En líneas generales, la palabra “alquilar” es el término que se le asigna a la acción de pagar una suma de dinero, antes convenida entre dos partes, para hacer uso y disfrute de, en este caso, un inmueble por una cantidad de tiempo previamente establecida. Es decir, la negociación se realiza entre el dueño de la propiedad, conocido como arrendador, y la persona interesada en usar la unidad por un periodo de tiempo determinado, denominado inquilino o arrendatario. Si te encuentras en Montevideo ingresa en el siguiente enlace para que conozcas cual es el costo del Alquiler apartamentos con aire acondicionado.
Ambas partes llegan a un acuerdo, en donde se establece el monto mensual, que deberá cancelar el arrendatario, para gozar del inmueble. Este precio podrá variar dependiendo de las características de la propiedad, la ubicación y de los años de construcción. Este consenso se deja plasmado en un contrato de alquiler que cumpla con las regulaciones y especificaciones reglamentarias.
Si te encuentras en la búsqueda de alquiler o, en caso contrario, deseas alquilar tu propiedad, es indispensable que tengas en cuenta cuáles son los beneficios que obtendrás a corto, mediano y largo plazo. Es por ello que decidimos enseñarte las 7 ventajas más notorias según sea tu posición:
Si eres arrendador:
Ten siempre presente que sigues siendo el dueño de la propiedad, por lo cual tu patrimonio se mantiene.
Las reparaciones o gestiones que tengan que ver con el mantenimiento del inmueble alquilado no serán complicadas.
Una casa o apartamento desocupado se deteriora con rapidez. No tener “vida”, incluso si se hace limpieza o mantenimiento regularmente, influye en el bienestar de la propiedad.
Puedes usarla como garantía en caso de que necesites solicitar un préstamo bancario.
Toma en cuenta que una vivienda, bien sea casa o apartamento, siempre se va a revalorizar.
Puedes hacer reparaciones o, incluso, pagar la hipoteca con el dinero que obtienes por el alquiler de la propiedad
Siempre tendrás la posibilidad de vender el inmueble si necesitas dinero.
Si, por el contrario, eres arrendatario:
Te será mucho más sencillo alquilar una propiedad que comprar una. Esto se debe a que la cantidad de papeleo que se hace al momento de adquirir una propiedad es muchísimo mayor con respeto a lo que debe hacerse para alquilar una.
Podrás manejarte cómodamente dentro de un mismo presupuesto. Lo que, a su vez, te dará la oportunidad de elegir una propiedad a tu gusto y que se adapte perfectamente a lo que necesites.
Definitivamente para alquilar necesitaras mucho menos dinero a comparación con lo que necesitarías para la compra de una unidad. Por lo cual, tendrás que ahorrar, inicialmente, menor cantidad de dinero.
Tener una propiedad te generará algunos gastos de mantenimiento y de “imprevistos” que deberás cubrir para evitar que se deteriore demasiado. Lo cierto es que, al ser inquilino, no deberás preocuparte por esto, así que podrás controlar los gastos del mes de una forma más efectiva.
Equivocarse en la selección de la propiedad a alquilar es menos traumático. Y esto se debe a que solucionarlo es mucho más sencillo. Si existe algo que te molesta o incomoda, podrás buscar otra propiedad en alquiler y mudarte nuevamente en cuanto notifiques que no vas a renovar el contrato de alquiler actual.
Alquilar te brindará flexibilidad. Si, circunstancialmente, tus necesidades de espacio y/o ubicación cambian, podrás plantearte realizar una mudanza a un lugar que se ajuste cómodamente a las nuevas exigencias de tu estilo de vida.
Por último, con previo acuerdo con el propietario. Podrás renovar la cantidad de tiempo que desees estar en ese inmueble la cantidad de veces que desees. Incluso, en algunos casos, tendrás la posibilidad de adquirir la propiedad.
Recuerda que, al llegar a un país o vecindario nuevo, deberás respetar tu lapso de adaptación a la nueva rutina. Por lo cual, asegúrate de que la propiedad que alquilaste cumpla con todas las características que necesitas. Por otro lado, si eres el arrendador, procura que el inmueble que ofreces esté en buenas condiciones y que cumpla con las regulaciones que lo califiquen como “habitable”
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