Publicado por Felix el 22 de Noviembre de 2009 a las 11:01am
Hoy he elegido esta historia, tan sencilla y tan antigüa como poco original (y no demasiado bien contada) para compartirla con vosotros. Me gusta hacerlo, esta vez, sin tener que reflexionar demasiado sobre su conveniencia o su brillantez. Simplemente por el placer de hacerlo. Como cuando arrojas una piedra al estanque solo por ver como salpica, y como las ondas avanzan en perfecta formación, en perfectos círculos, con la cadencia perfecta. Y nuestra mente queda momentáneamente cautivada por la perfección, al ver cómo de un gesto tan simple y tan trivial surge la perfección por sí sola, Algo que ni el mismo Euclides podría superar...SOBRE EL VALOR DE LAS COSAS...Me desperté temprano y me vestí en silencio, en plena oscuridad. Estaba acostumbrado a hacerlo, podía moverme sin luz con una orientación perfecta, casi como si fuera de día.No era la primera vez que sucedía. De hecho, desde que ví su foto, deseé que sucediera.¿Y por qué no? Al fin y al cabo no era nada que ambos no deseáramos. No había nada diferente a cualquier otra vez, entre dos personas maduras y perfectamente conscientes. Nada anormal, nada extraño, salvo que yo había ido a ella por otro motivo.Debía reconocer que había sido una noche perfecta, llena de sensibilidad y dulzura. Había algo en aquella mujer que la hacía diferente. No tenía nada excepcional a primera vista. Había dormido con mujeres más sensuales, más fogosas, más bellas. Había conocido mujeres más elegantes, más inteligentes o más brillantes. Pero ella tenía algo diferente, algo difícil de definir y que hacía que la sintiera especial. Quizá fuera la fuerza de su alma, o la franqueza de su corazón o quizá simplemente su autenticidad completa.Antes, justo antes de que me marchara, la contemplé desnuda, entre las sábanas. Estaba preciosa, y sonreía. Y entonces la sentí, como un dardo que te atraviesa la piel, que se siente pero no duele, y tan dulce como el almíbar: Aquella sonrisa…Un escalofrío recorrió mi cuerpo y erizó mi piel al completo. Supe entonces lo que sucedería. Recogí mis cosas y me dirigí a ver a Urruti.- ¿Cumpliste con el encargo?- No hay trato. Le dije arrojando un fajo de billetes sobre la mesaSabía perfectamente lo que aquello suponía. Pero un impulso irracional me hacía seguir adelante sin siquiera dudar, y sin importarme las consecuencias.- Entiendo.¿De cuánto estamos hablando? Me dijo arrojando otro fajo sobre el primero.- No hay trato, Urruti.Urruti se incorporó de la silla y, apoyándose sobre la mesa para realzar más aún sus palabras, añadió:- Sabes que en este negocio no se puede renunciar a un trato.- No soy nuevo.- Pues dí una cifra y acabemos con esto.- No hay cifra Urruti. Simplemente no hay trato.Resopló con aprobación y ahora me rugió:- Esta bien, dímelo. Tengo más dinero que ellos. ¿Cuánto te han pagado?- Dímelo tú Urruti, ¿cuánto vale una sonrisa?A los que habéis llegado hasta aquí solo me queda daros este consejo:"Sonreid, sonreid siempre. Hasta cuando esteis dormidos..."Un abrazo fuerteFélix
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En realidad no era más que un adorno. Solo quería agradecerte todos tus comentarios. Siendo yo (el autor) quien hace mención al "privilegio" de ser mi más fiel lectora (por ser tú quien más comentarios ha escrito en mi blog) es obligado, por modestia y por prudencia, que ponga en duda que en verdad sea un privilegio. Tan solo fue eso. Lo sea o no, es irrelevante, y te lo agradezco mucho. Ojala que sigas leyendo y comentando lo que quieras en mi blog. Y cuanto más mejor.
Gracias Lilia, por tu comentario tan certero. Tienes el dudoso privilegio de ser mi más fiel lectora. Por favor, no dejes de serlo.
En el relato, la mujer está porque es necesario, pero no es el personaje central. La sonrisa es bella en sí misma, pero cuando la has provocado tú, entonces tiene una fuerza indescriptible. En esta historia, una sonrisa vale más incluso que la vida.
