Publicado por Martha Chapa el 7 de Septiembre de 2010 a las 9:51am
La independencia nacional, además de liberarnos del yugo colonial, constituyó una apertura hacia otros países que nos aportaron sus cocinas, sus ingredientes y sus propios sabores.A partir de ese momento, cuando abrimos nuestras puertas al mundo, la gastronomía mexicana fue enriqueciendo y consolidando las características que hoy la identifican.Por aquella época entraron al país trabajadores extranjeros que trajeron también sus propias costumbres alimentarias, las cuales aquí se reprodujeron por generaciones. Proliferaron, por ejemplo, la cocina francesa, la italiana o los cafés de chinos en varias partes del país. Estos últimos sentaron su presencia en especial en la capital y en aquellas regiones donde los orientales fueron llevados para trabajar en la construcción de ferrovías; de su cocina, quizá el pan es el producto que dejó una huella más honda en la gastronomía mexicana, al grado que persisten en muchos sitios del país los panes chinos, una especie de mantecada con nueces y ralladura de naranja.A principios de los años treinta del siglo XIX también surgieron las dulcerías en el centro de la capital mexicana. En alusión a aquella época, el cronista Salvador Novo narra que para 1832 la ciudad contaba con 31 mesones. Y ya en 1833, Águila de Oro fue el refugio de políticos conservadores y liberales que tomaban fósforos o fosforitos, bebidas con café y aguardiente.La doctora Clementina Díaz y de Ovando cuenta que el 1 de junio del mismo año abrió sus puertas la Fonda Italiana, en el número 4 de la calle de Palma, donde servían café, chocolate, licores y una gran variedad de fiambres. También estaba el Café del Cazador, abierto en 1835, uno de los mejores y más frecuentados por la alta sociedad, lo cual incrementó la oferta de quesos, helados y postres, entre otros productos.Debido a que en su etapa independiente México estableció relaciones con Italia, Inglaterra y Francia, las cocinas del país empezaron a beneficiarse de la presencia de pastas, tallarines, vinos de Burdeos y de Borgoña, de porcelana francesa y cristal de Baccarat.En esas fechas también llegaron a México migrantes italianos que se instalaron como cocineros de familias acomodadas y algunos asumieron la aventura de abrir los primeros cafés. Uno de ellos fue el de Fulcheri, el cual se anunciaba como nevería y pastelería y contaba con una amplia carta de helados, refrescos, comidas, ambigús y soirées.De 1830 a 1833 arribó al Istmo de Tehuantepec una importante migración francesa. Entró por Coatzacoalcos pero, dadas las condiciones poco hospitalarias de dicha zona, después se dirigió a otras regiones de la república. Gracias a ello, chefs franceses se sumaron a los italianos, y las principales calles de lo que ahora se conoce como Centro Histórico, en la capital del país, se inundaron con delicias de pastelería y otros postres de dicha cocina gourmet.”Asimismo, tenemos otra corriente migratoria francesa hacia el norte de Veracruz, que a la fecha es de fama, como San Rafael, allá por el río Nautla, donde se encuentra esa población en la que todavía se ven rastros genéticos de origen francés”, nos cuenta el historiador José N. Iturriaga.En fin, que esta etapa de la historia nacional nos demuestra que fueron diversas y muy benéficas las influencias que nos llegaron de otras culturas del mundo en la época independentista.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Querida y Admirada Sra. Martha Chapa...
Muchísimas gracias por enriquecernos con los sabores y aromas de nuestra historia.
Qué delicia! Me imagino estos mesones, restaurantes o barecitos, churrerías y cafeterías,
en nuestro Centro Histórico, muy cerca del Zócalo, como "El Cardenal", que todavía existe,
y que es un lugar tan rico y tradicional. Una pregunta... por favor infórmenos,dónde está el nuevo restaurant de su hijita, la maravillosa e innovadora cheff Martha Ortiz, "Dulce Patria", verdad? Recuerdo que es parecido al poema de Ramón López Velarde: "Suave Patria". Muchas gracias por compartir los sabores y las tradiciones de nuestro México antiguo y moderno. Un abrazo: *Gena.
Comentarios
saludos!
Muchísimas gracias por enriquecernos con los sabores y aromas de nuestra historia.
Qué delicia! Me imagino estos mesones, restaurantes o barecitos, churrerías y cafeterías,
en nuestro Centro Histórico, muy cerca del Zócalo, como "El Cardenal", que todavía existe,
y que es un lugar tan rico y tradicional. Una pregunta... por favor infórmenos,dónde está el nuevo restaurant de su hijita, la maravillosa e innovadora cheff Martha Ortiz, "Dulce Patria", verdad? Recuerdo que es parecido al poema de Ramón López Velarde: "Suave Patria". Muchas gracias por compartir los sabores y las tradiciones de nuestro México antiguo y moderno. Un abrazo: *Gena.