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Mañana por la noche, nuestros pequeños estarán poniendo sus cartitas a los Reyes con enorme ilusión y ésta es tanta que a nosotros nos llena de infinito gozo ver su regocijo… y de algún modo, con buena dosis de nostalgia, evocamos cuando nosotros éramos los que esperábamos su llegada con ansia inigualable…

Sin embargo, desde hace más de 10 años, yo hago mi rito particular la noche del 5 de enero… bueno, lo hacemos mi Niña Interna y yo.

Y con mucho gusto te lo comparto, porque a mí me ha dado un espléndido resultado y disfruto enormemente el prepararlo.

Mañana por la noche, te pones en “santa paz” como decía mi mamá, reflexionas y le escribes tu carta a los queridos Reyes Magos.

La comienzas igualito que como les solías escribir. La diferencia es que lo que les vas a pedir, no serán patines ni muñecas, sino todo aquello que quieras que traigan a tu vida a lo largo de todo el nuevo año.(salud, ese trabajo que deseas, la beca que estás esperando, la pareja que anhelas, etc,etc) tan específico como lo desees, solo recuerda que debe ser sin meterte con el libre albedrío de otros.

Cuando  hayas terminado, la lees con esa expectación que sólo sabe sentir tan genuinamente tu pequeñit@ intern@, y en vez de ponerla en el zapato o en el árbol de Navidad, la vas a guardar en una Biblia, justamente en la página del evangelio de San Mateo, donde se describe la llegada de Los Reyes a adorar al Niño Dios.

Y allí la vas a dejar por todo el año, pudiéndola ir a revisar dos o tres veces en algún momento para ver cómo van llegando a tu vida“los regalos”. ¡Es maravilloso ver cómo funciona!

Yo tengo guardadas varias cartas de los años anteriores y siempre me sorprende, cuando las releo, darme cuenta cómo fueron llegando a mi vida muchas de mis peticiones. Claro, algunas no se darán, seguramente. Pero¿cuántas veces te dejaron con las ganas, al correr junto al árbol el 6 muy de mañana y darte cuenta de que algo que habías pedido no estaba tal cual lo habías solicitado?

Esa aceptación del principio de realidad, también aplicará aquí…sin embargo, Los Reyes son muy amorosos, y si les pides desde tu corazónde niñ@, seguramente harán mucho para complacerte…

Buena suerte  y ya me contarás durante el año, “qué te trajeron los Reyes…!”

Un abrazo afectuoso,

Margarita