madre me dijo que tenía que salir y me encargaba a mis hermanitos más pequeños que yo, sentí una gran responsabilidad y mucho miedo. No sabía a donde iba mi mamá, con mi corta edad no sé si no se me ocurrió preguntarle o no quise preguntarle; también recuerdo que me encargó una cantidad considerable de dinero, diciendo que si necesitábamos algo que tomara, cosa que me lleno de más temor.Cerramos la puerta con llave y jugamos por mucho tiempo, hasta que llegó la hora que nos dio hambre, salimos a la tienda que estaba a una cuadra de la casa, compramos todo lo necesario o lo que recordamos que mamá nos encargaba para cocinar una rica y suculenta sopa de fideos. De regreso en casa, yo como la mayor y la experta en cocina, coloqué en una cazuela agua, los fideos su respectivo consomate y lo puse al fuego para que se cocinara, regrese a jugar con mis hermanitos por una buen rato y olvidándome de mi platillo, de repente toda la casa empezó a oler a comida quemada, diciendo ¡la sopa! inmediatamente corrí hacia la cocina y efectivamente era la sopa, psss…. ¡quedo carbonizada! Fue tanta mi frustración que me puse a llorar. ¿Qué comeríamos?En ese momento tocaron a la puerta, pensé que sería mi hermano el mayor que vivía con su esposa a unas cuadras, y que por supuesto sabían lo que estaba sucediendo, pero no les importó, ni siquiera averiguaron si nos habían encargado con alguien. Era una señora amiga de mi mamá que vivía en una colonia muy cercana, mi mamá se comunicó con ella desde el hospital donde nacería mi pequeño hermano, para pedirle el favor de que se encargará de nosotros en lo que ella regresaba a casa. Yo no me quería ir con doña Conchis, (así le decíamos) pensando en el dinero que me encargó mi mamá, diciéndome doña Conchis que de ninguna manera me dejaría sola en casa, por lo que no tuve mas que decirle el motivo. Respondió con una sonrisa entre ternura y burla, que no me preocupara que ella me ayudaría a cuidarlos y cuando mamá regresara le entregaría cuentas claras. Sentí un gran alivio y accedí a que nos fuéramos a su casa.Esa era la última cantidad fuerte de dinero con la que contaríamos, mi madre ya no tuvo suerte en su negocio, los gastos del hospital, medicamentos, fueron demasiados y no había noticias de mi papá.Erick es uno de mis hermanos, menor que yo por año y medio, nos vimos en la necesidad de salir a las tiendas de la colonia a vender dulces de los que fabricaba mi mamá y que habían quedado; tuvimos mucha suerte por que si teníamos ventas y hasta nos hacían pedidos para la siguiente vez que regresáramos, dinero que era entregado a mamá para la leche del bebé y lo que alcanzara. Nos divertimos mucho durante el tiempo que hicimos nuestras ventas, también nos acompañaba Adrián, el era dos años menor que Erick, pero él se quedaba en las esquinas esperando que realizáramos alguna venta, le daba pena, pero colaboraba ayudando a cargar la mercancía, era como un juego, yo creo que por nuestra corta edad no captábamos la realidad.Papá regreso como cuatro meses después, completamente en quiebra.La crisis económica no era la única por la que pasaba la familia, está la crisis matrimonial de mis padres, por lo que deduzco que fue el motivo de que papá se fuera de casa por un largo de tiempo…
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Excelente Arnich !
lo dejas en suspenso como para continuar después !!!
pienso que tienes muchísima "tela de dónde cortar" y mucha madera de escritora, sigue así y felicidades por tu trabajo y por entrar al taller !
Me hiciste recordar mi niñes, cuando enia mis muñecas de trapo, y mi vecina las muñecas mas bonitas y caras pero sabes apesar de eso, y de que me encantaba jugar con mi vecinita, siempre traía mi muñeca en brazos.
Coincido con mis compañeras, me dejaste en suspenso.
Relato bastante real...
felicidades por tu bien logrado texto. coinido con Ana Alicia en lo qe respecta a que te faltó final... pero es pedonable por que apenas es tu pimer texto.
