Si pretendemos triunfar tenemos que transformar cada problema en un reto positivo y enfocarnos para lograr un desenlace constructivo. Sí es posible si logramos vencer todas las causas y pensamientos que limitan nuestro crecimiento. A veces es necesario hacer un borrón y cuenta nueva en nuestro cerebro, como decimos coloquialmente en México, para después ¡entregar el alma para ir en busca del éxito!. Ese éxito que llene nuestra vida personal y profesional de momentos maravillosos, sin la carga de conflictos innecesarios que sólo hacen más pesada nuestra existencia. Basta con hacerle caso a nuestra intuición para saber hacia dónde dirigir nuestros pasos.
No olvidemos que siempre tenemos la posibilidad de controlar las reacciones, pero los hechos no. Las personas que tienen la habilidad de convertir los problemas en oportunidades saben que la mayoría tienen solución si se razonan, en vez de ahogarse en un vaso de agua y buscar las soluciones al calor de la tormenta. Ningún problema debe tener el poder para que abandonemos el esfuerzo para convertirlo en oportunidad. Este error anula toda posibilidad de alcanzar la meta, y es precisamente el error que comete la mayoría de la gente que prefiere empezar a mirar para otro camino que seguramente no la llevará a ningún lado realmente deseado.
Optar por una visión positiva del problema depende del deseo que tengan de ser productivas y de la decisión que hayan tomado para ser dueñas de su propia vida y no títeres de las circunstancias, de la determinación de convertirse en su mejor versión y no en un modelo que esculpen las eventualidades.
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