Mi publicación de la semana pasada la terminé diciendo que “busques en tu interior la inspiración para llevar al exterior tus conocimientos” y hoy agregaría, tus talentos, a poner en acción tu proyecto de vida. ¿A qué me refiero con esto? me refiero a voltear a vernos a nosotros mismos, a buscar en nuestro interior las respuestas a nuestras preguntas.
Esto no es más que autoanalizarnos con total honestidad y desde un estado de amor; todo el tiempo las respuestas que buscamos a nuestros problemas, a nuestros proyectos, a nuestras dudas, ya están ahí, pero no estamos lo suficientemente conectados con nuestro corazón y nuestra mente; y creemos que las encontraremos en el exterior, o por medio de alguien más.
En mi camino como mentora de mujeres emprendedoras, he encontrado grandes mujeres con proyectos que podrían tener un gran potencial, sin embargo, algunas de ellas se paralizaron por el miedo a tomar el riesgo de lanzarse al ruedo solas, de avanzar, de comprometerse más con el proyecto e imprimirle la disciplina que se requiere.
Cuando existe claridad en los objetivos que como mujeres queremos alcanzar a nivel personal y profesional, y cuando estos objetivos los logramos alinear; empezamos a tomar acción, a dar los pasos necesarios para que día con día sumemos a nuestro proyecto.
Llegar a este punto requiere trabajo personal diario, requiere enfocar los recursos con los que contamos a esos objetivos, como el tiempo, atención, energías, dinero, hacer las relaciones adecuadas que te ayudarán a avanzar. El uso de estos recursos debe ser lo más eficiente posible, porque emprender requiere estar constantemente fuera de tu zona de confort, de buscar constantemente soluciones a las ideas que surgen, a estar bajo prueba y error, a saber gestionar adecuadamente tus emociones cuando por alguna razón, los resultados no se logran en el tiempo deseado; también se requiere estar en constante aprendizaje y movimiento.
No esperes a que las cosas lleguen a ti si no te mueves, si no das el esfuerzo necesario, si no eres honesta contigo misma, si no eres objetiva y realista. Tu realidad la creas tu misma, lo que hoy somos es producto de las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida. Así que si quieres dar el salto al siguiente nivel, revisa cómo estás internamente, qué te falta por resolver y aprender, qué y quiénes te pueden seguir acompañando y qué y quiénes ya no te aportan más. Este ejercicio te ayudará a darle forma no sólo a tu proyecto de emprendimiento sino también a lo más importante, tu vida.
Como mujeres tenemos muchos recursos y talentos, fuerza y pasión; creamos en ello, en lo que podemos generar, en el valor que podemos agregar a nuestro entorno inmediato, a nuestra sociedad, nuestro país. México hoy más que nunca requiere de ese talento femenino, para crecer económicamente, ofrecer productos y servicios a nivel local y mundial.
Es por ello que admiro profundamente a las mujeres que con arrojo emprenden con propósito, que tienen claro lo que quieren, que cada día se levantan a poner uno o varios ladrillos más en la construcción de su sueño. Deseo que antes de dar un paso en el mundo del emprendimiento volteen a ver su interior, procuren su crecimiento personal, se inspiren, se enfoquen y tomen acción.
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