Solidaridad
Lic. Daniel Alberto Dalabi
La solidaridad es un valor personal que expresa las más puras manifestaciones de hombres y mujeres como seres sociales. En una colectividad o grupo social, la solidaridad es la capacidad de actuación como un todo de sus miembros. Es un término que denota un alto grado de integración y estabilidad interna, es la adhesión ilimitada y total a una causa, situación o circunstancia, que implica asumir y compartir por ella beneficios y riesgos.
Es un vínculo que une a hombres y pueblos de modo que el bienestar de los unos determina el de los otros. Solidario es aquel ser ligado o unido a otros por comunidad de intereses y responsabilidades.
En el niño prescolar se formarán las premisas para el desarrollo de la solidaridad y para ello es necesario enseñarlos a prestar ayuda a sus compañeros, sobre todo en momentos difíciles, a sentir alegría ante los éxitos del otro y tristeza ante los problemas. También enseñarles a ser sensibles hacia los más pequeños, hacia los ancianos, y que aprendan a conocer que en otras partes del mundo existen niños y adultos a los cuales debemos brindarle ayuda, que los pueblos se ayudan para poder vivir en paz.
La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres.
La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc., para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.
La solidaridad implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero sí es un deber de solidaridad.
Este valor puede complementar y hacer crecer al valor de la Compasión: porque la solidaridad es un sentimiento que determina u orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera, conlleva un sentimiento de fraternidad, de empatía por el dolor de los otros.
"Lo único que puede acabar con las cosas negativas, es consolidar la solidaridad humana en el mundo" (Elena Ponitowska).
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