Han empezado las tan deseadas vacaciones de semana Santa y Pascua para todos los niños y jóvenes que asisten a la escuela. Sin embargo, los padres que trabajamos comúnmente debemos seguir trabajando de manera normal durante estos días. Algunos podemos tomar 'los días santos', mientras que otros trabajan incluso esos días. Otros se esperan para tomar sus días de vacaciones opcionales en estas fechas, que es lo óptimo para empatar con los días libres de sus pequeños, pero no óptimo para el bolsillo o para evitar las playas aterradas de gente que tomó una decisión similar.
Yo soy de esos a los que les 'toca' trabajar estos días. Y me pregunto todos los días, ¿cuales vacaciones?! además de que, debo confesarlo, me dan mucha envidia los que sí tienen la oportunidad de salir, ya que los que nos quedamos, no sólo debemos trabajar, sino lo más interesante, buscar quien se hace cargo de nuestros pequeños.
Vemos el sol y el clima deliciosos, las fotos en facebook de nuestros amigos, mientras nosotros estamos en la oficina. Siiii mucha envidia! y nos consolamos pensando que ya nos tocará durante el verano, o en el otoño, o ya de perdida en el invierno!
Y me pongo a pensar; tal vez es sólo que soy una madre medio novata (mi niña tiene 3 años) y no sé muy bien lo que suelen hacer las madres que trabajan mientras sus niños están de vacaciones.
Por otro lado, las escuelas y sus maestros te desean 'felices vacaciones' el último día de clases (claro, ellos si se van!). Y uno se pregunta...mmm felices? con mi pequeña de un lugar a otro en la casa buscando en qué entretenerse, viendo todos los 100 programas de tele de discovery kids y los videos de peppa en youtube, yo tratando de hacer 'play dates' con las amigas que se quedaron en la ciudad, inventando actividades en la tarde para que la niña no esté encerrada todo el santo día. Pensando 'pobre niña, no tiene la culpa de que yo no pueda salir de vacaciones'.
Sin embargo, pensándolo mejor... me doy cuenta de que la que tiene el problema de no salir no es la pequeña, soy yo misma. Recuerdo mis días de vacaciones de semana Santa cuando era niña (normalmente no salíamos pues mis padres odian los tumultos) jugando todo el tiempo con mi hermana en casa, viendo películas, inventando juegos y cosas qué hacer. No recuerdo estar aburrida por estar 'encerrada'.
Pero hoy sí. Más que aburrida me siento 'envidiosilla'. Quisiera estar sentada a la orilla de la playa con unos camarones a la diabla y una michelada con salsas mm! Quisiera levantarme todos estos días a las 9 o 10 am. sólo para 'desocuparme' y pasar el día en el sol o en la alberca. Y quisiera poder tener todo el día disponible para jugar con mi peque. Eso quisiera.
Me doy cuenta de que muchas veces los padres que trabajamos fuera (y los que trabajan dentro de casa también!) necesitamos un descanso. Un descanso playero y soleado. Tal vez no en las multitudes de semana Santa. Tal vez en la tranquilidad de un fin de semana. Un poco de sol, pero también un poco de silencio. Tal vez es momento de planear el siguiente descanso. Un descanso que sepa a 'vacación' mientras que todos los que se fueron en semana Santa estarán encerrados en una oficina :-)
Comentarios