- Campaña de denigración contra el progenitor objeto, en la que el niño contribuye activamente. Las razones alegadas para justificar el desacreditar al progenitor objeto son a menudo débiles, frívolas o absurdas. La animadversión hacia el progenitor rechazado carece de la ambivalencia normal en las relaciones humanas. El niño afirma que la decisión de rechazar al progenitor objeto es exclusivamente propia. El niño apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa está alineado. Ausencia de culpabilidad. Se evidencian escenarios prestados. Generalización a la familia extendida.
- Rehusar pasar las llamadas telefónicas a los hijos. Organizar varias actividades con los hijos durante el período que el otro progenitor debe normalmente ejercer su derecho de visita. Presentar al nuevo cónyuge a los hijos como su nueva madre o su nuevo padre. Interceptar el correo y los paquetes mandados a los hijos. Desvalorizar e insultar al otro progenitor delante los hijos. Rehusar informar al otro progenitor a propósito de las actividades en las cuales están implicados los hijos. Hablar de manera descortés del nuevo cónyuge del otro progenitor. Impedir al otro progenitor el ejercer su derecho de visita. "Olvidarse" de avisar al otro progenitor de citas importantes. Implicar a su entorno en el lavado de cerebro de los hijos. Tomar decisiones importantes a propósito de los hijos sin consultar al otro progenitor. Cambiar (o intentar de cambiar) sus apellidos o sus nombres. Impedir al otro progenitor el acceso a los expedientes escolares y médicos de los hijos. Irse de vacaciones sin los hijos y dejarlos con otra persona, aunque el otro progenitor esté disponible y voluntario para ocuparse de ellos. Contar a los hijos que la ropa o regalos que el otro progenitor les ha comprado, son feos, y prohibirles usarlo. Amenazar con castigo a los hijos si se atreven a llamarle, escribirle o contactar con el otro progenitor. Reprochar al otro progenitor el mal comportamiento de los hijos.
- Obstrucción a todo contacto: la razón más alegada es que el otro progenitor no es capaz de ocuparse de los hijos, por lo que éstos no se sienten bien cuando vuelven de las visitas. Denuncias falsas de abuso: sobre todo de tipo sexual, aunque también alegan el abuso emocional, acusándose los progenitores sobre juicios morales de la educación de los hijos. Deterioro de la relación desde la separación: es el criterio más decisivo, por lo que es importante el estudio de la relación parental antes de la separación y no fiarse únicamente de lo que cuentan los hijos. Reacción de miedo por parte de los hijos: el hijo puede mostrar una reacción evidente de miedo, de desagrado o de estar en desacuerdo con el progenitor alienador. Están sometidos regularmente a tests de lealtad.
- Se consideran padres perfectos. Utilizan mecanismos de negación del SAP. Los padres alienantes están enfadados y utilizan a sus hijos como armas. Utilizan el poder para romper el vínculo con el progenitor alienado. Aunque los progenitores alienantes son astutos y creativos en las maniobras de exclusión que utilizan, son al mismo tiempo ingenuos. Sobreprotección del hijo antes de la separación. Identificación patológica con el niño. En casos extremos pueden desarrollar una relación simbiótica con el niño. Paranoia: pueden ver alrededor de ellos sólo maldad y malevolencia, especialmente proveniente del progenitor odiado.
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Gracias por esta información muy valiosa