Sin dueño y sin propiedadesel andar se hace ligero, suave…el sendero se convierte en un sin fin de puertassin llave, sin distancia,pareciera que tuviera en vez de pies, dos aves,que espontáneas, sorpresivasme nacen de los tobillossin dolor rompiendo carne.Temeroso, el viento llegacomo queriendo avisarmeque debo estar prevenida con la brisa de la tarde,ella despertará las alas que ahora cuando caminosolo me hacen tropezar.Dice cambiaré de estado,que antes de darme cuenta voy a sentir que soy aire,mi cuerpo se hará pequeño, voy a tener que devoy a tener que escoger con lo que quiera quedarme.Mi cerebro volará con las alas del pie izquierdo,mi corazón con las otras parecerá un cardenalque pintará los ocasos de su color por la tarde,para que mi mente sienta que no perdió la cabeza,que simplemente se abrieronlas puertas de aquella cárcely pueda volar tranquila sin el temor a estrellarsecon las paredes de huesosentre cortinas de carne.Flor Ivone Quezada L.
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Es vital descubrir que tú misma eres tu propia prisión y que para salir de ella, sólo se tiene que estar dispuesta. Pero lo más bello y hermoso, es la forma en que lo haces sentir: sin miedo, sin perder la escencia, con serenidad y sin dolor. ¡Mil gracias ! Me quedo con tu mensaje.
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ANGY