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 Ironman es la prueba más exigente del triatlón y uno de los eventos deportivos menos fáciles del mundo. ¿Qué implicará cruzar la meta? permíteme contarte lo que haré ese día. . . primero voy a nadar 3.800 metros en máximo dos horas, (si te pasas, te descalifican y no puedes continuar); al salir del agua haré la segunda transición que es subirme a mi bicicleta rosa (es una chulada de bonita) y rodaré por las cálidas orillas de Cozumel 180 kilómetros; de ahí me bajaré de dulce (así se llama mi bici) lo más rápido que pueda; me quitaré el casco, zapatos, y me cambiaré a mis tenis newton color amarillo, gorra blanca,(por el calor), me pondré más bloqueador, ¡harto bloqueador!, me tomaré un gu (gel energético) y ¡arráncate para correr un maratón! 42.2 kilómetros, (el .2 es ¡genial! en esta competencia). Como podrás leer será una aventura digamos un tanto "extrema", sumamente retadora y que solicita de mi cuerpo, pero sobre todo de mi mente, un compromiso también extremo. ¡Ah! y además está el tiempo de término, tienes máximo 17 horas para que tu cuerpo o lo que quede de él, jajajajaja, ¡ni lo quiero pensar! cruce la meta y oigas con toda el poder y la energía del mundo ésta mención: "Lizbeth you are an Ironman!; ¡wow! solo de escribirlo mi piel se eriza, y entonces me queda muy claro que ¡sí!, ¡sí!, ¡sí!, esa fecha ya está escrita en mi destino, (cuando mi piel vibra, es la señal de certeza).

Y bueno aquí voy en esta segunda vuelta, (53 años) navegando por mis mares e intentando transformarme en cada puerto imaginario, pues mi oceáno no tiene principio, ni fin; no hay punto de llegada, mucho menos de salida. Son solamente tiempos y espacios para recargar baterías; estaciones de abasto de Energía Divina, que con los años he descubierto, son mi Única Fuente para seguir moviéndome, para seguir pa´lante. No siempre soy la misma, ni es siempre el mismo aire que da dirección a mis velas, sin embargo hago lo que a mi me toca: me mantengo en movimiento, siempre alerta, despierta. Me gusta y empodera enormemente pensar que cada vez que me levanto en un nuevo amanecer, tengo la posibilidad de crear mi propia historia, de escribir el guión de mi mejor película. Los entrenos en este momento de mi vida, son lo más importante y compartirlos además con  las mujeres de mi tribu, las Ironchanklas, es otro regalo del cielo. Con ellas entreno a diario mi cuerpo, mi mente, la risa,  y mi corazón.

Ellas y yo vamos haciendo el camino a Cozumel, pues el camino, dice Serrat, se hace solamente al andar.

Yo hoy te invito solamente a que te muevas, a que no pares, sigue moviéndote y deja que Dios haga su chamba; si yo puedo, ¡tu también puedes!.

¡Un abrazo hasta el cielo!

Lizbeth

11.11

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