Publicado por Claudia Orduño el 5 de Octubre de 2010 a las 4:14pm
Se acuerdan de la canción de los ochentas (si no me equivoco) del grupo español Mecano "no me mires, no me mires, no no no no me mires, que no me he puesto el maquillaje (je je je)... sombra aquí y sombra acá, maquillate, maquillate..." Se vale cantar.¿Qué es lo primero que hacemos cuando conocemos a un bebé? Decimos “¡qué bonito, tiene la nariz de su papá, es igualito a su mamá qué bebé tan precioso!”. Desde pequeños nos enseñaron que si eres bonito, eres aceptado; eres digno de cariños y de manifestaciones de amor. Pero, ¿qué hacer cuando la naturaleza o la genética no fueron tan generosas con nosotros?.El patrón de belleza cambia un poco a los que están prescritos por la moda, los productos de belleza, las modelos, la televisión, etc. En occidente, la belleza es pautada por el consumo. De ahí que nuestros parámetros de belleza vayan ligados a la compra de todo aquel producto que nos prometa vernos como las estrellas de la televisión o del cine, o como la modelo del anuncio de dicho producto. Nos hemos empeñado en coleccionar cremas, maquillajes, sombras, labiales, correctores, mascaras para pestañas, delineadores, etc.. y ni qué decir de los productos para cuidar la piel, aceites, cremas, exfoliantes, mascarillas... la lista sigue y sigue y sigue. No te lo voy a negar, yo también tengo mi grupo de cosméticos. Lo admito. Pero fíjate que me di cuenta que entre más cosas tenemos, más nos hacemos esclavas de ellas. Y si por algún motivo se llega a perder algún miembro de la colección, obviamente nos ponemos como histéricas. Pero ¿sabes?: acabo de comprobar que en una semana, se te olvida. O compras otro. O simplemente te das cuenta que realmente no lo necesitabas.¿En qué consiste, entonces, sentirnos bellas? Sin duda alguna, no es por las cremas que religiosamente nos embadurnamos todas las noches. Ya es hora que nos demos cuenta de que la belleza no radica en la marca de tu labial, ni del maquillaje, mucho menos la ropa o como te hayas peinado para ir a trabajar. Piensa: si somos capaces de dirigir empresas, construir familias, conservar nuestros empleos, crear proyectos, salvar vidas, bueno, en una palabra (y sin sonar feminista) somos capaces de todo, entonces, ¿por qué dependemos de la brocha para el rubor, o la plancha para el cabello? Sintámonos seguras, aun cuando andemos de cara lavada o aun cuando el cabello haya amanecido rebelde. Sintámonos preciosas y casi-casi Miss Universo aun cuando las ojeras hayan aparecido por cansancio, estrés o desvelo.Los parámetros de belleza en el mundo occidental difieren mucho de aquéllos en oriente, inclusive en Europa. Las latinas, curiosamente, somos más, como decirlo… ¡vaya! Exageramos un poquito para lucir como muñequitas de porcelana -con sus debidas excepciones, claro-. Yo soy una de ellas: lo cierto es que a la calle rara vez salgo con cara lavada. Pero si nos ponemos a pensar, las europeas, las orientales, las inglesas, las italianas, llevan con mucho garbo el poder de ser mujer y son capaces de voltear miradas y levantar suspiros sólo por su manera de caminar y de sonreír.Así que, ¿tenemos todo para ser súper seguras aun cuando nos hayan inculcado que es muy importante ser bonita? ¡CLARO! Haz la prueba -yo la hice-, en lugar de practicar nuevos tipos de peinado, practica nuevo estilo para caminar o una mirada coqueta y sincera, por supuesto. En lugar de aprender de los nuevos productos anti-arrugas, aprende un idioma nuevo, o lee algo que jamás te hayas interesado leer. Medita qué importante es para nuestra autoestima el sabernos hermosas e inteligentes. Ojo: ¡no importa la edad! Ese, como ustedes saben amigas, es un tema muy relativo... ¿o no?.Para concluir, me gustaría conocer a quien escribió esos parámetros de belleza, porque el mundo es tan grande que éstos pueden cambiar inclusive de un estado a otro en un mismo país. Así que, amigas, arriba el ánimo y preparémonos para salir a conquistar el mundo.¡Nos leemos pronto!
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jajaja, gracias muuchas gracias por tu blog, que curioso hoy por la mañana se me quemo el cepillo eléctrico y si efectivamente me puse fúrica, pero tienes razón ahora que siento mi cabello sin peinar esta hermoso, tiene brillo y soy hermosa, jijiji como nos volvemos depedientes de las cosas.
Me encanto tu blog! Gracias y voy a empezar a practicar tus consejos!! Y gracias por mencionar que no importa la edad, porque yo ya estoy mas pa'lla que pa'ca!!
Un abrazo con amor.
Margarita
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Un abrazo con amor.
Margarita