En la vida existen distintas maneras de sobrevivir a las adversidades, a los cambios, al diario camino por subsistir, a veces no sabemos ni cómo ni cuándo emprendimos un trayecto hacia donde menos lo esperábamos y al reaccionar nos damos cuenta que llevamos la inercia del viento, la frescura de la lluvia y la incertidumbre de la noche.
Cuando te das cuenta que vas camino a lo desconocido y si lo quieres pero no sabes cómo, cierra tus ojos y trae a tu mente el primer recuerdo hermoso que tu memoria guarde celosamente, ahí seguro estará el abrazo del amigo, el beso amoroso de tus padres, la sonrisa de tus hijos, la compañía de tu hermano, el amor de tu pareja y lo mejor y más conmovedor, el cobijo y protección de un ser supremo, bendito y maravilloso que te marca el camino correcto y te brinda los medios para descifrar tu misión.
Cuenta una leyenda que hubo un accidente terrible donde los tripulantes del auto que chocó quedaron atrapados la mujer que manejaba imploraba desesperada ayuda para sus dos pequeños que estaban en el asiento trasero, los paramédicos no entendían que había sucedido pues ellos habían sido los primeros en llegar a auxiliar y nunca vieron a los pequeños, la madre angustiada explicaba que sus hijos la necesitaban, seguían las maniobras para salvar a la mujer cuando pudo salir y a lo lejos sobre una banca de un parque cercano alcanzó a ver a sus dos hijos sentaditos comiendo un helado, gritó emocionada ¡ellos son!, ¡hijos míos!, los acercaron a ella y el personal que auxiliaba preguntaba ¿quién había hecho tal maravilla de salvarlos y sin rasguños?, a lo que los pequeños contestaron: - vino nuestro papi, nos cargó, nos llevó a la banca y dijo que todo estaría bien, que mami vendría por nosotros y nos iríamos tranquilos a casa, que él nunca nos dejaría y que nos llevaría a casa siempre de su mano. La madre impresionada lloraba sin dar crédito a lo que escuchaba pues hacía un año su esposo había fallecido y sabía que Dios había rescatado a sus hijos pues la parte más dañada del auto era la trasera, sin duda los niños hubieran perecido.
Estas “sobaditas en el corazón” nos permiten disfrutar de las muestras de cariño de todo ser humano que nos rodea, todo aquello que sentimos, que tocamos, que compartimos es lo que nos permite crecer en el amor y en el espíritu. Si tu hoy necesitas encarecidamente “una sobadita en el corazón” solo mira a tu alrededor y disfruta de las grandezas del señor, siente el calor del sol, la suave brisa de la lluvia, el resplandor de la luna, el cantar de los pájaros, el amor infinito de tus seres queridos y disfruta al máximo. Dios te bendiga y te de sobaditas en el corazón por siempre y para siempre.
Hasta el próximo martes.
Comentarios
Hizo que latiera mi corazón de una manera diferente, que hermoso!!!... Gracias por compartirlo
Araceli Campuzano Garza “SOBADITAS EN EL CORAZÓN” Gracias por el artículo y a lavez me gustaría que leyeras uno mío que creo que va en la misma direcció. Favor de hacer clic en el siguiente enlace. Atte Fabiola Guerra Ugalde
http://www.retosfemeninos.com/profiles/blogs/el-regalo
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QUERIDA ARA, BENDICIONES LE PIDO A DIOS, PARA QUE TE SIGA ILUMINANDO POR ESAS LINDAS PALABRAS QUE NOS COMPARTES. GRACIAS POR RECORDARME QUE DIOS NO SE HA OLVIDADO DE MI, PUES POR MEDIO DE TU PERSONA, ÉL ME HA ENVIADO ESA PALMADITA EN EL CORAZON QUE YO AGRADEZCO CON AMOR.
COMO SIEMPRE RECIBE BESOS Y ABRAZOS.
TU AMIGA QUE TE QUIERE. ROSY ARRIAGA
Gracias por esta "sobadita". En verdad la necesitaba.