Recibe un abrazo mezclado con una delicada sonrisa. Y no es un regalo, en realidad es tuya
Hola Laura, imposible tener un descanso contigo, siempre pides más (pero no me quejo, en realidad me encanta). Tu curiosidad y tu interés me halagan tanto como me alientan.
Las lágrimas conmueven solo a los corazones sensibles o a aquellos que las reciben abiertos (porque ya previamente te amaban). Pero la sonrisa... una sonrisa tiene la fuerza de abrir un corazón.
En esta historia, una sola sonrisa cambió una vida por otra. La de una mujer sencilla, con un corazón abierto, por la de un hombre frío y despiadado, cuyo corazón esperaba dormido que alguien lo reanimara. La vida de esa mujer estaba hipotecada, pero en un instante, en el último momento, nuestro protagonista cambia su vida por la de ella. Y tan solo por una sonrisa.
Eso, creo, responde a tu primera pregunta. Unas lágrimas no habrían cambiado el rumbo de esta historia. Solo podía hacerlo la fuerza de una sonrisa.
Pero ¡ay!, que detalle, esa sonrisa la había provocado él. ¿A quién en verdad pertenece esa sonrisa?
Respecto a tu segunda pregunta, me parece más complicada, y merecería por sí misma todo un blog y un montón de historias. Por el momento tendrás que conformarte con una escueta respuesta y la promesa (pero no firme) de que pensaré en ello para un próximo relato.
Solo el amor y el odio marcan el rumbo de la Historia o, cuando menos, de nuestra historia personal. El resto forma parte del equipaje que nos acompaña en ese recorrido (y en cierto modo en esa aventura que es vivir).
Esa es mi humilde opinión. Mi respuesta abre más incógnitas de las que abría tu pregunta. Por eso ahora pido tu ayuda. ¿Cuál es tu opinión?.
Mis disculpas para Euclides y toda la corte de sabios de Alejandría (o de cualquier otra parte), por juzgarles injustamente. Espero que entre sus agotadores esfuerzos por describir el mundo no se olvidaran de estudiar un poquito el corazón (aunque no hayan trascendido a la Historia por ello).
Te dejo un abrazo y, por supuesto, tu sonrisa (la que provocaste tú). No te olvides de recogerlos.
Hola Mónica, y gracias por tu comentario. Un saludo tambén para tí, y un beso para la preciosidad que te acompaña en la foto. Seguro que sus sonrisas te llenan como ninguna otra.
Hola hola, cierto el precio de una sonrisa es incalculable, pero si al que la da lo hace inmensamente feliz imaginate al que la recibe, te envio una sonrisa y un abrazo, bonito inicio de semana.
Sabes?... yo creo que el valor de una sonrisa franca es tan grande... pero tan grande... que puede traspasar los limites de cualquier frontera... del tiempo... del sentido de la lógica.... y hasta de aquello que muchos intelectuales y estudiosos del alma llaman "realidad"...
El valor de una sonrisa incluso...puede lograr que hasta un fantasma pueda percibir -como dices tu - la fuerza... la franqueza y la autenticidad de un ser en medio de lo apasionante de su sentir... y su pensar... aún debajo de sus sábanas...
Imagina entonces el valor que puede tener el alcance y la esencia misma de la capacidad humana... en toda su expresión...
Si ya sé... no querias pensar demasiado en la consecuencia ó en la brillantes de este relato (que a mi en lo personal me parece brillante por todo lo que se puede extraer de él)... al menos eso referias tu al principio... pero es innevitable no dejar volar las ideas en las olas de tus reflexiones (asi es en el surf no?)
Asi que... vamos... contéstame algo que verdaderamente ha despertado mi curiosidad y pensando en un caso hipotético de como pudo continuar la historia (yo no conozco los personajes... tu si tienes esa ventaja así que tienes doble compromiso para pensarlo mas y responderlo:
1. si una sonrisa de una mujer franca... puede lograr que las intenciones equivocadas de un caballero se tornen a decisiones firmes y acertadas que lo conviertan en un hombre en verdad maravilloso.... que efecto podría lograr una lágrima de esa misma mujer?
2. Puede el verdadero amor de dos seres... lograr que se cambie el rumbo lógico de la historia?
Jaaaaaa... no te culpo si no lo respondes eh... es posible que hasta el mismísimo Euclides con toda su perfecta logica matemática no pudieralograr descifrar lo perfecto del valor en el corazón del ser humano.... ni aún revolucionando la mítica Alejandria.
