Participé a inicios de semana en la inauguración de una interesante exposición organizada por la empeñosa Casa de Cultura “Carlos Pellicer”, que además de cumplir con sus grandes e importantes retos con el arte y la cultura, nos abre espacios de reflexión en torno al emblemático Edén de México, de Tabasco mismo.
Esa tan simbólica noche, la concebí como un homenaje a mujeres que no sólo son creadoras sino que unen grandes esfuerzos en torno a la equidad de nuestro género, ya que todas desde los más recónditos rincones labramos juntas nuestro destino y de algún modo el del país. Razones por las que me sentí identificada con esos anhelos pues, a fin de cuentas, la tarea del artista es colaborar al engrandecimiento de una nación que contempla el futuro, con preocupación, si pero sin perder la esperanza.
Resultó importante recordar, ahí en ese hermoso y señorial espacio, las vicisitudes por las que hemos transitado las mujeres que nos realizamos como artistas plásticas, además de cumplir como madres y como seres activos en la construcción de la sociedad en que vivimos.
También mencioné que quienes aspiramos a ejercer una modesta y al propio tiempo que apasionada participación en la cultura nacional, lo hacemos con base a un pensamiento positivo y a una actitud abierta al acontecer universal. Por ello, anhelamos conquistar un lugar en el terreno de nuestros desempeños.
Así, atestigue los frutos del trabajo fecundo y comprometido de Clélia Ríos, a quien he visto crecer como una artista plástica con talento e imaginación, desde la utilización de objetos cotidianos para crear y tratar lo mismo un simple burro de planchar, a la vez como festejo de su 50 aniversario, con la muestra Las Llaves del Tiempo. Una idea original que consta de 33 hermosas piezas, básicamente esculturas que en lo personal que lo que más me llamó la atención, elaboradas bellamente en cerámica y madera.
Como bien sabemos, de todas las actividades humanas, una de la más trascendente, en el tiempo y el espacio, es el arte. Sublime presencia de la sensibilidad del ser humano que concibe y recrea todos los días un mundo misterioso, conscientes de una realidad que sensibiliza a la sociedad y actúa como poderosa fuerza espiritual. Diálogo entre lo abismal del yo y el infinito nosotros y punto de encuentro entre el individuo y el cosmos. Por eso, los artistas tenemos siempre ese gran deber con nuestro país, de mejorarlo en la libertad y la justicia.
Razones, pues, por las que me sentí honrada de acudir a este encuentro, y sobre todo ver con alegría la obra de nuestra amiga Clelía Ríos, que fue muy felicitada por el lugar preponderante que ha logrado ya conquistar en las artes visuales.
Visita la nueva página web:
Sala-Museo Martha Chapa:
http://www.dgb.uanl.mx/bibliotecas/burrf/salamuseomarthachapa/
Facebook: Martha Chapa Benavides
Twitter: @martha_chapa
Comentarios