Sonata de orgasmos

Sonata de orgasmosSoy feliz eternizándote en versos, así tenga que musitar tu nombre en secreto, sin gritarlo al viento como deseo. Como diría mi amiga Raquel: la poesía es la materia que elegimos para sentir un cuerpo nuevo, cubierto de palabras, de vocablos y de versos, para no sentir la desnudez que llevamos tan adentro.A veces pienso que el amor hay que asesinarlo, cuando nos saca de quicio como un zancudo noctámbulo. Hay poetas que mueren de vez en cuando y otros que morimos un poco todos los días, como tú dices. Ahora el morir no es más que uno de los hábitos más absurdos.Casados o solteros, ambas situaciones son tediosas e insoportables. Prefiero ser un eterno aprendiz de seductor. Hay una hora bruja, hechicera en la que nos sentimos impacientes, alborotados, deseosos, lúbricos como los espejos con las desnudeces.No me interesa ser el escritor de mi vida, simplemente soy un humilde escribano. Como bien dices, no importa el tiempo, ni las arrugas, los tropiezos ni las cicatrices, porque lo importante es tener un corazón siempre dispuesto para amar. Vivir es más, que el simple hecho de respirar. Hoy a esta piel de camaleón la quema el fuego, dulce como los besos de la lujuria y el embrujo de las huellas del néctar rojizo del clímax.A veces duele el silencio y esas palabras que son peores que gritos. No soporto los besos descafeinados de las agonías tristes, sin esperanzas, como manchas abstractas de desnudos o de parejas que se destrozan como apasionadas víboras. Te quiero como eres. Sin perjuicios, porque mi pecado es quererte.Déjame amarte al trasluz de los huracanes y de las sombras amargas. Necesito tenerte, sin importar los años que se mueren ni las flores que se marchitan para siempre, como algunos nombres. Creo en el poder de los amores tardíos. Imagina un poquito cuanto te amo y te quiero; es como el filo de la daga que se ensaña con la piel de los latidos del corazón. Nadie se imagina lo que siento y deseo. Soy como la agonía de las cuerdas que se ahogan con los compases de los versos de las canciones.Te amo como el cielo a las estrellas, como el trigo a la tierra, como la piel a los labios o la ingle a la ingle. Me derrite tu figura escultural, como el brillo que me motiva a ir hasta el final. La piel maliciosa como una noche placentera, susurra quimeras con hambrunas de fantasías y deseos melancólicos que avanzan, como el animal que ansía devorarte y destrozarte, hasta diluirte derretida en un caluroso orgasmo.No te pido piedad, pero no merezco la indolencia de tus dudas. Estoy agotado por los desengaños. Me equivoqué o fui engañado por mis instintos. Hay noches locas, sedientas, hambrientas en las que inevitablemente siento sed de ti; en esos momentos deseo decirte: te amo, te deseo con sentimiento profundo y lucho por lo más bello: ¡tu amor!. En esos momentos, mi alma grita tu nombre para no desfallecer.Deja tus miedos colgados de la percha donde cuelga la ropa de mi alma. Mi corazón vuela sobre tu cuerpo y grita que te ama, mientras que cabalga, como una mariposa cuando extiende y agita desesperada sus alas.Tu boca me seduce como un lagar dulce que se degusta, como el sonrojo del mar que me permite navegar sobre el maleable volcán. Es hermoso el rubor natural de la primavera y de los te quieros que se parecen a los pétalos de las rosas, ardientes como tus fogosas bragas y el vapor de la caldera.Si supieras las razones de mis propuestas para que te vengas conmigo, no te dejarías tentar dos veces por el pecado seductor. Sé que te encanta que te diga mil veces te amo y te quiero. Te siento y sé que eres única y mía. Te leo y te razono. Sé que me quieres y que me amas a tu manera y de acuerdo a las circunstancias. Te amo y te quiero. ¡Mil veces te repito: te amo y te quiero! No me importa que digan de nosotros, cuando descansaremos en el profundo silencio y sólo sobrevivan páginas deshojadas por el tiempo.Con besos dibujo