Comentarios
Otro abrazo, pero ahora más fuerte.
Félix
En el relato, la mujer está porque es necesario, pero no es el personaje central. La sonrisa es bella en sí misma, pero cuando la has provocado tú, entonces tiene una fuerza indescriptible. En esta historia, una sonrisa vale más incluso que la vida.
Recibe un abrazo mezclado con una delicada sonrisa. Y no es un regalo, en realidad es tuya
Las lágrimas conmueven solo a los corazones sensibles o a aquellos que las reciben abiertos (porque ya previamente te amaban). Pero la sonrisa... una sonrisa tiene la fuerza de abrir un corazón.
En esta historia, una sola sonrisa cambió una vida por otra. La de una mujer sencilla, con un corazón abierto, por la de un hombre frío y despiadado, cuyo corazón esperaba dormido que alguien lo reanimara. La vida de esa mujer estaba hipotecada, pero en un instante, en el último momento, nuestro protagonista cambia su vida por la de ella. Y tan solo por una sonrisa.
Eso, creo, responde a tu primera pregunta. Unas lágrimas no habrían cambiado el rumbo de esta historia. Solo podía hacerlo la fuerza de una sonrisa.
Pero ¡ay!, que detalle, esa sonrisa la había provocado él. ¿A quién en verdad pertenece esa sonrisa?
Respecto a tu segunda pregunta, me parece más complicada, y merecería por sí misma todo un blog y un montón de historias. Por el momento tendrás que conformarte con una escueta respuesta y la promesa (pero no firme) de que pensaré en ello para un próximo relato.
Solo el amor y el odio marcan el rumbo de la Historia o, cuando menos, de nuestra historia personal. El resto forma parte del equipaje que nos acompaña en ese recorrido (y en cierto modo en esa aventura que es vivir).
Esa es mi humilde opinión. Mi respuesta abre más incógnitas de las que abría tu pregunta. Por eso ahora pido tu ayuda. ¿Cuál es tu opinión?.
Mis disculpas para Euclides y toda la corte de sabios de Alejandría (o de cualquier otra parte), por juzgarles injustamente. Espero que entre sus agotadores esfuerzos por describir el mundo no se olvidaran de estudiar un poquito el corazón (aunque no hayan trascendido a la Historia por ello).
Te dejo un abrazo y, por supuesto, tu sonrisa (la que provocaste tú). No te olvides de recogerlos.
Félix
PD: Nunca pensé que envidiaría a un fantasma.
Félix
Sabes?... yo creo que el valor de una sonrisa franca es tan grande... pero tan grande... que puede traspasar los limites de cualquier frontera... del tiempo... del sentido de la lógica.... y hasta de aquello que muchos intelectuales y estudiosos del alma llaman "realidad"...
El valor de una sonrisa incluso...puede lograr que hasta un fantasma pueda percibir -como dices tu - la fuerza... la franqueza y la autenticidad de un ser en medio de lo apasionante de su sentir... y su pensar... aún debajo de sus sábanas...
Imagina entonces el valor que puede tener el alcance y la esencia misma de la capacidad humana... en toda su expresión...
Si ya sé... no querias pensar demasiado en la consecuencia ó en la brillantes de este relato (que a mi en lo personal me parece brillante por todo lo que se puede extraer de él)... al menos eso referias tu al principio... pero es innevitable no dejar volar las ideas en las olas de tus reflexiones (asi es en el surf no?)
Asi que... vamos... contéstame algo que verdaderamente ha despertado mi curiosidad y pensando en un caso hipotético de como pudo continuar la historia (yo no conozco los personajes... tu si tienes esa ventaja así que tienes doble compromiso para pensarlo mas y responderlo:
1. si una sonrisa de una mujer franca... puede lograr que las intenciones equivocadas de un caballero se tornen a decisiones firmes y acertadas que lo conviertan en un hombre en verdad maravilloso.... que efecto podría lograr una lágrima de esa misma mujer?
2. Puede el verdadero amor de dos seres... lograr que se cambie el rumbo lógico de la historia?
Jaaaaaa... no te culpo si no lo respondes eh... es posible que hasta el mismísimo Euclides con toda su perfecta logica matemática no pudieralograr descifrar lo perfecto del valor en el corazón del ser humano.... ni aún revolucionando la mítica Alejandria.
un abrazo... y una sonrisa.
Laura Eugenia