Arnich:
Me gustó mucho "Muñecas de Trapo".
Todas en nuestra infancia tuvimos una muñeca, no importaba si era costosa o barata, pero vivíamos en una fantasía que al pasar los años despertamos a una cruda realidad.
Felicidades por tu trabajo!!!!
Tu relato me llevó a la infancia y a la reflexión, realmente las carencias no opacan la felicidad con que se vive la infancia, como sea lo disfrutamos jugando con lodo a la comidita, hoy si no tienen comidita de verdad no se les prende la imaginación y no las dejan jugar con lodo. y si tuvimos la mala suerte de no tener muñecas, jugar con las de las amaigas llenaban las tardes de juego. ¿Era lindo no?
Esta historia debe continuar, me dejaste con la curiosidad de saber qué pasa después con Mayela.
Por un lado sí me parece ver una muñeca rota, y no dudo que la experiencia vivida por la protagonista fuera para menos. Sin embargo hay muchas cosas que le dan un toque de mejoría y queda inconclusa.
La mamá tenía una bellísima actitud, tuvieron una vecina que ayudaba, el hermano y Mayela se movilizaron para apoyar, entonces me queda la sensación de que aquí no para la historia.
Ojalá nos regales otro pedacito de la vida de Mayela,
Hola Arnich...yo también tuve muñecas de trapo, y las adoré. Cuando una es niña ( o niño), no alcanzamos a comprender el por qué de las situaciones que nos toca vivir, pero me encanta que cuentas que Nayela disfrutaba junto a su hermano el ir a vender los dulces que hacía su mamá, y es que así son los niños...no dramatizan, simplemente viven su presente y lo disfrutan, jugando con juguetes caros, o simplemente una caja de cartón, agua o lodo.....o una hermosa muñeca de trapo!.
Me recordó un poco la aleccionadora película :"La vida es bella".
Felicidades, y me quedo esperando el final de la historia eh.
Un abrazo
Arnich: Que duro cambio de vida para Mayela y para su familia, tuvo que crecer de la noche a la mañana, me gustó la forma en que describes como vivía su infancia esta niña, sin embargo tu relato me deja con la sensación de no haber terminado de leer...que todavía le falta un "no se que" para terminar, una conclusión algo asi como que habrá segunda parte?? Saludos!!!
Comentarios
lo dejas en suspenso como para continuar después !!!
pienso que tienes muchísima "tela de dónde cortar" y mucha madera de escritora, sigue así y felicidades por tu trabajo y por entrar al taller !
Adriana Cisneros Garza
Me hiciste recordar mi niñes, cuando enia mis muñecas de trapo, y mi vecina las muñecas mas bonitas y caras pero sabes apesar de eso, y de que me encantaba jugar con mi vecinita, siempre traía mi muñeca en brazos.
Coincido con mis compañeras, me dejaste en suspenso.
FELICIDADES, Espero el final ..
VA QUE VA...
felicidades por tu bien logrado texto. coinido con Ana Alicia en lo qe respecta a que te faltó final... pero es pedonable por que apenas es tu pimer texto.
Me gustó mucho "Muñecas de Trapo".
Todas en nuestra infancia tuvimos una muñeca, no importaba si era costosa o barata, pero vivíamos en una fantasía que al pasar los años despertamos a una cruda realidad.
Felicidades por tu trabajo!!!!
Esta historia debe continuar, me dejaste con la curiosidad de saber qué pasa después con Mayela.
Por un lado sí me parece ver una muñeca rota, y no dudo que la experiencia vivida por la protagonista fuera para menos. Sin embargo hay muchas cosas que le dan un toque de mejoría y queda inconclusa.
La mamá tenía una bellísima actitud, tuvieron una vecina que ayudaba, el hermano y Mayela se movilizaron para apoyar, entonces me queda la sensación de que aquí no para la historia.
Ojalá nos regales otro pedacito de la vida de Mayela,
Un abrazo y FELICIDADES!!
Me recordó un poco la aleccionadora película :"La vida es bella".
Felicidades, y me quedo esperando el final de la historia eh.
Un abrazo