tu cuerpo, lo moldeo y lo acarició palmo a palmo, sintiendo los susurros de sus aromas y los alegres mimos que me permiten descifrar los silencios de las madrugadas, cuando despertamos y seguimos caminando por el mismo sendero.Te desvestiré de tus ropas. Navegaremos un río erótico de fuegos y locuras apasionadas. Desvístete y acaríciame. Espero tu regreso, porque te necesito. Estoy sediento de ti. Me encantas. Me fascinas. ¡Todo me gusta de ti! Me embrujas cuando te desnudas ¡eres fuego! ¡Inspiras amor del bueno! Eres obra de una perfecta y excéntrica geometría, son agraciadas hasta tus endurecidas nalgas. Me elevas como el aroma de la caricia palpitante y silvestre. Deja que me abracen tus caderas, entrelazándome a la desnudez cardinal y guitarrera de un sentimiento melocotonero. Bebo tus sales como si fuesen vino ¡son perfumados los manantiales que brotan de tu piel!Hacia ti, solo encuentro matojos de despojos, tristeza y dolor en las estrellas, pegadas a mí como el sinsabor de una vida que se aleja. Soy devoto de una religión perversa que idolatra a las vaginas, se adora al clítoris y a los orgasmos, a las piernas y al vigor del pene.Quiero hacerte mía, que me sientas dentro de ti, se que anhelas que te destroce con mimos, que te deslía con besos ¡quiero amarte!Ummmm ¡eres deliciosa! ¡Sabrosa! ¡Picante! ¡Ardientes! Es una locura escuchar a los deseos de nuestras mentes… felinas como nuestro amor. Todo sucede solito... solito... nada hay como el despertar y deslizar los dedos sobre ti. Dibujarte y desdibujarte sin malgastar el tiempo. Resguárdate a la sombra, sé paciente conmigo, cuando busque tu monte sediento y desnude con pasión tu alma y me vuelvas loco y enamorado.Ya no respira mi piel fuego a las madrugadas, al sentir como alas de mariposas a tus caricias tibias y apáticas como el tono de tu voz. Escurren indiferencias exhaladas por la bilis que conmociona los corazones sin derroteros en las manos. Me siento diseccionado por el amor como si fuese una extraña figura. Alucino sumido en la absurda realidad, de la vorágine tormentosa de las desilusiones.Me robas el dulce sueño con el barroco juego sibilino y las metáforas hiperbólicas de los versos. Me inundan insoportables esperanzas nocturnas que se reflejan sobre el negro enardecido de la noche. Para los amantes el otoño y el invierno cierran las puertas que se abren en la primavera y en el verano, porque el amor crece como una enredadera de copas de oro o buganvilias capaces de romper cadenas y escalar paredes aferradas con espinas alpinistas.Desplazamos la madrugada evocando entregas y sinsabores que funden a nuestras pieles empapadas y ciegas, como el reloj que nos contempla con la mirada del Cristo. Te recordaré cuando ya no estés a mi lado, o hasta cuando ya no sople el viento que me impulsa a acariciarte. Te exploraré como un segundero sobre desordenadas sábanas.Si piensas que en algo te falle, perdóname. En realidad vivimos instantes maravillosos como locos cuerdos.Sumidos en un caliente y sensual sueño retozamos y piafo con pasión y placer con la avaricia voluptuosa que ansía carne, pezones y redondeces que se erizan con la saliva. Tu ausencia me sumerge en una distancia que entibia mi vida. Es inhóspita la soledad en donde me he exiliado agobiado por el tedio y los desencantos.¿Sabes que yo te amo, como un niño quiere a su madre? ¿Sabes porque te quiero y extraño tanto? ¿Sabes acaso que me provocan, tus besos y tus miradas? ¿Serás tú el viento y yo, el velero? El día que me faltes, moriré contigo. Eres el abrigo que alumbra mi camino y la ruta de los obstáculos que salto como un alazán después de reconocer la pista.Siento tú aroma pegado dentro de mí. Me siento explorado por la lengua que me confirma que eres mía, sólo mía. Nunca deseó volver a despertar, amor mío. Sin ti, nunca más. Amor mío.Héctor J Cediel El perro vagabundo 2010-08-26
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