Todo en el mundo empieza con un sí. Una molécula le dijo que sí a otra y la vida empezóClarice LispectorEl mundo de la pareja y de la cama, esa balsa a la deriva para muchos, en la que por suerte algunos saben deslizarse sobre un mar de aceite, es un tema que a todos interesa. Hay muchas formas de gozar de la intimidad alejándose del coitocentrismo, que para el mundo masculino parece un fin impostergable.Hemos vivido durante 8000 años, por lo menos, en un mundo de valores masculinos. Los hombres han dictado las reglas en todos los campos de la vida y no se les ha escapado el de la actividad sexual. Así como a las mujeres nos inquieta de qué manera pueden afectar las enfermedades y sus tratamientos nuestro aspecto físico, a los varones les preocupa cómo pueden afectar su potencia sexual.Las relaciones sexuales en el mundo animal están vinculadas con la reproducción de la especie, y aunque los humanos seamos animales y agreguemos el adjetivo calificativo; “racionales”, nos hemos divertido trastocando leyes que para los animales son absolutas. Los humanos podemos tener actividad sexual todo el año y no sólo en periodos cortos, como sucede con los animales en los que el “estro” marca la temporada fecunda de la hembra: El erotismo ha subvertido el acto sexual animal porque podemos tener relaciones sexuales por el placer, ignorando la reproducción de nuestra especie, que con la sobrepoblación actual no parece tan necesaria. La naturaleza hizo de la actividad sexual placentera para invitarnos a reproducirnos, de la misma manera que ha hecho de la comida una deliciosa experiencia para que no muramos de hambre: “La primera obligación de todo ser vivo es mantenerse vivo”.Ya desde tiempos remotos algunas mujeres eran consideradas reproductoras y a otras dadoras de placer. Las primeras eran las esposas legítimas, que los griegos llamaban “oikuremas”, palabra que significa cosa destinada al hogar y a la procreación de los hijos, a estas se les exigía virginidad y fidelidad absoluta para que los varones estuvieran seguros de su paternidad y heredaran a sus hijos legítimos; las segundas eran las prostitutas, las concubinas y más refinadas; las hetairas. En el postmodernismo las mujeres pretendemos cubrir todos los rubros; somos madres, esposas, amas de casa, concubinas y con suerte hetairas, aunque con tantos roles se nos vaya la vida. Estamos sobrecargadas de expectativas. ¿Cómo podemos satisfacerlas sin morir en el intento?La religión descalificaba cualquier forma de relación íntima que no tuviera fines reproductivos, como el sexo oral, anal, la homosexualidad y el onanismo (masturbación). Con esa visión centrada en lo masculino, se pensaba que “el valioso semen” se desperdiciaba si no era vertido en una vagina, en la que los espermatozoides compitieran entre ellos para que el más apto pudiera penetrar al óvulo en su desplazamiento del ovario a la cavidad uterina.Las mujeres del siglo XXI podemos pensar en nuevos escenarios y juegos para refrescar la relación. La sexóloga Ana Ocaña aconseja que rompamos las rutinas y usemos lencería sexy, lo que puede asombrarnos tanto como a nuestra pareja. Que cambiemos los lugares y las horas de hacer el amor, y salgamos de fin de semana a un hotel o busquemos un motel en nuestra misma ciudad. Nos sugiere que perfumemos el ambiente, que pongamos pétalos de rosa en nuestros lechos y usemos sábanas de seda (aunque sean bastante resbaladizas). Nos invita a que enviemos mensajes telefónicos a nuestra pareja que digan lo que nos gustaría hacerle cuando estemos juntos. ¡Pero cuidado! He visto problemas al descubrir mensajes indiscretos en los celulares de nuestras parejas enviados por personas ajenas a la relación.Los besos nos pueden hacer alcanzar el orgasmo, los mordiscos, el sexo oral, la masturbación mutua. Por suerte ya nadie discute si el orgasmo debe ser clitoridiano o vaginal La autoexploración permite conocer nuestro cuerpo para orientar a la pareja acerca de lo que nos gusta.La penetración es placentera y necesaria para la reproducción, siempre y cuando no se recurra a la reproducción asistida y a los nuevos escenarios que nos propone y nos propondrá la ciencia médica. Nadie duda que haya otras, muchas y creativas formas de lograr el placer sexual. Si cuestionamos el coitocentrismo, los hombres maduros o los que sufren disfunciones eréctiles no tendrán más excusas. El pene no es el único instrumento que puede hacernos felices.Dra. Patricia Rodríguez Saravia
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Me parece muy interesante el articulo y muy cierto hay que disfrutar el hecho de ser seres sexuales, ademas de disfrutar el erotismo en todas sus formas y el placer que una mujer puede sentir no se limita a la penetracion la verdad yo pienso que hay muchas formas de sentir el placer con la pareja y llegar al orgasmo . gracias por tu aportacion muy interesante.
Me encanto el articulo Paty, realmente el acto sexual, no se limita a dos organos geniates en contacto, sino a un todo, pero para ello, el deshacerse de muchas creencias inculcadas y que no nos ayudan mucho a sentir ese placer por el solo hecho de sentirlo, porque como el sentir placer tampoco es bien visto... pero por eso la informacion nos abre las puertas del conocimiento y la toma de decisiones con actitudes y pensamientos diferentes a los que me provocan culpa, gracias por reforzar mi aprendizaje.. un abrazo y otra vez gracias por compartir con nosotros.
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