Sofía, era una chica alegre y de gran corazón. A ella le gustaba correr y escalar grandes árboles. Sofía era única y transparente, hasta que un día, su madre le dijo que no estaba bien reírse a carcajadas y treparse a los árboles pues la confundirian con un niño. Fue así como dejó de hacer lo que a ella tanto le alegraba y se perdió en el mundo de las sombras; un mundo donde difícilmente alguien es quien dice ser y vive motivado por su pasión. Ella, comenzó a trenzarse el cabello por temor a desear salir volando donde el viento la llevara. Sus listones rojos le recordaban que debía mantenerse anclada (atada)a la tierra.
¿Cuántas veces has deseado al igual que Sofia, desatar tu cabello y quitarte los listones, aquellos listones que tu abuela te heredó, diciéndote que así como ella los usó, tú deberías hacer lo mismo y seguir la tradición?.
Es momento de quitarse la venda de los ojos sin temor y reclamar lo que como mujeres nos pertenece. ¡Merecemos ser felices y tener la dicha y satisfacción de haber realizado nuestros sueños, aun si éstos son encaramada a la rama de un árbol!. No tienes porque cargar con los sueños frustrados, con el dolor, ni el temor de nadie. Empieza a honrar la memoria de cada una de esos afectos unidos por la misma sangre, en tu vida, siendo tu misma, Sólo así podrás volar como el viento...
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