UN REVOLUCIONARIO SABIO Y PACÍFICO

La manzana es un fruto que ha estado íntimamente asociado con momentos clave de la humanidad. En los últimos días se ha difundido a través de las redes sociales que tres manzanas han cambiado al mundo: aquella con la que Eva sedujo a Adán, la que despertó a Newton y la que “sembró” Steve Jobs. Yo recordaría también la de Guillermo Tell y, claro, la de Blanca Nieves, además de que deseo que algún día las mías surtan buenos y perdurables efectos.Esto viene a cuento es a propósito del lamentable deceso de Steve Jobs, quien representa todo un capítulo de la ciencia ficción que se convirtió en realidad.Si en el siglo XX se consumaron inventos prodigiosos en el campo de la ciencia, hay que reconocer que refulgen también los del campo de la informática.En la segunda mitad de ese siglo nos deslumbró la aparición de la computadora y sus primeras aplicaciones en las grandes corporaciones. Pero más aún nos impresionó la creación de la computadora personal, que trajo cambios profundos e irreversibles a nuestras vidas. En este capítulo, Steve Jobs tuvo una participación crucial.Vendrían después otras innovaciones tecnológicas que irían escribiendo una historia increíble. Diría que inauguramos el siglo XXI con otros avances que superaron los inventos fantásticos que habíamos conocido en las novelas de ciencia ficción o en las películas de ese género.Llegaron, así, avances deslumbrantes, como el teléfono iPhone o el reproductor de música iPod, así como la llamada tableta electrónica, iPad, que revolucionarían la vida cotidiana, los flujos de información, el entretenimiento, la educación, el conocimiento y en general la intercomunicación social.En todo esto, desde luego, intervino el ingenio, la creatividad y la visión de un hombre excepcional. Bien podría decirse que Steve Jobs es el Edison de nuestros días o digamos un Jobs, que también en el apellido nos revela su secreto: trabajo y más trabajo, pues muy cierta resulta aquella fórmula de que en el genio hay un 1% de inspiración y 99% de transpiración.Hoy también sabemos que la empresa Apple que fundara Jobs y luego abandonara para reingresar años después, llegó al primer lugar entre las empresas con mayor capitalización del mundo, incluso más allá de la poderosa corporación petrolera Exxon Mobil.Desde su niñez le atrajo el mundo de la electrónica y ya de joven supo que ese sería el campo de sus sueños y de sus realidades. Ahí aprendió, luchó y batalló con quienes le envidiaban o desdeñaban sus propuestas.Tuvo un destino marcado por altibajos, pues sus padres biológicos lo dieron en adopción a una pareja de clase media, encabezada por un maquinista que laboraba en la compañía ferroviaria californiana. Sus padres adoptivos le dieron con grandes esfuerzos una educación básica, pero no pudo concluir sus estudios universitarios por falta de recursos económicos. Sin embargo, Steve no se arredró y así fuera de oyente siguió hasta donde pudo en aquellas épocas de estudiante, que con el tiempo y su enorme talento subsanó para triunfar rotundamente.Una carrera llena de logros, premios y reconocimientos que no sólo representó ganancias personales, sino aportaciones y beneficios para millones de seres humanos, además de la sabiduría propia, que partía de sus creencias budistas. A sabiendas de que pronto moriría víctima del cáncer, mostro entereza y serenidad, al grado de que en una de sus frases de dimensión lapidaria pareció renacer y renovar su destino. Me refiero a su discurso en la Universidad de Stanford en 2005, donde, entre muchas otras reflexiones, afirmó: “Es muy probable que la muerte sea la mejor invención de la vida”.En esa misma ocasión, Jobs les dijo a los estudiantes de Stanford, “Su tiempo es limitado, así que no lo malgasten viviendo la vida de otras personas. No se dejen atrapar por los dogmas –es decir, vivir con los resultados de las creencias de otros–. No permitan que el ruido de las opiniones de otros ahogue su propia voz interior. Y lo que es más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón y su intuición”.http://www.marthachapa.net/enlachachapa@prodigy.net.mxTwitter: @martha_chapaFacebook: Martha Chapa Benavides
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Comentarios

  • Un análisis muy interesante. Y en definitiva, el Sr. Steve Jobs era un genio y aunque falleció creo seguirá viviendo en cada uno de sus lanzamientos. Y si lo extrañaremos, pero es un ejemplo a seguir.
  • 2164324471?profile=original
  • Hola Martha, efectivamente hay varias manzanas y a propósito del fallecimiento de S Jobs., busqué tus manzanas  que también  son bellas, carismáticas e inspiradoras..........cada uno de los que pisamos este plano terrenal deja una huella indeleble de su paso, la vida es tan efímera que se va en una ¡mordida! por eso hay que degustarla pedazo a pedazito!

    Gracias por compartir!!

     

    Patricia Alvarado.

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