Pienso que una buena manera de celebrar Septiembre, es evocar nuestras tradiciones, y costumbres, historia y la gran cultura que hemos generado al paso de los siglos, dando sustento a una identidad que nos distingue y posiciona en el mundo.
Pero hoy, no me referiré a ese concepto en general y a nuestros grandes próceres, mujeres y hombres que han labrado meritoriamente nuestro devenir histórico, como tampoco al cúmulo de ideas que ha conformado mexicanos y mexicanas notables.
En esta ocasión, elegí una prenda muy nuestra que lamentablemente presenta riesgos de desaparecer gradualmente y hasta llegar casi a la extinción misma, si no tomamos conciencia de la situación prevaleciente.
Me refiero si, a la tan mexicana prenda que es el rebozo, aun cuando su creación corresponde a un puñado de pueblos, y que aparece desde la época de la Colonia para llegar venturosamente todavía a nuestros días.
Son diversos los motivos o causas que parecen afectar seriamente su existencia, elaboración y por ende el uso del rebozo, ya en los albores del siglo XXI.
En primer término, porque la moda viene dictada desde el exterior de nuestro país y prescinde de este artículo tan elegante, hermoso, que incluso nos protege del clima cuando hace falta, sin demérito de la comodidad y el buen gusto.
También como una consecuencia de lo anterior, es que al venderse menos se reduce su demanda y los artesanos han ido desapareciendo, pues se han visto obligados a incursionar en otras actividades que les retribuyan de una mejor manera.
Y por igual, el costo, ya que cuando se trata de rebozos hechos a mano, para algunas puede resultar un tanto oneroso en estos tiempos de crisis económicas.
Me parece entonces que es inaplazable que los sectores público privado y social se confabulen positivamente en un sencillo y realista plan para fomentar el rebozo. Un plan que desde luego incluya a nuestros talleres familiares y empresas textiles, especialmente brindando apoyos a nuestros artesanos, para que obtengan beneficios materiales y económicos que garanticen la producción artesanal, además de que mantengamos esa oferta y demanda lo mismo en las grandes ciudades que en las poblaciones apartadas del país, con precios atractivos.
Una serie de acciones que tienen que ver por igual con el diseño o las grandes casas de modistas que año con año proponen vestimenta para mujeres, jóvenes y niñas.
Sólo así podremos revivir esta prenda tan íntimamente ligada a nosotras, y que ha sido portada con distinción a través de nuestra historia.
En todo caso, imbuir en las nuevas generaciones ese sentimiento de orgullo por portarlo, pues nos caracteriza positivamente en el mundo, sobre todo frente a una globalización que no deja de tener una perniciosa dosis de homogeneización cultural y disminución de la identidad propia.
Por eso, Mujeres de México, a ponerse ya un lindo rebozo para ser y parecer más bellas y auténticas.
Facebook: Martha Chapa Benavides
Twitter: @martha_chapa
Comentarios
sON LINDOS LOS REBOZOS. Te voy a hacer caso.