Un nuevo año despliega su desafío y pone nuevamente a prueba nuestra habilidad para responder al mismo, con eficiencia y con eficacia. Es bueno realizar un balance de lo vivido y de lo proyectado en el año que se va, y renovar nuestras expectativas diseñando una hoja de ruta que nos acompañe en el tránsito por el nuevo año que se inicia.
Metas, objetivos y misión deberán estar incluidas en esta nueva apuesta para acceder a nuestro bienestar. ¿Qué ha quedado en el camino, qué hemos de incluir en este nuevo proyecto, y qué ha caducado definitivamente en lo que queremos para nuestra vida?
Aún con las dificultades que la vida hoy en día nos presenta, cada año que se inicia nos llena de esperanza de poder alcanzar nuestra armonía, nuestra paz interior y nuestro equilibrio emocional.
Es bueno saber que tenemos una responsabilidad ineludible en el acceso a estos bienes espirituales, que no dependen del mundo exterior, sino que dependen de la visión que tengamos de nuestra propia vida y del mundo que nos rodea.
El éxito y el fracaso son el anverso y el reverso de la misma moneda, y será bueno desarrollar una adecuada tolerancia a la frustración, en el sentido de admitir que no todos nuestros proyectos llegan a buen fin, lo que no significa que bajemos nuestros brazos ante la adversidad.
La vida siempre no brinda otra oportunidad, y esa oportunidad tenemos que utilizarla a nuestro favor, admitiendo también que todo lo que nos sucede tiene más de una interpretación, no sólo la que nosotros le damos por estar involucrados subjetivamente en determinada situación.
Hoy ante un nuevo año que se inicia en un mundo globalizado con serios problemas de comunicación, sobre todo de comunicación humana, se torna necesario estrechar nuestras manos para construir un escenario mejor que al que vinimos asistiendo hasta el presente, siendo conscientes que este mundo es el único que tenemos y que entre todos debemos convertirlo en un espacio de creación y no en un campo de batalla constante.
Los comienzos de año son una buena excusa para reflexionar acerca de nuestra realidad, y para tomar un café con nosotros mismos para preguntarnos qué queremos que nos suceda en los próximos doce meses.
Pero no es solamente la pregunta que nos debemos hacer, sino que debemos también elaborar respuestas, que nos hagan experimentar que tenemos el control de nuestra vida y que estamos dispuestos a confiar en nosotros mismos y a respetarnos en el sentido de establecer límites para que no nos invadan y para que no necesitemos invadir a los demás.
Es un buen momento también para pensar en la autonomía y en la independencia, sobre todo de pensamiento y acción. ¡Tracemos nuestro propio surco y transitemos por él! En el acierto o en el error, tendremos la agradable sensación de que estamos siendo auténticos y coherentes con nuestros pensamientos y con nuestros sentimientos.
Con razón y con derecho tú te estarás preguntando:
¿Cómo elaboro un proyecto personal? ¿Por dónde he de comenzar?
Te ayudo con una sugerencia práctica para poder delinear las distintas áreas de tu desempeño. Comienza por distribuir tu pensamiento en:
- El área laboral
- El área económica
- El área de su interacción humana (con amigos, compañeros de trabajo)
- El área de tus afectos
- El área de tus metas y objetivos para este nuevo año
- El área de tu crecimiento personal
Hasta aquí solamente algunas pautas para que tú puedas ordenarte e iniciar este nuevo año con un sentimiento firme y sobre bases sólidas que te permitirán evaluar luego los resultados de su esfuerzo.
Los seres humanos nos caemos muchas veces a lo largo de la vida, pero también nos levantamos tantas veces como sea necesario. Eso habla de nuestra capacidad para enfrentar los retos a los que la vida nos expone. No importa como nos haya ido en el año que terminó o que está a punto de terminar. Lo importante es mirar hacia delante con una sonrisa de fe y de esperanza en nuestra capacidad para sortear las dificultades que necesariamente se nos han de presentar. Esa es la verdadera dimensión del ser humano. Somos hombres y mujeres flexibles y con una capacidad de adaptación a los cambios que hoy en día se dan en forma vertiginosa y que nos obligan a estar atentos en el día a día.
Tú puedes, estoy seguro de ello. Pon manos a la obra hoy, y verás que tú también integras esa enorme legión de seres humanos que luchan por su destino y que no se doblegan ante la adversidad.
Un año lleno de realizaciones nos espera. ¡Compartamos las alegrías y los sinsabores! No es otra cosa que ...la vida.
Dr. Walter Dresel
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