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Cómo no tener presente a ese periodista excepcional y de avanzada que nos diera testimonios inolvidables de pluralidad y del ejercicio pleno de la libertad de expresión desde mediados del siglo anterior.
Me refiero a José Pagés Llergo, fundador de la revista Siempre!, publicación que llegó a constituirse en todo un referente histórico y forma parte ya del archivo nacional de buen periodismo.
Una publicación que desde su nacimiento se ocupó de registrar los acontecimientos más relevantes de nuestra vida social y política, y dio cabida a las mejores y más críticas plumas de la época. No en balde se le reconoce como el semanario político de mayor tradición en el país.
Hoy, Siempre! continúa ejemplarmente con ese análisis profundo, libre y crítico bajo la lúcida dirección de Beatriz Pagés Rebollar, quien tomó la estafeta cuando su padre decidió retirarse, y con méritos propios ha hecho una destacada carrera en el periodismo y la política.
Justo en ese contexto, se entregó hace unos días el Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo en su decimoséptima edición.
Una vez más se reconoció el talentoso trabajo no solo de periodistas y comunicadores, sino también de personalidades que tienen una participación pública en diversos campos, pero siempre en beneficio de la sociedad.
En el ámbito de los medios de comunicación se premió, entre otros profesionales, a mi paisano Armando Fuentes, Catón, así como a Víctor Trujillo, Francisco Garfias, Álvaro Delgado, Enrique Ganem, Óscar Mario Beteta y Rufina Jasso. También se homenajeó al extraordinario flautista Horacio Franco en el rubro de expresión musical.
Asimismo, se otorgó el premio Paz y Democracia, que en la categoría de Derechos Humanos fue para el padre Alejando Solalinde por su valiente y decisiva lucha a favor de los migrantes, y en el renglón de Inversión y Desarrollo fue para el empresario Carlos Slim por sus contribuciones al desarrollo económico del país. A su vez, el Consejo de la Comunicación fue premiado por su excelente y muy necesaria campaña a favor de la lectura.
En fin, un prestigiado galardón que año con año otorga la Fundación José Pagés Llergo a quienes destacan en los más diversos géneros periodísticos, y que ahora incluye también reconocimientos a artistas, luchadores sociales o empresarios, pues se trata de respaldar al buen periodismo y las expresiones culturales, así como la labor de los hombres y mujeres que desde su liderazgo social busquen el progreso integral del país.
Si acaso, me permitiría una modesta sugerencia: aunque se cubren de manera espléndida los ámbitos mencionados, no estaría mal incluir la categoría de difusión cultural, aplicable a medios impresos y electrónicos.
En fin, un digno encuentro de talentos en el marco de nuestra vida republicana, que tuve el gusto y el honor de atestiguar, al lado de mi compañero Alejandro Ordorica, gracias a la amable invitación de los organizadores.
Por tanto, nuestra felicitación a los ganadores de este año, así como a Beatriz Pagés, esa destacada mujer de la comunicación, la cultura y la política, quien pronunció como siempre un discurso de primera línea, del cual extraigo ahora tan solo una de sus certeras frases, que mucho aplaudimos y, por supuesto, compartimos (y de seguro también la exhausta ciudadanía en general): “Los partidos políticos no son dueños de México”. ¡Bravo!
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