Publicado por Martha Chapa el 14 de Octubre de 2010 a las 12:09pm
Se exhibe con éxito El infierno, un excelente filme que aporta diversas interpretaciones sobre la violencia de nuestros días, cuyos protagonistas principales son las bandas del narcotráfico.En las escenas culminantes de esta película asoman con evidente descaro lo mismo la corrupción y la impunidad imperantes, que la complicidad a todos niveles entre autoridades, delincuentes y policías. Ni siquiera los representantes de la jerarquía eclesiástica se libran de esa mirada mordaz y desencantada.Los espectadores de esta polémica cinta se enteran ahí de las venganzas entre las facciones criminales, así como de la crueldad y vesania con que operan. El asunto termina por ser una orgía sanguinaria interminable, como se deduce de su afortunado y aleccionador final, tan alejado del convencional happy ending.Un fenómeno tan enraizado, como es la delincuencia organizada de los traficantes de drogas, casi imposible de erradicar, conduce a que se vayan sucediendo de generación en generación los propios miembros de ese árbol genealógico del mal que se sembró y dejó crecer y multiplicar, sobre todo en tierras de nuestra frontera norte, aunque ya se extienden sus perjuicios por todo nuestro territorio. “Un infierno seco, desértico y sin llamas”, pero que igual condena y castiga indistintamente a los mortales que habitan en esas regiones.Me imagino una terrible hidra con tentáculos de los que casi nadie escapa, y peor aún, sin un héroe en turno tras del cual ampararse, ya no digamos algún poderoso dios del Olimpo.En la mitología griega, recordemos, Hidra era una serpiente de múltiples cabezas que al ser cortadas no sólo renacían sino que se duplicaban, lo que la convertía en un ser invencible. Sólo Heracles fue capaz de enfrentar al monstruo y aniquilar –a través de cortar y quemar una a una– todas sus cabezas.Si aplicáramos el ejemplo al fenómeno contemporáneo del llamado crimen organizado, podríamos decir que la hidra se sigue reproduciendo sin que nada ni nadie la detenga.Ese parece ser el crudo y muy eficaz mensaje de El infierno. Hay que destacar el buen trabajo de dirección a cargo de Luis Estrada, quien confirma una vez más su talento y oficio –ya demostrados en La ley de Herodes y Un mundo maravilloso, entre otras–, así como las convincentes actuaciones de Damián Alcázar, el Benny; Joaquín Cosío, el Cochiloco, y Ernesto Gómez Cruz, Reyes, todos merecedores de reconocimientos y, ojalá, diversos premios. También muy meritorias son las participaciones de Elizabeth Cervantes y María Rojo.Una propuesta valiente, veraz y oportuna que nos recuerda “no uno, sino varios infiernos” que han sentado sus reales en nuestra tierra y nos convocan no sólo a pensar sino a actuar con decisión y urgencia si no queremos que de verdad el averno se instale y extienda aquí sus dominios in sécula seculórum.Más nos vale apresurarnos, pues no vaya a ocurrir lo que se profetiza en aquel estupendo libro de Robert Graves, Dioses y héroes de la antigua Grecia, que nos habla del final del reinado de los salvadores y poderosos dioses del Olimpo y la imposibilidad, en consecuencia, de que vuelvan a realizar grandes proezas. Ya ni a esas deidades podremos encomendarnos frente a la evidente ineficiencia del combate contra el tráfico de drogas y de armas que constatamos y sufrimos día con día.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Hola Martha! interesante pelicula. desafortunadamente ya vivimos una situacion sumamente desagradable en nuestra ciudad fronteriza ,como lo es Matamoros. esperemos que esto disminuya un poco. ya que hasta en nuestras casas corremos peligro de una bala perdida. lo que nos permite seguir adelante y quien nos cuida siempre es dios!
saludos!
Estoy de acuerdo que desde nuestro hogar podemos hacer mucho, yo recuerdo lo que mi madre me decía: lo que se aprende de niño dificilmente lo olvidas, por eso es importante que acerquemos a nuestros niños a Dios, (cualquiera que este sea), Es tan importante que desde niños se queden con estas costumbres tan positivas para el alma, por que ya de adolecentes o grandes ya no se les queda.
Definitivamete es un mal que nos aqueja a todos de una u otra forma, una infección cada vez más resistente a los antibióticos; sin embargo,como toda enfermedad tiene tratamiento: una educación global basada en esos tan mencionados valores desaparecidos (juguemos a la escondidas y hallémoslos), esta, es una tarea que compete a cada una de las familias. Y no esperemos que todas lo hagan al mismo tiempo, hablamos aquí de una labor titánica permanente (no olvidemos que la enfermedad es crónica). Pero si poco a poco se van sumando células sociales a una forma de vida basada sobre todo en el respeto y la honestidad, en la soliidaridad y la compasión, en la humildad y el amor, estoy segura de que muchas cosas cambiarían.
Es dificil salir de este infierno, si todos tuvieramos la conciencia de empezar por una buena educacion desde el hogar de cada familia, enseñarle a nuestros hijos lo que es realmente importante en la vida, educarlos con amor, si todos y cada uno pusieramos nuestro granito de arena, lo lograriamos. Pero desafortunadamente existe la corrupcion, el poder de los politicos que solo lo usan para su propio bienestar, la desintegracion familiar por la emigracion hacia E.U, cada dia mas madres adolecentes que muchas veces abandonan a sus hijos, que despues esos niños muchas veces se vuelven delincuentes; es una cadena que nunca termina. Cada cabeza es un mundo, y no todos pensamos igual y asi es muy dificil terminar con toda esta delincuencia.
hola Martha:
Siempre es un placer leer lo que publicas y en esta ocasión no es la excepción, Felicidades.
Gracias por compartirnos esta relfexión.
Saludos.
Comentarios
saludos!
Siempre es un placer leer lo que publicas y en esta ocasión no es la excepción, Felicidades.
Gracias por compartirnos esta relfexión.
Saludos.